Los boxeadores que se equivocaron salir del retiro
Para muchos, la parte más difícil después de retirarse es permanecer retirados
Antonio Margarito retorna hoy al ring para enfrentar a Jorge Páez, hijo. Será la primera pelea de “El Tornado de Tijuana” desde que se retiró tras caer ante el boricua Miguel Ángel Cotto Vázquez el 3 de diciembre de 2011 en Manhattan.
Cuando anunció su retiro, Margarito indicó que la lesión de su ojo derecho -sufrida en su pelea con Manny Pacquiao y agravada en su revancha con Cotto- así como múltiples otras molestias físicas no le permitían ejecutar sobre tarima como lo hacía antes.
Pero cuatro años después, Margarito cambió de opinión. No es el primero, ni será el último en regresar. Algunos -como George Foreman– lo hicieron con éxito. Pero la inmensa mayoría de los retornos son fracasos desde el comienzo.
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Aquí algunos de los regresos que probablemente no debieron ocurrir:
Sugar Ray Leonard (36-3-1, 25 nocauts)
Sobre el ring, muy pocos podían dominarlo. Medallista de oro, campeón mundial en cinco divisiones y estrella televisiva. Por doquier, Leonard era tratado como realeza por los fanáticos.
Quizás se acostumbró a ser el centro de atención, en especial cuando retornó exitosamente dos años después de retirarse en 1984, cuando se descubrió que había sufrido desprendimiento de la retina en su ojo izquierdo.
Su segundo retiro vino tras una derrota por decisión a manos de Terry Norris en 1991. Seis años después, Leonard regresó al cuadrilátero ante Héctor “Macho” Camacho.
Fue una decisión equivocada, que dejó dividendos desastrosos para Sugar Ray.
Camacho, usualmente un peleador escurridizo, se le fue encima a Leonard y desde el primer asalto le dejó saber que la noche del primero de marzo de 1997 sería “Macho Time” en el Centro de Convenciones de Atlantic City en Nueva Jersey.
El estadounidense, que era favorecido a razón de 7-5 en las casas de apuestas, no tuvo momentos de brillo frente al puertorriqueño, quien lo tumbó y remató en el quinto.
Fue la única derrota por nocaut que Leonard sufrió.
Ricky Hatton (45-3, 32 nocauts)
El peleador británico más popular en años recientes, Hatton se retiró tras ser noqueado de manera aplastante por el filipino Manny Pacquiao el 2 de mayo de 2009.
Fuera del ring, la vida del “Hit Man” comenzó a desmoronarse. Subió mucho de peso, confrontó problemas con el alcohol y hasta fue grabado usando cocaína.
Hatton decidió regresar al boxeo en el 2012, en parte buscando los aplausos y también deseoso de encontrar en el campamento de entrenamiento la disciplina y enfoque que no tenía fuera del boxeo.
Como rival, el inglés escogió a Vyacheslav Senchenko, quien recién había perdido el título mundial ante Paulie Malignaggi en su pelea previa.
Aunque lució dominante en los primeros asaltos, Hatton comenzó a gastarse, ante un Senchenko capaz de asimilar el arduo ritmo de pelea que imponía su rival.
Senchenko se impuso por nocaut en el noveno asalto. En la falda del ring inmediatamente después de la pelea, un emocionalmente destruido Hatton dejó entrever el frágil estado emocional en el que se encontraba.
“Ya estoy harto de perder”, dijo lloroso Hatton, quien apenas sufría su tercera derrota como profesional. “Yo no soy un fracasado. No soy un fracaso”.
James J. Jeffries (19-1-2, 16 nocauts)
La versión original de La Gran Esperanza Blanca, Jeffries, fue el primer gran campeón peso completo de la era clásica en el boxeo profesional. Se retiró invicto en 1904, tras vencer a todos los rivales de mérito, como James Corbett, Bob Fitzimmons y Tom Sharkey.
Tras colgar los guantes, Jeffries se dedicó a trabajar en su granja de alfalfa. Fue allí a donde, seis años más tarde, lo fueron a buscar sus viejos amigos del boxeo, desesperados por conseguir un boxeador de raza blanca para destronar al controversial campeón del momento, el afroamericano Jack Johnson.
Jeffries había perdido condición y subido de peso, y originalmente rechazó la oferta.
Los promotores de boxeo no se dieron por vencidos, ofrecieron más dinero e intensificaron la campaña. El público reclamaba también el retorno de El Calderero (The Boilermaker, en inglés), y Jeffries finalmente aceptó.
Fue el primer retorno en la era moderna, y fracasó como la inmensa mayoría de los que le han seguido los pasos.
Aunque se puso en óptima condición física y era un boxeador capaz, Jeffries no fue rival para Johnson, quien lo noqueó en 15 asaltos.
Joe Louis (66-3, 52 nocauts)
Uno de los boxeadores más queridos en la historia de Estados Unidos, Louis ayudó a vencer al fascismo noqueando al alemán Max Schmeling en revancha y enlistándose en el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.
Todo su patriotismo no lo salvó de las garras del Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés), que lo procesó por no pagar impuestos. Enfrentando la deuda con el fisco, Louis, quien se había retirado en 1948, hizo un retorno en 1950, perdiendo por decisión unánime ante el entonces campeón pesado, Ezzard Charles.
Louis entonces ganó ocho peleas al hilo, frente a oposición limitada, antes de chocar con el futuro campeón peso completo, Rocky Marciano, el 26 de octubre de 1951.
Marciano lo noqueó en ocho rounds. Fue la última pelea de Louis.
Riddick Bowe (43-1, 33 nocauts) 43 años
“Big Daddy” fue, quizás, el peso pesado más completo de su época. Eso es mucho decir, ya que entre sus contemporáneos se encuentran Mike Tyson, Evander Holyfield, Michael Moore, y Lennox Lewis.
Bowe era un gran boxeador técnico, que además era excelente en intercambios a corta distancia y tenía poder en ambas manos.
Su falta de disciplina, tanto en el entrenamiento como en los aspectos económicos, lo vieron desperdiciar sus riquezas de talento y monetarias.
Tras enfrentar problemas con la ley, incluyendo un periodo en un hospital psiquiátrico, Bowe subió de peso y prácticamente abandonó el deporte. Sin embargo, Bowe nunca anunció oficialmente su retiro, y retornó al ring haciendo sendas peleas en 2004, 2005 y 2008.
Su conducta errática le hizo cada vez más difícil recibir licencia para pelear en Estados Unidos. En quiebra y sin posibilidades reales de volver al boxeo, un obeso Bowe debutó como peleador de Muay Thai en 2013, cuando Levgen Golovin lo noqueó en dos asaltos. Fue un vergonzoso capítulo en la carrera del excampeón indiscutido de los pesos completos.