“A Messi le sobra personalidad como jugador”: César Luis Menotti
Este es el análisis sobre la Copa América Centenario del técnico Campeón del Mundo con Argentina en 1978
El nivel en general en esta primera fase de la Copa América no fue bueno. Jamás puede serlo si equipos como Brasil y Uruguay no juegan bien y quedan eliminados. Yo había señalado antes del torneo a ambas selecciones entre las tres candidatas junto con Argentina. Ahora sólo queda una y me parece que está ante una posibilidad clara. Creo que Argentina es más candidata que nunca a ganar esta Copa. Un escalón por debajo ubico a Colombia y México, que de los equipos que denomino protagonistas han sido los más serios.
Argentina es un equipo que tiene buenos jugadores, algunos muy buenos y uno que es el mejor del mundo: Messi. Estuvo acertado Martino en hacerlo descansar y ahora creo que va a llegar bien a los cuartos de final. Y el salto de calidad que le da Messi a un equipo es contundente.
Yo entiendo la frase que Diego (Maradona) dijo sobre Messi y su liderazgo. Creo que la dijo dentro de un contexto. Él considera a veces liderazgo un cierto atrevimiento, cierta presencia. Hay también una diferencia cultural. Diego era más de barrio, otro estilo de vida. Messi se crió en Barcelona al lado de grandísimos jugadores y desde los 13 años vive ahí. Pero yo creo que a Messi le sobra personalidad como jugador. Después afuera de la cancha no lo conozco, pero como jugador le sobra, porque la personalidad de un futbolista no se ve en las acciones competitivas solamente, sino también en el conocimiento. Messi fue creciendo mucho en el conocimiento del juego y eso le permite tener un liderazgo, porque cuando hay que jugar al toque lo hace y cuando hay que jugar para atrás o asistir también. Ha crecido año tras año y le ha ido agregando virtudes a sus grandes condiciones naturales. Ahora claro, no es el Diego del vestuario, el grito y el aliento. Pero tampoco le ha tocado la oportunidad, porque se formó en equipos llenos de cracks.
Venezuela, el rival en cuartos de Argentina, ha tenido un crecimiento y le jugó de igual a igual a equipos como Uruguay y México. Tal vez pueda hacerle partido a Argentina, pero si logra eliminarla sería realmente un milagro. Otro choque interesante es el de México y Chile. El cambio de entrenador me parece que confundió un poco a Chile, lo veo con más dudas en lo colectivo. México también tuvo varios cambios de técnico, pero ha sido de los mejores equipos en esta Copa. Y su gente necesita un título, ya no le alcanza con ser protagonista.
También se presenta atractivo el Colombia-Perú. Perú muestra una intención de jugar a partir de la idea de su entrenador. Mejoró muchísimo y asume el riesgo de achicar, no se mete muy atrás. Y lo de Colombia es algo muy especial. Tiene una capacidad individual muy grande y jugadores con experiencia que hace tiempo están juntos. Pero a veces parece un equipo algo maltratado desde lo estratégico, porque no se transforma en agresivo y contundente y tampoco defiende con solidez. Pero aún así tiene equipo como para estar en la final.
Por último, el Ecuador-Estados Unidos es otro cruce con final incierto. Ecuador es el equipo que más ha crecido y más ha sostenido una idea de juego, incluso desde antes de las eliminatorias. Y Estados Unidos no tiene tal vez figuras destacadas, pero es el local y cuenta con un gran entrenador como Klinsmann, que viene proponiendo desde hace tiempo ya una manera definida de jugar.
Antes de finalizar quisiera hablar brevemente sobre la crisis de Brasil, un tema ya recurrente. Es cierto que su partido con Perú tuvo esa acción polémica, pero también lo es que en 90 minutos no hizo dos jugadas bien. Es muy triste lo de Brasil. He admirado mucho su fútbol, he vivido y jugado allí y fui amigo de Rivelino, Tostao, Zito. Yo no sé cómo se sentirán, pero les diría que hagan el recorrido otra vez, que se inspiren en Caetano Veloso y los grandes poetas, que vuelvan a mirar un poco las playas de Río y empiecen a soñar un poco con Pelé, porque han perdido la identidad de una manera que yo no me lo puedo imaginar. Y no quiero hablar de culpables, porque no creo que sea la responsabilidad de Dunga. Esto viene de hace rato en Brasil.