Premian el esfuerzo de estudiantes hispanas del Alto Manhattan

Cristina Farrera y Linel Salcedo reciben becas y cumplen el sueño de continuar carrera de Trabajo Social

NUEVA YORK.- La perseverancia de dos estudiantes hispanas, hijas de familias inmigrantes residentes en el Alto Manhattan, rindió sus frutos. Cristina Farrera y Linel Salcedo, ambas estudiantes de la escuela Wurzweiler de Trabajo Social de la Universidad Yeshiva, recibieron esta semana becas por parte de la Coalición Latina de Trabajo Social, organización que destacó el compromiso de ambas con la comunidad latina de la ciudad de Nueva York.

En el caso de Cristina Farrera, sus padres provienen de Costa Rica y la República Dominicana.

“Crecer como latina en un hogar donde sólo se hablaba español, en uno de los barrios más pobres de El Bronx y criada con mis hermanos por una madre soltera que enfrentaba constantes dificultades financieras, me ha hecho entender la importancia del trabajo social”, dijo Farrera.

Ella mismo ha  superado muchos desafíos obteniendo dos títulos de licenciatura de la Universidad John Jay de Justicia Criminal y trabajando como consejera de abuso de sustancias durante los últimos 15 años, una experiencia que espera seguir desarrollando como trabajadora social.

“Quiero ayudar a las personas a darse cuenta de su potencial y ayudarles a alcanzar sus metas como lo he hecho y lo sigo haciendo. Fui la primera en mi familia en graduarme de la universidad y perseguir mis sueños. Ser capaz de relacionarse personalmente con las vidas y los retos de mis pacientes me ha ayudado a entender y valorar la importancia de una carrera en el trabajo social”, expresó Farrera.

En Wurzweiler, Farrera encontró que el tamaño reducido de la escuela y el horario flexible, que le ayudaron a desarrollar relaciones cercanas con sus profesores y equilibrar sus estudios con el trabajo.

“Wurzweiler nos ayuda a desarrollar las habilidades para apoyar a los demás emocional y espiritualmente. Ha sido una experiencia excepcional que me ha impactado mucho”, agregó Farrera.

En una ciudad como Nueva York donde hay escasez de trabajadores sociales que hablen español, y culturalmente conocedores, y una enorme población latina, muchos de los cuales necesitan desesperadamente servicios de trabajo social, el caso de Cristina Farrera y Linel Salcedo, estudiantes que han superado barreras como la pobreza para convertirse en defensores de los ancianos latinos, que muchas veces, van a morir en hospitales sin atención de cabecera adecuada o de miembros de la comunidad latina que luchan con la adicción a las drogas.

Salcedo es una estadounidense  de primera generación cuyos padres se trasladaron a Nueva York desde la República Dominicana.

“Los trabajadores sociales son solucionadores de problemas y yo me veo de esa manera. Espero impactar positivamente en la comunidad latina abordando los problemas que les afectan en su vida cotidiana”, dijo Salcedo, quien se considera especialmente apasionada por los cuidados paliativos, con la esperanza de trabajar con pacientes de edad avanzada en los hospitales.

“En particular, quiero ayudar a los latinos mayores y a los afroamericanos que quedan atrás en el sistema de salud de hoy. Por supuesto, espero ayudar a cualquiera que pase por mi puerta”.

Salcedo decidió asistir a la escuela Wurzweiler para su maestría en Trabajo Social, después de escuchar a la decana anterior de la escuela, la Dra. Carmen Ortiz Hendricks, hablar en una casa abierta en la universidad Yeshiva, localizada en Washington Heights.

Hendricks desempeñó un papel fundamental en la creación de la Coalición Latina de Trabajo Social (LSWC).  

La LSWC a través de su fondo de becas apoya a los trabajadores sociales con las habilidades lingüísticas y la competencia cultural para servir mejor a la comunidad latina en la ciudad de Nueva York.

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