México “sigue siendo el rey” en Pasadena

El enorme Rose Bowl es la casa del dolor para el representativo de fútbol de Estados Unidos

Por Abraham Nudelstejer

11 Oct 2015, 12:29 PM EDT

Un golazo de Paul Aguilar volvió a hacer que el Rose Bowl se transformara en territorio mexicano y en la casa del dolor para Estados Unidos.

Igual que hace cuatro años, el estadio de Pasadena se bañó con confeti verde, blanco y rojo mientras en el centro de la cancha los jugadores del Tri levantaban el trofeo de campeón de la Concacaf.

El triunfo del sábado de 3-2 en tiempo extra sobre Estados Unidos le dio al Tri el pase a la Copa Confederaciones de Rusia 2017.

Igual que en 2011, la selección mexicana obtuvo un angustioso triunfo que hizo estallar la fiesta mexicana en la cara de los jugadores estadounidenses.

La victoria de esta ocasión se concretó con un remate de bolea de Aguilar en el segundo tiempo extra.

El balazo que se anidó en las redes hizo que el frenético grito de ¡Mé-xi-co Mé-xi-co! retumbara en la noche que cobijaba a la ciudad de Pasadena.

Mientras el equipo mexicano recibía condecoraciones y fanfarrias, los integrantes del equipo de las barras y las estrellas miraban al piso, cerraban los puños y mascaban su rabia.

Una vez mas, en su propia cancha, en su propio país, no pudieron enterrar al “Gigante de la Concacaf”.

“Perder un partido así es una píldora muy difícil de poder tragar”, dijo el entrenador de la selección de Estados Unidos, Jürgen Klinsmann.

La derrota ante México pone la presión mas fuerte en contra del técnico alemán, quien ya escucha de muchos los pedidos de su destitución.

“No voy a responder a aquellos que me critican, no estoy aquí para caerle bien a todos sino para trabajar. Cada quien puede tener su opinión y yo la respeto, yo seguiré en lo mío”, aseguró Klinsmann.

La derrota de Estados Unidos dio paso a que en el estadio se cantara “sigo siendo el rey” por parte de un grupo de seguidores del Tri denominado “Pancho Villas Army” y que en la tribuna se desplegara una enorme bandera mexicana.

“Es un sentimiento de frustración el que tenemos, de eso no hay duda”, dijo el capitán de la selección estadounidense, Michael Bradley.