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Héctor Roca, una piedra angular del Gleason’s

El veterano entrenador panameño abandonó el ciclismo por el boxeo

Héctor Roca en uno de los cinco cuadriláteros con que cuenta el gimnasio Gleason's, en Brooklyn.

Héctor Roca en uno de los cinco cuadriláteros con que cuenta el gimnasio Gleason's, en Brooklyn. Crédito: <copyrite>Victor Matos</copyrite><person>< / person>

@NubeUrgiles

Si el gimnasio Gleason’s es considerado la catedral del boxeo, Héctor Roca es el monumento viviente en este templo del deporte de la ‘dulce ciencia’.

Nacido en Panamá, de padre ecuatoriano y madre colombiana, don Héctor lleva alrededor de 40 años, más de la mitad de su vida en el Gimnasio Gleason’s, por donde han pasado leyendas del boxeo como Muhammad Ali (cuando aún era conocido como Cassius Clay, su nombre de pila—, Jake LaMotta, Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán, Mike Tyson, para mencionar a unos cuantos.

“Esta es mi casa”, dice don Héctor sin tapujos. “Tengo como 40 años aquí en Gleason’s y cuando fallo un día lo extraño y creo que he perdido un pedazo de mi vida”.

Se refiere a los viajes que tiene que hacer con los boxeadores que entrena.

Logro más grande

“Cada rato consigo gloria”, responde a la pregunta de cuál ha sido el logro más grande cosechado como entrenador de boxeo. “He sacado 19 campeones mundiales; he hecho 14 películas, incluyendo a ‘La Niña del Millón de Dólares’. Siempre hago algo que queda en la historia y me siento bien satisfecho por mí mismo”, indica.

“Sólo le digo a los inmigrantes que si emigran traten de emigrar por el bien, no por emigrar nada más, porque se puede”.

Del ciclismo al boxeo

Su pasión era la bicicleta. Pero una parada en Miami, en ruta a Puerto Rico, donde debía competir, cambió el destino de don Héctor, quien decidió venir a Nueva York.

“Cuando emigré no vine al boxeo”, dijo Roca y aunque sabía electrónica, que aprendió en un taller, tampoco pudo encontrar un trabajo en ese oficio.

“Cuando llegué aquí me encontré con la sorpresa de que sin papeles o sin un diploma usted no puede hacer nada, así que me dediqué a trabajar en un negocio de telas”, contó.

Pero un buen día, cuando caminaba por la Calle 30, entre la Séptima y Octava Avenidas de Manhattan, se encuentra ante el Gleason’s. “Pagué un dolar para entrar a ver y vi que podía hacerlo en el boxeo y allí comencé en el boxeo, como entrenador”.

Así se le abrían las puertas del boxeo, que no le era ajeno porque su papá y un hermano eran boxeadores.

¿Y usted nunca ha peleado? “No, a mí no me gusta que me den”, dice riendo.

Roca empezó a echar raíces en Gleason’s. “Tuve la oportunidad de trabajar con Wilfredo Gómez, uno de los más grandes boxeadores, tiempo por tiempo, y ahí cogí más experiencia”, recordó.

Roca ha sacado alrededor de 20 campeones mundiales, y considera que ese éxito se debe a que le gusta que sus boxeadores sean técnicos y defensivos.

Gatti, un gran recuerdo

Sin desmerecer a ninguno de sus pupilos, Roca se muestra orgulloso del trabajo realizado con el difunto Arturo Gatti, con quien dice trabajó por casi 13 años.

“Que Dios lo tenga en su gloria y siempre lo recuerdo por lo buen muchacho que fue en el boxeo y bien humilde”, manifestó. “Me lleno de orgullo de Arturo y espero que siempre sea bien reconocido”.

Gatti ya tiene el mayor reconocimiento: estar en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional, en Canastota, Nueva York. En junio de 2013 fue exaltado de manera póstuma. El campeón ítalo-canadiense fue hallado muerto en Brasil en 2009. Su esposa brasileña, Amanda Rodrigues, fue arrestada por asesinato para después quedar en libertad cuando la policía calificó el fallecimiento de suicidio.

Exito en el cine

Héctor Roca también ha trabajado en el cuadrilátero para 14 películas incluyendo ‘La Niña del Millón de Dólares’ (Million Dolar Baby), para la que entrenó a Hilary Swank, que le valió a la actriz estadounidense ganar en 2004 los premios a la Mejor Actriz del Oscar, Globo de Oro, entre otros.

El hecho de que Swank haya mencionado su nombre durante el discurso de aceptación de su segundo premio Oscar, casi que equivale para don Héctor a un título mundial.

Además de “Million Dollar Baby”, Héctor Roca trabajó también en el gimnasio para películas y documentales, incluyendo “Undefeated” (2003), de John Leguizamo; “Orthodox Stance” (2007), “Fallen Soldier ” (2013)

eldiariony.com

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