Jeff Sessions utilizó “su honor” para esquivar las preguntas del Senado

Como buen sureño, el fiscal general calló ante el Comité de Inteligencia para no poner en duda su integridad

Los estados del sur del país continúan creyendo que el honor está por encima de cualquier ley.

Los estados del sur del país continúan creyendo que el honor está por encima de cualquier ley. Crédito: Chip Somodevilla/Getty Images

La comparecencia del fiscal general Jeff Sessions ante el el Comité de Inteligencia del Senado el pasado martes desató todo tipo de reacciones entre los ciudadanos estadounidenses, pero dichas declaraciones también sirvieron para dejar algo muy claro: el honor sureño del empleado de Donald Trump está por encima de cualquier ley.

Durante horas, el fiscal general se negó a responder muchas de las preguntas formuladas por el Comité y esquivó varios temas complicadas con el fin de preservar su integridad, lo cual resulta bastante irónico si tenemos en cuenta que todo el país ha puesto en duda la legitimidad de sus acciones en el gobierno.

Sin embargo, Sessions jamás dejará de proteger su honor porque, al igual que sus compatriotas del sur de Estados Unidos, su educación se basó en la idea de que el decoro está por encima de la ley y de las normas sociales.

La supremacía del honor es una creencia cada vez más extendida en los círculos del presidente.

De acuerdo a The Daily Beast, proteger la integridad personal no tiene nada de malo; de hecho, es algo admirable, pero el problema surge cuando el honor ataca las bases de la democracia y se convierte en enemigo de la transparencia y de la verdad.

Pese a que al principio puede parecer una contradicción, el decoro y la ley son dos realidades que chocan en múltiples aspectos: si, por ejemplo, las sociedades no estuvieran gobernadas por sistemas legales sólidos, ciertos grupos intentarían crear principios y códigos de honor para controlar a los ciudadanos del mismo modo en que lo hacen las sectas.

Así, mientras que los Estados de derecho se rigen por valores como la justicia y la igualdad, las sociedades que carecen de principios legales sólidos acaban siendo manejadas por funcionarios corruptos que autorizan la existencia de duelos a muerte por temas de honor.

De hecho, si nos fijamos en la historia de los estados sureños, que siempre se han regido por la idea de la supremacía del decoro personal, todo encaja: miles de ciudadanos afroamericanos fueron linchados, asesinados y mutilados durante años en defensa de la integridad de los blancos, y los duelos a muerte continuaron mucho después de que esta práctica llegara a su fin en el norte del país.

Pese a este cruel pasado, los estadounidenses continúan admirando la honorabilidad de las personas sureñas, y Sessions se aprovechó de esta “empatía” para no responder a las preguntas que el Comité de Inteligencia del Senado le hizo el pasado martes, una conducta muy utilizada por las personas cercanas a la administración Trump y que va en contra de las estructuras legales y democráticas del país.

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