COLUMNA COMBATE: Una mano tendida para Prichard Colón
Prichard Colón, quien fue trasladado a casa de su madre en Orlando, sigue en estado de coma y aunque la ayuda de su Dios sea crucial, también necesita la ayuda económica
Nos ocupamos tanto los medios de hablar a cerca de las sumas de escándalo que puede mover una cartelera en Las Vegas y de lo ricos que son los empresarios del boxeo y de todos los millones que ganan las grandes estrellas que, al menor descuido, perdemos de vista el factor humano.
Se nos extravía la sensibilidad. Y eso no puede pasar.
Hace dos días, dieron de alta a Prichard Colón, el boxeador boricua quien pasó 221 días en una clínica de Georgia en un coma inducido para tratar de salvar su vida tras las lesiones padecidas en su pelea de septiembre pasado ante Terrell Williams en Fairax, Virginia.
Su padre, Prichard Colón, puso en Facebook la información y agregó: “¡Sigamos orando con mucha fe! ¡Prichard nos necesita hoy más que nunca y sabemos que Dios no nos abandonará!”.
El caso es que Prichard Colón, quien fue trasladado a casa de su madre en Orlando, sigue en estado de coma y aunque la ayuda de su Dios sea crucial, también necesita la ayuda económica para enfrentar una etapa clave en su recuperación.
Se habla de mucho dinero y el reporte conocido es de muy pocas ayudas.
Es aquí donde tenemos que retomar el tema. ¿Y qué de los millones que produce el boxeo?
Hace veinte años –en un bar de Manhattan– a raiz de la triste imagen de Muhamad Ali y sus padecimientos con el mal de Parkinson, le pregunté a Don King si pensaba proponer o apoyar la construcción de alguna clínica para atender a los peleadores que recibían algún daño grave a la salud durante sus carreras. Me miró extrañado, apuró su trago doble de cognac y me dejó sin respuesta.
Hace más de quince años cuando Oscar de la Hoya presentaba en sociedad a GBP le pregunté si tenía algún plan de apoyo a las víctimas y me dijo que sí. Y aunque veo que su organización es muy activa en gestión social, como regalar pavos en Thanksgiving, por ejemplo, yo no sé si tengan un plan de ayuda a los boxeadores lastimados.
En un hotel de Beverly Hills, en Los Angeles, le hice la misma pregunta a Bob Arum y un ejecutivo de Top Rank me invitó cordialmente a no hacerle preguntas imprudentes al señor.
No hablamos de limosnas para el boxeo que los hace ricos. Estamos hablando de un concepto macro que se aferre a una norma con peso institucional. Tendría que ser un impuesto mínimo sobre la bolsa, que vaya a un fondo para atender esta clase de casos. Es cierto que hay muchos boxeadores que terminan pobres por sus errores y sus malos manejos, pero – y este es el caso– hay circunstancias puntuales en las que se reclama tender una mano ya, porque mañana es tarde.
Y ¿Por qué no aportamos todos los compradores de una velada, un dólar incluido en el bill que nos llegará en la Tarjeta de Crédito.
Nadie lo propone. Nadie lo hace.
En esas andamos.
Pero hay millones para todos. !Qué bueno!
Pero alguien me puede decir ¿En qué resulta útil que Floyd Mayweather haya ganado ante Pacquiao seis millones de dólares por minuto?
¿De qué nos sirve que “Canelo” sea, a sus 25 años, el boxeador más rico en la historia de México?
¿Qué nos importa que Mayweather compre un nuevo Bugatti por 3.5 millones, si no tenemos cómo apoyar a Prichard Colón?
Luego la seguimos.