Asegurando que el sistema de derecho penal funcione justamente para todos en NYC

Hace unos días propuse una legislación que demuestra que hasta las reformas más pequeñas pueden marcar una gran diferencia

La prisión de Rikers Island tiene más de 80 años.

La prisión de Rikers Island tiene más de 80 años. Crédito: Archivo / El Diario

El año pasado, diariamente un promedio de 174 individuos entró en las cárceles de nuestra ciudad. Esto suma a más de 63,000 detenidos en el curso de un año. La inmensa mayoría de estas personas – principalmente hombres jóvenes de color – están ahí porque son demasiado pobres para pagar la fianza. Ellos están encerrados en instalaciones impenetrables, su situación frecuentemente pasada por alto, sin haber sido condenados de ningún delito. Esto es inaceptable. Con mis colegas en el Concejo Municipal de la Ciudad de Nueva York estamos dedicados a hacer de Nueva York un lugar más equitativo y justo para vivir para todos, independientemente de sus medios financieros. Es por ello que hemos luchado tanto para reformar nuestro sistema de justicia penal.

Ya hemos progresado bastante en la Ciudad de Nueva York. Esta primavera pasamos la Ley de Reforma de la Justicia Penal (CJRA), un paquete de legislaciones que reduce las penalidades para las detenciones no violentas de bajo nivel. Calculamos que estas legislaciones significarán que 10.000 personas menos al año obtendrán antecedentes penales y resultarán en 50.000 menos órdenes de detención. Como resultado de CJRA, menos personas tendrán antecedentes penales, menos personas recibirán órdenes de detención y menos gente va a terminar en la cárcel de Rikers. En un sistema que por mucho tiempo no ha sido equitativo, CJRA creará un sistema de justicia penal más justo mientras que garantiza la seguridad pública. También adjudicamos un presupuesto para la creación de un fondo de rescate para toda la ciudad, hemos pasado numerosas piezas de legislación para garantizar mayor transparencia en Rikers y recientemente se creó la Oficina de Servicios de Transición para asegurar a neoyorquinos que han sido detenidos o han pagado su deuda con la sociedad que puedan remontar sus vidas.

Pero hay más por hacer. Recientemente propuse una legislación que demuestra que hasta las reformas más pequeñas pueden hacer una gran diferencia.

Los detenidos que no logran pagar la fianza pueden encontrarse en la corte con su uniforme de la cárcel, donde se enfrentan a una discriminación evidente, particularmente en procesos del gran jurado. Por otra parte, los detenidos que son enviados a casa después de que sus casos son despedidos antes del juicio o que están condenados a tiempo cumplido, son puestos en libertad con nada más que sus uniformes de la cárcel, incluso en el invierno. Así que llevar a un preso a la corte en su “ropa de calle” no es sólo una cuestión de equidad en el proceso judicial, es también sobre el trato humano de los neoyorquinos.

También podemos mejorar la eficiencia del sistema de justicia al exigir que el Departamento de Corrección transporte a los presos a todas sus citas en la corte criminal – no sólo para los casos en que se encuentran bajo custodia. Esto no sólo agilizará el tiempo de procesamiento, también evitará las largas demoras que causan que los detenidos pierdan la oportunidad de recibir crédito por el tiempo que en realidad han estado en la cárcel.

Por último, frecuentemente los amigos y familiares de aquellos que son detenidos viven en la pobreza. Cobrar a estos individuos el 3% de la fianza aún cuando el acusado cumple con todas sus citas en la corte es un impuesto innecesario sobre los pobres.

Seguimos abogando por reformas más amplias para crear un cambio duradero en el sistema de justicia. La Comisión que establecí a principios de este año para examinar cuestiones relacionadas con la detención preventiva e instalaciones de cárcel en la comunidad continúa trabajando diligentemente para producir un proyecto de reforma a largo plazo en las cárceles de nuestra ciudad, para que un día podamos hacer realidad el sueño de cerrar a Rikers.

De hecho, esa Comisión está solicitando la opinión del público sobre su labor a través de su página web, www.morejustnyc.org. Estos esfuerzos, junto con la Ley de Reforma de la Justicia Penal y otras leyes importantes aprobadas por el Concejo, crearán un sistema de justicia penal más justo.

(Melissa Mark-Viverito es la presidenta del Concejo de Nueva York)

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