Bronca y tres expulsados dejó la victoria de River Plate frente a Boca Juniors

Los "Millonarios "derrotaron 2-0 al equipo "xeneize" en juego amistoso, un encuentro caliente de principio a fin

En una ráfaga, y gracias a un penal de Driussi y un cabezazo de Mina, River Plate le ganó el Superclásico argentino a Boca Juniors. Desde la primera jugada -infracción táctica de Pablo Pérez en la mitad de la cancha tras perder la pelota- hasta la última, River y Boca pensaron más en agredirse física y no futbolísticamente.

Hubo sobredosis de energía y escasez de neuronas. El árbitro, Néstor Pitana, repartió amarillas para intentar aplacar los ánimos, pero el estadio repleto y dos tribunas exultantes le aportaban todo el condimento a un partido absorbido por la escenografía.

El fútbol apareció en cuentagotas. Los tres mediocampistas centrales de Boca (Gago, Pablo y Sebastián Pérez) fueron la máquina del equipo xeneize. Dos pases filtrados, ambos a Pavón (el primero de Pablo Pérez, el segundo de Gago) fueron el preludio de las dos jugadas más elaboradas de la noche. En ambas, el arquero Batalla salvó a River.

En ese primer tiempo, Boca apostó por la elaboración y el desborde de Pavón. River puso sus fichas en el contragolpe. Y casi encuentra el gol en un cabezazo del uruguayo Mora, quien jugó en lugar del lesionado Lucas Alario. El arquero Werner evitó el gol millonario con la palma de su mano derecha.

En el segundo tiempo, ambos salieron con ganas de ganar. Pitana tuvo sus minutos de fama antes de que se reanudara el juego al expulsar a Gustavo Barros Schelotto y a Marcelo Gallardo por regresar tarde al campo.

Guillermo ya miraba el encuentro desde afuera. Conclusión: River terminó con Matías Biscay como DT y Boca, con Ariel Pereyra.

Una acción abrió el partido: Pitana vio mano de Insaurralde al intentar despejar el peligro en el área de Boca. Driussi, asentado en su papel de goleador, no falló desde los doce pasos. Saberse en desventaja hizo que Boca se rebelara contra el resultado. Apretó las marcas y fue para adelante. Hasta que, luego de un córner, el ecuatoriano Mina se redimió de todos sus errores en la noche marplatense y encontró el segundo gol con un cabezazo. Para Boca, esos goles fueron golpes. Y de nocaut. Porque por más que buscó por todos los medios vulnerar a Batalla, no llegó ni siquiera al descuento.

En el minuto 35 del segundo tiempo hubo un incidente entre los jugadores que terminó con la expulsión de Driussi en River y Benedetto e Insaurralde por Boca. El árbitro Néstor Pitana logró controlar la tensa situación que opacó en parte un superclásico de verano cargado de tensión.

El triunfo le permite a River encarar con un empuje anímico adicional la semana previa a la final de la Supercopa Argentina ante Lanús, prevista para el próximo sábado en el estadio Único de La Plata. Habrá entrenamientos, pero no se prevén amistosos antes del choque contra el Granate. Copero como se ha caracterizado en toda su gestión, el objetivo de Gallardo es sumar una copa más a las vitrinas del Monumental.

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