Qué tiene que saber un trabajador en el siglo XXI

Las habilidades adquiridas a través de aprendizaje social y emocional serán básicas

La curiosidad y la colaboración es una de las habilidades más necesarias./Shutterstock

La curiosidad y la colaboración es una de las habilidades más necesarias./Shutterstock Crédito: Shutterstock

Los padres y otros voluntarios que suelen ir a los colegios e institutos en Career Day para orientar a los estudiantes sobre el mundo laboral tienen la tarea difícil. Muchas de las carreras cuyas experiencias se transmiten a los más jóvenes en primera persona pueden que no existan cuando ellos se planteen qué estudiar en la Universidad o salir al mercado laboral. Además, muchos de los conocimientos que se adquieren en la actual formación no son los que se necesitan.

Lo que van a necesitar no siempre viene en los libros.

Según el estudio Nueva Visión para la Educación: Animando el Aprendizaje Social y Emocional a través de la Tecnología del Foro Económico Mundial, los candidatos a empleo en el siglo XXI deben tener bien aprendidas capacidades como la de colaborar, comunicar de forma efectiva y resolver problemas. En un entorno en el que las máquinas y la inteligencia artificial serán compañeros de trabajo los humanos necesitan desarrollar habilidades que se aprenden de forma social y emocional  (SEL, social and emotional learning) además de combinarlas con las tradicionales.

De acuerdo a esta publicación, quienes han seguido un aprendizaje social y emocional tienen mayor potencial a la hora de conseguir una mejor educación y empleo. En este sentido se distinguen tres tipos de habilidades esenciales para el siglo XXI.

  1. Una base de conocimientos generales que incluyen capacidad de lectura y escritura, numeral, comprensión científica de tecnologías de la información, formación financiera además de cultural y cívica.
  2. Competencias que ayudan a enfrentarse a retos complejos como el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación y colaboración.
  3. Una formación del caracter que fomente la curiosidad, iniciativa, persistencia, capacidad de adaptación y el liderazgo además de la posibilidad de entender las diferencias sociales y culturales y con ello ganar en tolerancia y empatía. Estas dos cualidades son las llaves de muchas puertas.

Y ¿Cómo se consigue llegar a tener estos tres pilares?

El estudio propone una serie de iniciativas para trabajar en el hogar y la escuela. Una de ellas es animar a un aprendizaje en la infancia basado en el juego (con objetivos) como se hace en Finlandia donde los estudiantes tienen los mejores rendimiento según los estudios globales comparados de PISA. También se recomienda, entre otras cosas, desarrollar una mentalidad de crecimiento y animar relaciones que ayuden a crecer intelectual y emocionalmente, siguiendo el viejo dicho de quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija.

Una de las propuestas educaticas es algo complicada en esta época de alto déficit de atención. “Tiempo para centrarse” aparece como una de las recomendaciones que pueden ser más complicadas para padres y educadores. Todo ello para permitir que los estudiantes trabajen en el “razonamiento reflexivo y el análisis”.

Para quienes tengan la oportunidad de hablar a las nuevas generaciones de sus trabajos antes de que acabe el curso escolar, será importante que no se olviden de recordar que hagan lo que hagan no se deje de lado ni la creatividad, ni la persistencia ni la curiosidad o la adaptabilidad a unas circunstancias que no hacen más que evolucionar a un mayor ritmo.

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