Senado, bajo fuertes divisiones, derrota cuatro enmiendas para el control de armas

Aún con la derrota de las cuatro medidas, los senadores se han comprometido a hacer un nuevo intento esta semana para impedir que las armas caigan en manos de terroristas

Estados Unidos es el país del mundo con mayor número de armas por habitante.

Estados Unidos es el país del mundo con mayor número de armas por habitante. Crédito: Getty Images

WASHINGTON.- Motivados por un imperativo moral tras la masacre en Orlando, líderes del Senado sometieron a voto este lunes cuatro enmiendas para restringir el acceso de terroristas a las armas, pero todas fueron derrotadas en medio de fuertes divisiones ideológicoas sobre el control de las armas.

Cada vez que EEUU ha atravesado una crisis por un tiroteo masivo, el Senado ha intentado sin éxito aumentar el control de armas: ocurrió tras la masacre de 20 niños y seis maestros en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown (Connecticut),  en diciembre de 2012, y tras el tiroteo en San Bernardino (California) en diciembre pasado.

Ahora, la masacre en el club nocturno “Pulse”, que dejó 49 muertos y 53 heridos el pasado 12 de junio, ha movilizado tanto a legisladores como a grupos y familiares de víctimas de la violencia, que quieren restringir el acceso a armas de alto calibre para impedir más tragedias.

Todas las enmiendas, propuestas dentro de una ley presupuestaria,  necesitaban al menos 60 votos para avanzar en el Senado, donde los republicanos numeran 54 y los demócratas e independientes, 46. Como en años anteriores, su voto fue principalmente sobre líneas partidistas.

En esta ocasión, tanto demócratas como republicanos promovían un sólo criterio: si una persona es lo suficientemente peligrosa como para tener prohibido abordar un avión –o tiene que pasar segunda revisión en cada viaje- entonces no debe tener derecho a comprar un arma.

El miércoles pasado, el senador demócrata de Connecticut, Chris Murphy, protagonizó 15 horas de tácticas dilatorias, en una maniobra legislativa conocida en inglés como “filibuster”, para exigir la aprobación de medidas anti-armas.

Las medidas –dos demócratas y dos republicanas- eran, salvo algunos cambios,  prácticamente versiones recicladas de esfuerzos fallidos en el pasado.

Aún así, los legisladores que las respaldan querían forzar un voto para, de cara a los comicios presidenciales de noviembre próximo, exponer a quienes se oponen a restringir las armas.

Tras las votaciones, el senador demócrata por Illinois, Dick Durbin, se quejó de que “demasiados senadores carecen de agallas para enfrentarse” a la podera Asociación Nacional del Rifle (NRA)  y, en vez de proteger las comunidades, permiten que “demasiadas armas terminen en manos de gente peligrosa”.
“Eso tiene que cambiar. No pararemos de empujar por estas reformas”, prometió Durbin.
Su colega demócrata por Nueva York, Charles Schumer, calificó de increíble que los republicanos hayan permitido, esencialmente, que presuntos terroristas puedan adquirir armas.

Las cuatro enmiendas

Una de las enmiendas,  propuesta por la senadora demócrata por California, Dianne Feinstein, fue derrotada 47-53, y daba al Departamento de Justicia la autoridad de prohibir la venta de armas a cualquier persona que haya estado en la “lista de vigilancia de terroristas” en los últimos cinco años, o que estuviera bajo sospecha de un acto terrorista.

La segunda enmienda demócrata, patrocinada por Murphy, fue derrotada 44-56 y exigía la revisión de antecedentes penales de todo comprador de armas, además de que ampliaba esa revisión a compras de armas realizadas en internet y en las armerías.

Del lado republicano, una enmienda del senador por Texas, John Cornyn, fue derrotada 53-47,  y exigía que las autoridades policiales fuesen alertadas cuando una persona en la “lista de vigilancia de terroristas” intentase comprar un arma de un concesionario autorizado.

Si el posible comprador ha estado bajo investigación por terrorismo en los últimos cinco años,  el Departamento de Justicia podía bloquear la compra del arma por hasta 72 horas mientras un tribunal revisaba la transacción, y solo bastaba demostrar “causa probable” de que la persona en cuestión es terrorista o sospechosa de serlo.

La cuarta enmienda, propuesta por el senador republicano de Iowa, Charles Grassley, fue derrotada 53-47 y exigía lenguaje para esclarecer asuntos de salud mental y prohibir la venta de armas a personas con trastornos mentales, además de aumentar los fondos para el “Sistema Nacional de Revisión Inmediata de Antecedentes Penales (NICBCS, en inglés).

La influencia de la NRA

La NRA, que se opone a cualquier control anti-armas,  ha insistido desde siempre en que el problema de la violencia en EEUU no son las armas, y que las masacres en Orlando y San Bernardino han sido, por definición, casos de terrorismo.

Wayne LaPierre, director ejecutivo de la NRA, dijo el domingo en un programa de la cadena televisiva CBS que las medidas ante el pleno del Senado no frenarán a terroristas y sólo son una distracción política.

“Lo que estamos haciendo con este debate en el Congreso ahora es como si intentasen frenar un tren de carga con un pedazo de Kleenex”, dijo LaPierre.

Por otra parte, los republicanos opuestos a un mayor control de las armas aseguran que el problema principal es que la Administración Obama ha tenido una débil respuesta frente a la amenaza del grupo terrorista islámico “ISIS”.

A favor del control de las armas

Una encuesta a raíz de la masacre en Orlando, divulgada hoy por CNN/ORC, indicó que el 55% apoya el control de las armas, y el 42% se opone.

Otra encuesta nacional del jueves pasado, realizada por NBC News/Survey Monkey, indicó que el 61% de los estadounidenses apoya un mayor control de las armas, en comparación con el 38% que se opone, mientras que el 60% respalda prohibir la venta de armas de asalto, y el 38% se opone a esa medida.

Activistas de una coalición de grupos cívicos, religiosos, anti-armas y de la comunidad LGBTQ, liderada por CodePink, programaron para esta noche una vigilia frente a la sede de la NRA en Arlington (Virginia) en honor a las 49 víctimas de la masacre en Orlando para exigir la prohibición de las armas de asalto.

Tras la vigilia, los activistas realizarán una ceremonia especial entre las dos y cinco de la madrugada, hora local, para marcar el preciso momento en que ocurrió la masacre en Orlando, y concluirán con un acto de desobediencia civil.

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