Antibióticos: ¿Cuándo sí y cuándo no?

El mal uso de los medicamentos afecta a millones de personas cada año. Esto es lo que tu médico y tú deben hacer

antibioticos

Los antibióticos son buenos, pero no para todo. Crédito: Shutterstock

Si te da influenza, un resfriado o sinusitis este invierno, es posible que te sientas tentado a pedirle a tu médico un antibiótico. De ser así, no eres el único: casi 20% de las personas que recibieron un antibiótico el pasado año dijeron que le habían pedido a su médico uno de estos medicamentos, de acuerdo con una encuesta reciente de Consumer Reports entre 1,009 adultos en Estados Unidos.

Pero presionar a tu médico para que te dé un antibiótico puede ser contraproducente. Para empezar, los resfriados y la gripe son causados por virus y los antibióticos no funcionan para las infecciones virales. Así que la receta no solo no te ayudará a sentirte mejor, sino que también puede ser un desperdicio de dinero.

Peor aún, puede llevar a efectos secundarios y reacciones alérgicas peligrosas e incluso potencialmente mortales, y hacer que sea menos probable que los medicamentos funcionen cuando en verdad los necesites.

Eso se debe a que el uso inapropiado de antibióticos cultiva “superbacterias”, que son microbios que a menudo no se pueden controlar, incluso con múltiples medicamentos. Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades calculan que más de la mitad de todos los antibióticos del país se recetan inapropiadamente.

Eso tiene consecuencias trágicas. Al menos 2 millones de estadounidenses se enferman cada año por bacterias resistentes, y 23,000 de ellos mueren como consecuencia. Aproximadamente 14,000 estadounidenses mueren anualmente a causa de la C. diff, una infección desencadenada por los antibióticos que puede llevar a una diarrea intensa. Y los efectos secundarios asociados con los antibióticos representan casi 1 de cada 5 visitas a la sala de emergencias en el hospital por efectos adversos causados por medicamentos.

Estas son maneras de evitar usar antibióticos cuando no los necesitas y saber cuándo en verdad son necesarios los medicamentos, además de las medidas que te permitirán usarlos de manera segura.

Evita las infecciones

La mejor manera de evitar los antibióticos es comenzar por eludir las infecciones. Una medida clave: lavarte las manos con frecuencia, lo que puede protegerte no solo de las infecciones sino también evitar que propagues gérmenes a otras personas. Es particularmente importante hacerlo antes de preparar y comer alimentos, antes y después de tratar una cortada o una herida y después de ir al baño, estornudar, toser o manejar basura.

Utiliza jabón simple y agua y lávate por al menos 20 segundos. Pero evita los jabones de manos y limpiadores antibacterianos. No hay evidencia de que funcionen mejor que el jabón regular y pueden promover la resistencia a los antibióticos. Adicionalmente, aplícate las vacunas recomendadas, como las que te protegen de la gripe y la neumonía.

Evita los antibióticos para la gripe y los resfriados

En su lugar, pídele a tu médico otros tratamientos que te ayuden a sentirte mejor, como un analgésico de venta libre, pastillas para la garganta, un antihistamínico o un descongestionante. Si corres un alto riesgo de complicaciones a causa de la gripe, debido a que eres mayor de 65 años o tienes un padecimiento médico como asma, diabetes o cardiopatías, pregunta a tu médico sobre los medicamentos antivirales oseltamivir (Tamiflu) y zanamivir (Relenza).

No te precipites con los antibióticos

Incluso si tu infección es provocada por bacterias, eso no necesariamente significa que necesites un antibiótico. Si tus síntomas son leves y es poco probable que presentes complicaciones, pregúntale a tu médico si puedes retrasar el tratamiento por algunos días.

Posteriormente puedes volver a llamar o visitar a tu proveedor de atención médica de nuevo para ver si en realidad necesitas medicamentos. En algunos casos, podrías ser capaz de combatir la infección sin ellos.

bacterias

Ten cuidado con los antibióticos de “espectro amplio”

Para conocer más sobre estos esfuerzos, incluyendo asesoría de organizaciones como la Academia Estadounidense de Médicos Generales, sobre cuándo sí y cuándo no son necesarios los antibióticos, visita Choosing-Wisely.org/antibiotics

Estos antibióticos, que incluyen la cefalexina (Keflex y genéricos), el ciprofloxacino (Cipro, Proquin y genéricos), el levofloxacino (Levaquin y genéricos) y la tetraciclina eliminan múltiples tipos de bacterias. Eso puede sonar como una buena idea, pero una aproximación de “bombardeo” es más propensa a cultivar la resistencia y eliminar las bacterias buenas y protectoras de tu cuerpo.

