“Mi hermano ya estaría en Miami si hubiera pagado $5,000 en México”
Cubana deunció extorsión de las autoridades migratorias mexicanas
México.- Hace casi un mes que “Miguel” se encuentra detenido en una estación migratoria de San Cristóbal de las Casas, en la frontera con Guatemala. Pudo haber salido desde las primeras horas de su detención, pero la negativa de su hermana para pagar 5,000 dólares lo tiene hundido.
Es más, la mujer no sólo se ha negado a ser extorsionada por supuestos agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), si no que grabó las conversaciones y se trasladó desde Miami con todo y los audios para quejarse y aliarse con el sacerdote Alejandro Solalinde, fundador del albergue Nuestros Hermanos en el Camino, en la lucha por acabar con las bandas de corrupción que atizan en México la migración indocumentada.
Junto con el asesor del albergue Hermanos en el Camino, Alberto Donis, la cubana denunció ante la Procuraduría General de la República en el Distrito Federal al INM por extorsión y secuestro: su caso se suma a las 900 denuncias hechas en los últimos años contra la institución.
La PGR abrió una investigación y el Ministerio Público se presentará en los próximos días en Chiapas para responder a la petición de Nuestros Hermanos en el Camino que quieren liberar al migrante, obtener el derecho a custodia y ampararlo como víctima. “Migración se metería en un grave problema si lo deportan, ellos están enterados y eso los vuelve cómplices”, afirma Donis.
Solalinde ya suma 15 denuncias hechas al instituto ante la PGR por extorsión a migrantes cubanos.
De 2012 a 2014, el número de migrantes cubanos hacia Estados Unidos en México pasó de 8,000 a 17,000 debido a los rumores de la cancelación de la ley de Ajuste Cubano, que ofrece residencia en ese país a todos los cubanos que pisen suelo americano sin ser detenidos por la Guardia Costera.
Este flujo ha consolidado una red de corrupción, según Solalinde desde el interior del instituto: “Los inmovilizan para efectos de pedir un rescate a sus familiares que residen en Estados Unidos”.
A una mujer de 46 años de edad la encerraron en una jaula, le amarraron el pie a una cadena y no le daban alimentos ni agua porque los familiares “no soltaban la plata”.
“Yo estoy asustado porque hemos pedido entrevistarnos con las autoridades pero ellos nos dicen que nadie tiene comunicación, nuestros familiares han estado llamando. No dejan que nuestros abogados entren”, denunció otro de los migrantes grabado en video por el cura.
En su defensa, el INM declaró a través de un comunicado de prensa que “las acusaciones son infundadas y no tienen ningún sustento”.