La condición de Jóvenes Inmigrantes Especiales protege a los que huyen de la violencia, no a los pandilleros

Durante las últimas semanas, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) inició la Operación Matador, la cual se trata de una serie de incursiones de alto perfil en Long Island en contra de la pandilla Mara Salvatrucha, también conocida como MS-13. Como abogados de inmigración que trabajamos con menores no acompañados, de los cuales muchos viven en Long Island, reconocemos la amenaza que representa la violencia de pandillas en estas comunidades.

Sin embargo, también estamos profundamente preocupados que esta, bien publicitada campaña pueda dar la falsa impresión de que la mayoría de los niños que llegan a los Estados Unidos como menores no acompañados -o que recibieron la protección legal del programa llamado Jóvenes Inmigrantes Especiales- sean criminales. Por el contrario, la realidad que presenciamos diariamente es que muchos de estos niños están huyendo de las pandillas que la Operación Matador pretende combatir. La operación de ICE para deportar a miembros de pandillas está creando -intencionalmente- mensajes que socavan la protección legal para los niños afectados por la violencia. Esto es imprudente, incorrecto y cínico.

Empecemos definiendo lo que significa el programa de Jóvenes Inmigrantes Especiales. Originalmente firmado como ley por el expresidente George H. W. Bush en 1990, el estatus de Jóvenes Inmigrantes Especiales reconoce las circunstancias únicas de los niños y su vulnerabilidad. El programa está diseñado para proteger a los niños inmigrantes de la trata de personas, el abuso, y otras formas que puedan causar daños graves. El programa tiene estrictos criterios de elegibilidad que cada solicitante debe comprobar, tanto ante el tribunal estatal como ante los árbitros federales de inmigración. Por definición, este programa sólo está disponible para los niños que ya están en los Estados Unidos.

Sin embargo, ICE declaró en un comunicado de prensa emitido el mes pasado que varios miembros acusados de estas pandillas entraron a los Estados Unidos a través del programa de Jóvenes Inmigrantes Especiales. Esto es imposible porque como lo demuestra la ley federal, el programa en sí no permite que alguien entre al país. Ciertamente, ICE, cuyo mandato es hacer cumplir las leyes de inmigración de los Estados Unidos, es consciente de esto.

Es más, a raíz de la Operación Matador, ICE ha comenzado a detener a familiares de menores no acompañados por la supuesta trata de personas, sin indicación alguna de que así sea.

Evidentemente, el transporte de niños inmigrantes para trabajos forzados o su explotación sexual es inmoral e ilegal. Sin embargo, la errónea descripción de tíos, tías, y otros familiares como “traficantes de personas” quienes en realidad están es ayudando a los recién llegados niños inmigrantes, es también errónea.

Por ley, los menores no acompañados son elegibles para ser puestos bajo la custodia de un patrocinador, normalmente un miembro de la familia. Los patrocinadores aseguran que los menores asistan a las audiencias de la corte para que no tengan que ser detenidos durante todo el tiempo que dure su caso legal. Esto permite que los niños asistan a la escuela y se aclimaten a la vida en los Estados Unidos en lugar de ser encarcelados a expensas del gobierno. El hecho de que ICE detenga a potenciales patrocinadores calificándolos como traficantes humanos sin razón para creer que este sea verdaderamente el caso, privará a miles de menores no acompañados de la posibilidad de contar con un familiar que pueda cuidarles. Esto también obligará a estos niños a languidecer en centros de detención durante meses, posiblemente años, hasta que sus casos judiciales sean resueltos.

Sabemos de primera mano que tan crucial es la protección del estatus que brinda el programa de Jóvenes Inmigrantes Especiales para nuestros clientes y lo difícil que es obtenerlo. Nuestros clientes se encuentran entre los inmigrantes más vulnerables. Muchos de ellos, sin la protección que brinda el programa, estarían en gran riesgo de sufrir daños, a menudo a manos de las mismas pandillas que ICE pretende combatir. La promoción y divulgación irresponsable de opiniones inexactas sobre el estatus de Jóvenes Inmigrantes Especiales y de menores no acompañados pone en peligro a nuestros clientes más vulnerables.

-Andrew Craycroft es abogado de Caridades Católicas

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