Eso abre la puerta para la infección bacteriana por Clostridium difficile. Al menos 250,000 personas presentan infecciones de C. diff cada año asociadas con el uso de antibióticos y 14,000 mueren como resultado de ellas. De ser posible, elige un antibiótico de espectro estrecho que ataque el microbio que te está causando la infección. Eso significa que tu médico debe solicitar exámenes para identificar la bacteria específica siempre que sea posible.

Pregunta por el tratamiento más breve posible

Más tiempo no necesariamente es mejor. En algunos casos, una duración más breve funciona igual de bien, como es el caso con infecciones de las vías urinarias, el oído o la sinusitis, que puede reducir el riesgo de presentar complicaciones. Así que pídele a tu médico el tratamiento más breve y la menor dosis de antibióticos necesaria para tratar tu infección.

Sigue las indicaciones cuidadosamente

Cuando sean necesarios los antibióticos, es importante no omitir ninguna dosis ni dejar de tomar el medicamento antes de tiempo, incluso si ya te sientes mejor. Y no utilices antibióticos que te hayan sobrado de una receta previa para tratar una nueva infección. Ese medicamento puede no ser el mejor para tu problema actual.

Usa las cremas con moderación

Incluso los antibióticos aplicados en la piel pueden conducir a bacterias resistentes. Por lo tanto, reserva los ungüentos de venta libre que contengan bacitracina y neomicina (como Neosporin y sus genéricos) y úsalos únicamente si aún hay mugre en una herida luego de limpiarla con agua y jabón.

Manténte atento a los efectos secundarios

Los antibióticos pueden salvar vidas, pero también pueden tener consecuencias peligrosas. Contacta a tu médico si tienes diarrea, dolor estomacal o vómitos intensos o prolongados luego de tomar antibióticos. Y busca atención médica inmediata si experimentas cualquiera de estos efectos secundarios menos comunes, pero potencialmente más graves:

  • Salpullido serio
  • Erupción cutánea
  • Hinchazón de la cara, garganta, lengua o los labios, ojos, manos, pies, tobillos o la parte inferior de las piernas
  • Dificultad para respirar o para tragar
  • Convulsiones
  • Coloración amarilla de la piel o los ojos
  • Sangrado o moretones inusuales
  • Orina de color oscuro
  • Ampollas o descamación de la piel
  • Debilidad muscular inusual

Pon especial atención si estás tomando antibióticos de fluoroquinolona como ciprofloxacina (Cipro, Proquin y genéricos), levofloxacina (Levaquin y genéricos) y moxifloxacina (Avelox y genéricos). Estos antibióticos aumentan el riesgo de rupturas de tendones, depresión, alucinaciones, pensamientos suicidas y aneurismas aórticos. Contacta a un médico si padeces de dolor o inflamación de los tendones o alteraciones emocionales.

Por qué los medicamentos más nuevos no resolverán el problema por sí solos

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) está alentando a las compañías farmacéuticas a desarrollar nuevos antibióticos, en parte al ofrecer protecciones extendidas para sus patentes. Pero los nuevos medicamentos no son una solución duradera contra la propagación de bacterias peligrosas.

“Las bacterias se volverán resistentes a esos medicamentos también, si no los usamos correctamente”, señaló Lisa McGiffert directora de Consumer Reports Safe Patient Project (Proyecto para pacientes seguros de Consumer Reports). Así que, para que los antibióticos sigan funcionando, es aún más importante que los médicos, hospitales y pacientes aprendan cuándo, y cuándo no, deben usarse los medicamentos.

La educación puede ayudar. Los médicos de una investigación en que asistieron a una sesión de una hora sobre el tratamiento adecuado de las infecciones del tracto respiratorio superior redujeron su uso de antibióticos de amplio espectro casi a la mitad y redujeron las recetas inapropiadas para sinusitis y neumonía en un 75%.

Consumer Reports se asoció con la Fundación ABIM para intentar reducir el uso innecesario de antibióticos.  La campaña está trabajando con médicos en 7 diferentes regiones en todo el país para reducir las recetas de antibióticos para infecciones virales, incluyendo la gripe, en al menos un 20% a lo largo de los próximos 3 años.

Cuándo necesitas antibióticos (y cuándo NO)

Conoce los padecimientos que generalmente no requieren antibióticos (porque normalmente son virales) y los que generalmente sí los requieren (porque son bacterianos).

Los antibióticos generalmente no son necesarios para:

  • Resfriados y goteo nasal
  • Tos
  • Sinusitis
  • Bronquitis
  • Influenza
  • Dolores de garganta

Los antibióticos generalmente son necesarios para:

  • Tos ferina
  • Infección estreptocócica de la garganta
  • Infecciones de las vías urinarias

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