De Carlos Delgado a Kaepernick: el derecho a protestar de los deportistas

Estrellas del deporte que ganan escenarios para denunciar y poner en alto su conciencia social

Colin Kaepernick le puso leña a una hoguera que siempre tiene fuego y que con poco de calor se aviva y las llamas se propagan.

Su frase: “No voy a dar respeto al himno de un país que maltrata a los negros y a otras minorías”, ya está ahí y no pueden ignorarla.

Tal cual lo hizo hace ya muchos años Carlos Delgado el ‘bigleaguer’ puertorriqueño quien fijó con mucho valor su posición, no una sino dos veces para reclamar respeto, consideración y justicia.

Kaepernick, quien se juega su futuro en la cancha, se puso calcetas de cerdos vestidos de policías

La protesta de Colin Kaepernick contra la injusticia social se vuelve el tema más caliente del deporte en EEUU

Marca este momento el “Factor Kaepernick” para revisar a algunos rebeldes con causa que no pasan desapercibidos.

Delgado, un ídolo y patriota boricua admirado en su tierra y lejos de ella, decidió en 2004 cuando jugaba para los Azulejos de Toronto manifestarse contra las guerras de Irak y Afganistán de la misma manera que había rechazado la presencia de la marina de Estados Unidos en la isla de Vieques.

Carlos delgado

Los habitantes de la pequeña isla habٌían denunciado por años que la presencia de los militares en su vecindario dañaba la calidad de vida y que algunos ejercicios de bombardeos simulados con el uso de ciertos productos creaba toxicidad muy dañina para esa comunidad.

Era una protesta creciente en la sociedad de la isla que Delgado, quiso amarrar a su prestigio de gran pelotero y la llevó directamente a los campos de juego.

Kaepernick ignoró el himno nacional como protesta por el trato a minorías

Antes y después de eso Delgado ya se había manifestado en contra de la guerra en Irak y Afganistán lo cual enuncia dos situaciones distintas aunque dentro de una misma motivación.

Delgado para presidente

El sentía la obligación de reclamar como estadounidense por las guerras en que Estados Unidos participaba, pero también actuaba en defensa de Puerto Rico, su tierra nativa porque creía que los trataban como una colonia y con muy poco respeto.

Entonces con Delgado como ahora con Kaepernick, el entorno de sus respectivas ligas ha tomado distancia de la situación evadiendo el choque, aunque algún pequeño sector de aficionados sí expresa su rechazo.

En la fértil historia del alegato boricua frente a Estados Unidos, hay al menos dos casos para mirar. El boxeador Nelson Dieppa nacido en Vieques y quien represent y dio gloria a Puerto Rico en múltiples eventos internacionales, antes de llegar a campeón mundial de los moscas, ultilizó la plataforma de sus años de reinado para reclamar por Vieques. También el gran “Tito” Trinidad reclamó respeto para Vieques e hizo eco del reclamo de todos los boricuas de que la Marina Americana se fuera de la Isla.

Tito a favor de Vieques

Para la estadística la Marina de Estados Unidos había llegado a la llamada “Isla Nena” en 1941 y se fue, rechazada por sus moradores, el 1 de mayo de 2003.

Aquella vez en San Juan

Sin embargo, el hecho deportivo que retrata mejor las motivaciones del alegato de los boricuas está más atrás en la historia.

Durante los Juegos Panamericanos de 1979, llevados a cabo en San Juan, el nadador Jesús David “Jesse” Vassallo que competía por Estados Unidos ganó una medalla de oro y cuando se llevaba a cabo la premiación, y sonaba el himno de Estados Unidos, de pronto desenfundó una pequeña bandera de Puerto Rico y entonces desde la tribuna del complejo de natación capitalino de El Escambrón, empezó a escucharse La Borinqueña, el himno nacional de los puertorriqueños, que cantaron cada vez más alto hasta apagar casi por completo al himno estadounidense.

El hecho, que es punto de inflexion, no marcó muchas diferencias para Jesse Vassallo, nativo de Ponce y quien siguió su carrera hasta ser campeón olímpico en Los Angeles 1984. Ya en el retiro, Vassallo sintiéndose tan boricua como siempre, regresó a la Isla del Encanto, fue legislador local y aún se ocupa de tareas en la capacitación de jóvenes aficionados a la natación.

El peligro de reclamar

Reclamos distintos en formas y estilos, pero siempre matizados por la existencia de una conciencia social que va más allá de lo puramente étnico y que tiene inevitablemente una esquina política.

El presente de Kaepernick no parece cambiar mucho de lo que hubiera sido si cantaba con todo acatamiento el himno, pero al menos para Carlos Delgado tras su desencuentro con el respeto que se negó a dar a “God Bless America” en 2004, sí parece haberle marcado otros rumbos.

Es verdad que después de aquel hecho, Delgado jugó cinco años más de pelota profesional entre Marlins y Mets de Nueva York, con gran éxito y contratos millonarios, pero en 2015 cuando se cumplían cinco años de su retiro fue ‘castigado’ duramente por los electores al Salón de la Fama que le dieron apenas 21 votos que representan un 3.8% del total por lo que –con menos del 5%- queda de una vez eliminado y sin opción alguna para el futuro.

La carrera de Delgado, aunque podrá no ser merecedora de un lugar en la inmortalidad de Cooperstown, si merecía muchas más oportunidades, como quiera que pueden estar hasta en quince votaciones antes de ser excluido.

Delgado conectó 473 cuadrangulares en su carrera con .280 de bateo. Y un OPS de por vida de .929.

Agreguémosle que tuvo trece temporadas con más de 20 jonrones y 11 con más de treinta. Ah, y diez temporadas con al menos 100 carreras producidas.

El prestigioso articulista Jayson Stark de ESPN fue así de claro: “Le debemos una disculpa a Carlos Delgado”, fue el título de su columna.

Todavía no se la dieron.

Lo cierto es que ya nunca se sabrá que proporción en la intención de ningunearlo en la votación del Hall Of fame, está explicada por el ejercicio de su conciencia social y el derecho a reclamar como lo hace ahora Colin Kaepernick.

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Colin Kaepernick
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