Trabajar desde casa es complicado
Además de las distracciones domésticas, el aislamiento es una realidad contra la que hay que luchar
El video en el que un analista político veía interrumpida su entrevista en directo en la BBC por la simpática pero inoportuna irrupción de sus hijos en su oficina de su casa dio la vuelta al mundo. Varias veces. Es uno de los peligros de trabajar desde el hogar aunque cada vez más personas entienden estos “problemas domésticos” porque tener la oficina en el hogar es más frecuente.
De hecho y según Gallup el 43% de los empleados en EEUU trabajan, en ocasiones o continuamente, desde su casa a través de conexiones remotas con su lugar de trabajo cuando hace cuatro años era el 39%. Un alto porcentaje de trabajadores cambiaría de empleo por conseguir hacer su labor a tiempo completo o parcial desde fuera de la oficina o sede de la empresa.
Ahora bien, además de niños llorando o con ganas de jugar, perros que no dejan de ladrar o la expectativa que recae sobre el trabajador de hacer labores domésticas “ya que está en casa”, trabajar lejos de la oficina puede ser también un reto laboral en otros sentidos. De hecho, Yahoo dio marcha atrás en su política de animar el trabajo desde casa por las complicaciones que planteaba la desconexión de los equipos. El coach laboral Dr. Todd Dewett identifica en LinkedIn tres problemas que están relacionados en LinkedIn.
1 El aislamiento
Usar el pijama hasta bien entrado el día, no gastar dinero en transporte y tomar un café más barato y aromático que el de la cafetería está bien pero termina siendo, como todo, una rutina que no solo lleva a la mayor parte de la gente a ganar peso sino también aislarse. Pueden pasar horas sin hablar con nadie (dependiendo del trabajo) o nadie de la oficina. Si se vive en un área de frecuentes lluvias o largos inviernos no se suelen encontrar muchos motivos para salir de la casa.
Dewet propone romper esta situación reuniéndose en persona con el equipo o con el jefe con regularidad y recordar el propósito del trabajo, no simplemente ejecutar una tarea tras otra. Además es conveniente establecer vías de comunicación a través de redes sociales con los compañeros. El objetivo es sentir que se es parte de un equipo.
Y no hay que sentirse mal por tomar descansos. Es más, hay que tratar de hacerlo y aprovecharlo para ver a gente.
2. Sentir que se pierde influencia
Es inevitable, cuando no se está, no se puede participar en un debate, dar a conocer un punto de vista, tener peso en las decisiones colectivas. Por eso, este coach sugiere que hay que mantener el diálogo con jefes y compañeros aunque sea vía teléfono. No hay que temer pedir, a un compañero amigo o a una persona influyente en la empresa que mantenga al trabajador remoto al día de asuntos importantes y compartir con ellos el punto de vista. Dewett cree que es importante mantener vínculos con personas con peso dentro de la empresa.
3 La dificultad de dar y recibir respuestas y comentarios
¿Cuántos malentendidos hay con un e mail escrito rápidamente o que llega en un momento inoportuno? El riesgo que se corre cuando se trabaja desde casa y no se siente el ambiente de la oficina es mayor. Muchas personas que trabajan desde casa tienden a no interpretar las comunicaciones en su contexto y se crean sentimientos equívocos.
Para evitar confusiones, este coach recomienda dar respuestas en persona, por teléfono o video chat. El lenguaje corporal es muy importante y si se ha de escribir un e mail, es conveniente que esté muy pensado. Recuerde una de las clásicas recomendaciones en este punto. “Nunca escriba nada de lo que pueda hablar, nunca hable si puede hacer una señal con un gesto con la cabeza, nunca haga un gesto con la cabeza si puede hacer un guiño”. Nunca se debe ser crítico por escrito y o dejarse llevar por las emociones.
A la hora de dar respuesta con un punto de vista Dewett recomienda tres pasos: primero elogiar un aspecto de la situación para luego exponer un punto de vista. En tercer lugar permitir abrir el camino al diálogo.