Adriel Favela, el hombre de los corridos con mensajes positivos
"No canto con violencia, no canto empujando ni impulsando a que la gente vaya y cometa un crimen"
LOS ANGELES — El cantante mexicano Adriel Favela se deslinda de las críticas que reciben los narcocorridos y aprovecha las redes sociales para explicar el papel histórico de este tipo de “noticias cantadas” que forman parte de su nuevo álbum, “Azul se mira”.
“Creo que hubo una etapa dentro del regional mexicano en donde lamentablemente predominó el corrido violento, el narcocorrido”, dijo Favela.
Nacido en 1992 San Francisco (California) y criado en Sonora (México), el músico se ha volcado recientemente a las redes sociales para destacar “el lado positivo” del corrido, un género en el que “existió una ola en donde todo era negativo, todo hablaba de narcos”.
Reconoce que un compositor, o un cantautor, tiene “la responsabilidad de llevarle a la gente un buen mensaje”, pero ese ángulo de este género motivó que “toda aquella gente que no sabía que era el corrido, pues viera sólo el lado oscuro, sólo el lado negativo”.
Favela, quien presenta en Los Ángeles su cuarto disco de corridos, “Azul se mira”, aclaró que su nuevo trabajo no contiene “alabanzas a la matonería armada de carteles del narcotráfico”.
“Canto para toda esa gente que quiere ser escuchada, no canto con violencia, no canto empujando ni impulsando a que la gente vaya y cometa un crimen”, señaló Favela, quien compone de 9 de los 11 corridos de “Azul se mira”.
El disco, disponible en sitios de descarga de música digital desde el pasado 14 de julio 2017, incluye el tema “Chequen el porte”, autoría de Favela, y “Me llamo Juan”, una canción que habla de las ocupaciones de los inmigrantes en Estados Unidos.
“Los corridos vienen de 1910, de cuando la revolución, cuando la gente realmente cantaba para llevarle información a aquellas rancherías, aquellos poblados, aquella gente que no tenía el vicio del (teléfono) celular, el monitor de televisor en que ahora vemos todo tipo de noticia”, defendió Favela.
Betto Arcos, historiador musical sobre ritmos regionales mexicanos, dijo que durante el llamado Siglo de Oro español, hace cuatro centurias, las letras florecieron y en Iberoamérica se diseminaron los pregones musicales, que eran “historias o noticias cantadas”.
“En el siglo XIX es cuando surge el corrido mexicano que tenía la misma función que un periódico, porque informaba con cantos a una población en que la mayoría no sabía leer”, señaló Arcos.
Durante la revolución mexicana, los músicos que cantaban noticias de los frentes de Pancho Villa y Emiliano Zapata “viajaban de pueblo en pueblo en tren”, indicó el también colaborador de la radio pública estadounidense, NPR.
Arcos descubrió que con la radio y sus noticieros, los corridos clásicos pasaron al olvido ante el avance de la música ranchera y mariachi, que encabezaron el gusto popular.
“Los narcocorridos surgieron en 1970 cuando Los Tigres del Norte convirtieron en éxito la canción ‘Contrabando y traición’, la historia de Camelia la Tejana”, indicó Arcos, que agregó que hoy los señores de la droga “pagan porque les escriban narcocorridos”.
En la actualidad, bajo el argumento de constituir una “apología al delito”, los narcocorridos son prohibidos en actos públicos en la jurisdicción mexicana de Chihuahua y en Sinaloa, éste último lugar de nacimiento del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Favela, quien comenzó a cantar en coros de una iglesia evangélica en Sonora, aseguró que con los narcocorridos hay que tener cautela, porque hay personas que los toman “de manera negativa”.
“Definitivamente el peligro, como en cualquier trabajo, existe, pero sí puede llegar a ser un poco más elevado dentro de todo este mundo”, manifestó