¿México usará el flujo de migrantes centroamericanos en la renegociación del TLC?

La migración es uno de los temas de mayor discrepancia entre ambos gobiernos

MÉXICO – Durante el segundo semestre de 2013 y la mitad de 2014,  mujeres centroamericanas con niños en brazos llegaban por cientos a este país con el objetivo de alcanzar la frontera con  Estados Unidos para pedir refugio, empujadas por la inseguridad de sus países y bandas de traficantes que lucraron con regocijo hasta que el entonces presidente Barack Obama alertó de la situación y México respondió como un vecino aliado.

El Plan Frontera Sur subió la velocidad del tren de carga conocido como La Bestia, donde se transportaban clandestinamente los migrantes centroamericanos, colocó drones de vigilancia, sistemas de geolocalización, avaló construcción de bardas a los costados de las vías y desplegó sus agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) como un eficiente mecanismo de contención.

Desde entonces mantiene en promedio 150,000 deportaciones al año. En 2016 sumó 153, 641, según información pública de la Secretaría de Gobernación. Esto representa cuatro de cada cinco extranjeros detenidos y devueltos por no tener documentos; el resto, 16,000 africanos, cientos de ciudadanos de Europa del Este, asiáticos, principalmente hindúes entre cientos de nacionalidades.

¿Por qué no habría de usar México a la migración centroamericana como moneda de cambio frente a las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio si siempre ha servido como un válvula al servicio de Estados Unidos?, se preguntan intelectuales y activistas como el ex canciller Jorge Castañeda.

A principios del presente año, Rubén Figueroa, integrante del Movimiento Migrante Centroamericano, una de las organizaciones civiles más activa en defensa de la migración centroamericana, observó un movimiento inusual en el flujo de avance hacia la frontera norte de hondureños, salvadoreños guatemaltecos.

“A pesar del arribo de Trump, lo que hemos visto es que la migración continúa, dadas las condiciones sociales de Centroamérica, y que a finales de 2016 y 2017 los estaban dejando pasar a la frontera norte, donde se estaban concentrando”, observó en una visita a Tamaulipas, frontera con EEUU desde Tabasco, frontera con Guatemala. “Luego quién sabe qué pasaría, qué negociaría nuestro gobierno, que otra vez arreciaron los operativos del INM: en el tema de la migración centroamericana tiene claro el papel que juega en la retención del flujo migratorio”

Leticia Calderón, analista del Instituto Mora y creadora del sitio web Migrantólogos, describe el papel como “entreguista” y “deshumanizada” e “hipócrita”.

“México tiene utilizando el tema de la migración centroamericana para ser aliado de EEUU desde hace 20 años, cerrando y abriendo flujos en momentos coyunturales”, dijo. “Lo que tiene que tomar en cuenta es que si finalmente esos inmigrantes no pasan a EEUU se van a integrar a la sociedad mexicana y esa será la realidad”.

Hasta el momento el INM no ha fijado una postura al respecto.

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