Parecía el crimen perfecto hasta que soltó la lengua

Tras ocho años del brutal asesinato, vuelve a corte el principal sospechoso

La historia conmovió a la ciudad cuando en la víspera de año nuevo de 2010, Shele Danishefsky Covlin, exitosa administradora de fondos financieros de 47 años, fue hallada muerta dentro de la bañera en su apartamento en la 68 calle del Upper West Side, mientras sus hijos, de 9 y 3 años, dormian en otra de las habitaciones.

La ejecutiva fue encontrada por su hija de 9 años y esta llamó a su padre, Roderick Covlin, corredor de bolsa y jugador profesional de backgammon, quien estaba compartiendo un apartamento en el mismo edificio, al otro lado del pasillo, mientras terminaban los trámites de su divorcio, y la primera conclusión de los investigadores fue que había resbalado accidentalmente.

El matrimonio venía enfrentando desde mayo de ese año una dificil separación, en la que Covlin había presentado una falsa demanda por abuso sexual contra su esposa para obtener la potestad sobre sus hijos, e incluso un juez había dictado restricción y limitación de visitas paternas contra Covlin, quien también es un experto en artes marciales.

A pesar de que Covlin fue considerado en ese momento el principal sospechoso de homicidio, la investigación inicial se cerró debido a que por razones religiosas la familia de Shele decidió enterrarla sin realizarle una autopsia.

Sin embargo, unos meses después, en Abril de 2010, la familia decidió exhumarla y la autopsia reveló que había muerto en una violenta pelea. La habían estrangulado o golpeado con tal fuerza que sufrió la fractura del hueso hioides, presentaba sangramiento en su ojo derecho y dos costillas dislocadas.

“En el momento en que me dijeron que había muerto, pensé ‘Él la mató… Era un hombre violento’ “, confesó a The New York Post en 2015 Dominic Barbara, el abogado a cargo de la solicitud de divorcio de Shele.

Aunque la familia de Shele presentó una acusacion contra Covlin y litigaron la custodia de los hijos, este fue declarado inocente.

No fue hasta pasados seis años del asesinato, en 2015, que finalmente un juez ordenó la detención de Covlin por homicidio, después que este hiciera un comentario implicatorio a su nueva novia y esta atemorizada hizo la denuncia en la policia.

En ese momento apenas faltaban dos meses para que Covlin heredara una pequeña fortuna en seguros de vida de su esposa, por el monto de 4 millones de dólares, cantidad que había sido depositada en un trust debido a la demanda presentada en su contra en 2010. Estaba acordado que solo pasaría a sus manos si dejaba de ser considerado culpable o después de pasados seis años de la muerte de su esposa.

Este martes, durante la audiencia en el tribunal de la Corte Suprema de Manhattan, el fiscal aseguró que además de otros motivos financieros, uno de los móviles del asesinato era que Covlin “tenía otras mujeres y deseaba tener más”, por lo que Shele era un estorbo para su vida sentimental.

De ser hallado culpable, Covlin enfrentaría una pena de 25 años de prisión.

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