Williamsburg no sólo sufre por la línea L

La llegada de nuevos residentes también ha dificultado el acceso a áreas verdes, educación y vivienda asequible

En la estación Bedford Avenue del tren L, en el corazón de Williamsburg, las angostas escaleras no dan abasto. Largas filas de usuarios, a las que además de residentes se suman los turistas, se forman para intentar salir. Hace cinco años, 19,550 personas utilizaban la estación en un día de semana promedio. En 2014, la cifra había aumentado casi en un 40%, a 27,755 usuarios cada día.

“Es un área que está bien servida por el transporte, pero el sistema no ha logrado mantener el ritmo del crecimiento de la población”, dice el concejal Antonio Reynoso, uno de los dos representantes de esa área ante el Concejo Muncipal. Sumando Williamsburg y Greenpoint, la población ha crecido en un 7.9% entre el censo de 2000 y el de 2010, constituyéndose, junto a Bushwick, en el barrio con más crecimiento en Brooklyn.

Y como si no fuera suficiente la saturación del servicio que ha provocado la llegada de nuevos residentes, esa línea del metro también se ha visto afectada por recientes suspensiones. La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) ha cancelado el tren L por seis fines de semana seguidos entre Manhattan y Williamsburg, lo que supuestamente terminará después de este sábado y domingo.

“El cierre temporal de la línea L se debió a trabajos de mantenimiento necesarios que la MTA debía hacer para mantener al tren funcionando y obviamente apoyamos esto”, dice Rebecca Ballin, de la organización Riders NY. “Mientras más gente llegue al vecindario y use el transporte público, más mantenimiento va a ser necesario. La MTA necesita emparejar el servicio con el crecimiento poblacional, pero no puede hacer eso si no tiene financiamiento necesario”.

Por el lado sur, el barrio cuenta con las líneas J, M y Z en la estación Marcy Avenue, la cual también ha visto un importante crecimiento de usuarios, de 9,550 personas promedio al día en 2009 a 12,547 en 2014.

Otros problemas del ‘boom’ inmobiliario

La llegada de nuevos inquilinos, por el ‘boom’ inmobiliario,  ha traído consigo otras dificultades. “Las áreas verdes son un problema. En 2005, cuando se rezonificó el borde costero de Williamsburg y Greenpoint, se prometió importantes aportes en nuevos espacios de este tipo, pero la ciudad no ha entregado todo lo prometido”, dice el concejal Stephen Levin. “De hecho, con el aumento de población hoy tenemos menos espacios abiertos per cápita de los que teníamos antes de la rezonificación”.

Al respecto en el Departamento de Parques destacaron los esfuerzos que se están haciendo hoy en esa área. “El norte de Brooklyn ha recibido inversiones históricas para la creación, mejora y expansión de parques. Esto es particularmente evidente en muchos de los proyectos recientemente completados, como el bello Transmitter Park, la segunda fase del Bushwick Inlet Park y el complejo de piscinas McCarren, que costó $50 millones”, dijo el comisionado de Parques de Brooklyn, Kevin Jeffrey.

Además, otros servicios como las escuelas públicas también han visto cambios.  Los niños de menos recursos, que son los que traen los subsidios acordes a la escuelas públicas, han dejado el barrio. “Yo he hablado con directores de escuela que han perdido parte de su financiamiento porque el ingreso promedio ha aumentado”, dice el concejal Levin.

Al respecto, desde 2006 el total de estudiantes en escuelas públicas y charters en el distrito 14 (que comprende Williamsburg y Greenpoint) ha aumentado, pasando de 20,908, a 25,018 este año. Pero aunque hay un alza en el número de alumnos, antes el 90.1% recibían almuerzos gratuitos, y ahora son sólo 85.5%, de acuerdo al Departamento de Educación.

Pero es la renta el mayor conflicto que ha generado el crecimiento poblacional y que afecta, de rebote, a otros servicios. Por ejemplo, dos “day cares” o jardines infantiles están a punto de cerrar porque la ciudad no podrá pagar el aumento del alquiler. “Si llega a cerrar, se cierra un ícono de la comunidad”, dice Myriam Cruz, directora ejecutiva del day care Nuestros Niños, uno de los afectados. “Pero lo que pasa es peor: va a haber gente que no va a tener dónde llevar a sus hijos durante el día, lo que implicará que no podrán trabajar y, si no pueden trabajar, no pueden pagar la renta. Es una reacción en cadena”. Según el Departamento de Educación, 1,700 niños participarán del pre-K gratuito en el distrito 14 el año que viene.

Algo similar también está pasando con un centro para personas de la tercera edad y también con muchos pequeños negocios, como recuerda Gladys de los Santos, quien tuvo mudarse del vecindario. “Antes, había pequeñas oficinas de doctores, una en cada cuadra. Ahora no, cuando mi madre tiene un problema debe ir al hospital, que está mucho más lejos”.

De los Santos, que es discapacitada y de 48 años, viene a su antiguo barrio a visitar a su madre, quien aún mantiene un apartamento asequible. Gladys ahora vive en Bushwick. “Muchas cosas han mejorado, pero no son para nosotros, los latinos. Nadie ya se acuerda que acá la Policía no se metía y que estaba lleno de edificios vacíos”, explica la mujer.

Porque si hay algo que los residentes latinos del barrio reconocen es que ahora las calles son más limpias y más seguras. Pero eso, para los que todavía tienen renta estabilizada o son dueños, pero no para los demás. “El rápido aumento de precios en vivienda ha llevado a desplazamiento de miles de familias latinas en el sur. Ha habido mucho desarrollo inmobiliario, pero muchos de ellos son condominios de lujo, que no logran dar vivienda asequible”, dice el concejal Reynoso.

RECUADRO

Éxodo de latinos

Si sólo se toma en cuenta el north y el south side de Williamsburg, la última década implicó cambios radicales sobre quienes ocupan el barrio, tradicionalmente muy poblado por latinos. Entre 2000 y 2010, la población llegó a 45,744 en ese sector, lo que implicó un crecimiento de 14.1%, más de 5,000 nuevas personas. Al observar las diferencias raciales, este cambio se hace aún más fuerte. Mientras los blancos no hispanos crecieron en un 74.7%, los números de latinos bajaron en un 24.7%. Es decir, más de 5,000 hispanos dejaron el barrio, según los expertos, debido al aumento en los precios de la renta.

 

RECUADRO

Conflicto con los “landlords”: un problema de todos los días

El principal problema del barrio, según organizadores sociales, es dejar de perder a los cientos de personas que ya no pueden pagar las altas rentas de Williamsburg. “Sin vivienda asequible, sobrevivir acá es muy difícil. Si no estás en un centro de adultos mayores, tienes que tener un subsidio. Ellos no pueden pagar el precio del mercado y muchos están viviendo en sillones y livings”, dice Robin Sirota Bassin, directora de Servicios Sociales de Los Sures. De hecho, en esta organización han debido crear un equipo especialmente dedicado a apoyar a los residentes y reciben casos de este tipo casi todos los días.

En esta nota

Educación Vivienda Asequible transporte público
Contenido Patrocinado