Joel Edgerton se enfrenta a sus peores miedos en la oscuridad
El actor australiano estrena este viernes la película "It comes at night", un "thriller" de terror que profundiza en el miedo a la soledad y a las relaciones humanas
Su logrado acento estadounidense delante de las cámaras puede hacer dudar sobre la procedencia de Joel Edgerton, pero basta con intercambiar un par de palabras con el actor para comprobar que sus orígenes australianos están presentes en cada una de sus frases.
“No te importa que le dé un bocado a mi sándwich, ¿no? Estoy muriéndome de hambre”, afirma sonriente el intérprete desde el rincón de su habitación en el hotel Crosby Street de Nueva York, donde ha estado concediendo decenas de entrevistas a varios medios desde primeras horas de la mañana.
Pese al cansancio y al caos que reina en toda la planta del edificio, Edgerton, nacido en Blacktown, New South Wales, hace 42 años, está feliz: su nueva película, “It comes at night”, de la que es protagonista y productor ejecutivo, se estrena este viernes en las salas de cine de todo el país y, por el momento, la respuesta del público ha sido muy favorable.
El film, dirigido por Trey Edward Shults, es un “thriller” psicológico que retrata la vida de una familia obligada a vivir aislada en medio de un bosque para mantenerse a salvo de un virus altamente contagioso que, aparentemente, ha acabado con casi la totalidad de la raza humana.
¿Qué fue lo que te atrajo de la película para que aceptaras el papel?
“It comes at night” no tiene nada que ver con las películas de suspenso que se han hecho hasta ahora, y eso es algo que me cautivó desde el primer momento. Cuando leí el guión, rápidamente me di cuenta de que la idea de Trey (Edward Shults) era construir una historia que fuera mucho más allá del simple terror y que analizara temas profundos como la confianza en los demás. De principio a fin, la película pone en evidencia el miedo que los seres humanos sentimos cuando intentamos descifrar los pensamientos de la gente que nos rodea, ya sean miembros de nuestra familia y de nuestro círculo de amigos o individuos de otras razas, culturas y religiones. Shakespeare siempre destacó la oscuridad que encierra la mente humana, y esta idea es, precisamente, el eje que mueve toda la película.
¿Ha cambiado tu concepto de la confianza desde que comenzó tu carrera en Hollywood?
Es posible que mi trabajo me haya convertido en un hombre más “protector” y celoso de mi intimidad, pero la verdad es que, gracias a la forma como mi madre me educó, nunca he tenido problemas de confianza. Como actor, muchas veces me asusta no saber qué es lo que los periodistas, los directores de las películas o mis compañeros de elenco quieren de mí, pero en ningún momento dudo de su honestidad o de sus intenciones. Eso sí, cuando me involucro en relaciones personales, mi instinto me lleva a ser más reservado y a dar más valor a la confianza, ya que la experiencia me ha demostrado que, cuando el corazón está en juego, el daño puede ser enorme. Los seres humanos somos los únicos animales que tropezamos dos veces con la misma piedra, y, por eso, no hay que tomarse los asuntos personales a la ligera.
Una metáfora del mundo real
“It comes at night”, además de profundizar en las relaciones humanas, también analiza las consecuencias que la soledad puede tener sobre las personas. En la película, Paul (Edgerton), su mujer, Sarah (Carmen Ejogo), y su hijo, Travis (Kelvin Harrison Jr.), viven aislados en medio de un bosque para no ser contagiados por un letal virus.
¿Crees que la sociedad actual se parece cada vez más al mundo reflejado en la película?
No hay duda de que las personas, sobre todo los jóvenes, son cada vez más dependientes de la tecnología y, en su deseo de tener amigos en todo el mundo, muchas veces se olvidan de la importancia del contacto humano y de las conversaciones cara a cara. La gente cree que está “hiperconectada” gracias a las redes sociales pero la realidad es que nuestras relaciones se están debilitando. En la película, Paul, mi personaje, es capaz de poner en riesgo la seguridad de su familia para crear una comunidad mayor, aunque las dificultades de la confianza están presentes a lo largo de toda la historia.
¿Cómo te preparaste psicológicamente para interpretar a Paul?
En este caso, lo único que hice fue dejar que mi imaginación volara libre y se adaptara al guión de la película poco a poco. Algunas veces, por ejemplo, pensaba en cómo sería el mundo si una guerra mundial acabara con la raza humana, y, sorprendentemente, esa realidad no me disgustaba en absoluto porque me recordaba al pueblo en el que crecí en Australia. Allí, al igual que en la película, mi casa estaba rodeada de árboles y desde la ventana podían verse ciervos, osos y otros muchos animales salvajes. ¡Era increíble! Desgraciadamente, desde que comencé mi carrera como actor siempre he vivido en ciudades grandes alejadas de la naturaleza, aunque mi amor por el medio ambiente sigue intacto.
Por lo que dices, Paul y tú tienen muchas cosas en común…
¡Muchísimas! Para mí, Paul es un reflejo de las cosas que echo de menos de mi niñez y de las que me gustaría seguir disfrutando hoy en día. ¡Mataría por poder volver a cocinar en una hoguera al aire libre y cazar en mi propiedad! En este sentido, mi trabajo como actor consistió en encajar mis vivencias personales con la personalidad y el pasado de mi personaje para que la interpretación fuera lo más realista posible. La proximidad con el papel es esencial y, de hecho, uno de mis grandes miedos al principios era no sentirme lo suficientemente cercano a Paul.