Stringer propone que la renta cuente en la calificación de crédito
Los vecindarios más afectados por baja puntuación tienen altos porcentajes de alquiler y población latina
Uno de los cheques más elevados que hacen los neoyorquinos regularmente es el pago de la renta. Lamentablemente cumplir puntualmente con esta obligación, y a diferencia de lo que ocurre con quien paga una hipoteca, no se ve reflejado en la calificación crediticia. Y es algo que puede cambiar mucho las cosas para quienes tienen esta calificación baja o simplemente no la tienen. Según el contralor de la ciudad, Scott Stringer, el 76% de los 5.4 millones de inquilinos que pagan menos de $2,000 al mes en la ciudad podrían ver una mejora en su calificación si se contabilizara la renta.
Por ello, Stringer propuso este lunes una serie de soluciones para que cientos de miles de residentes de la ciudad puedan optar a que este pago se compute en su historia crediticia para mejorarla.
El objetivo es mejorar la situación financiera de una parte de la población ya que de esta calificación de tres números depende que se conceda y en qué términos un préstamo (para la compra de una casa, un carro, un electrodoméstico…) e incluso se pueda optar al alquiler de una vivienda para población de bajos ingresos que llegue a través de la lotería. Algunos agraciados con esta lotería han visto perder la oportunidad por no tener una buena calificación de crédito. Quienes obtienen un préstamo con baja calificación suelen pagar más por este dinero que quienes la tienen alta porque los prestamistas tratan de asegurar el riesgo que suponen cobrando más intereses.
Es más, los acreedores ven las señales de peligro en una mala historia crediticia cuando esta no recoge una historia positiva de pagos de renta. “Cuando millones de neoyorquinos pagan su alquiler a tiempo deberían ganar crédito con ello”, explicaba Stringer en un comunicado.
Según el estudio de la Contraloría el promedio de crédito de la ciudad es 673, que es una calificación que está en la mitad de la tabla de lo que se considera malo y excelente. Es decir, que acarrea unas altas tasas de interés porque supone un cierto riesgo para el acreedor. Las calificaciones más altas se encuentran en Manhattan, Staten Island y el norte de Queens. Mientras que las más bajas se encuentran en zonas de Brooklyn, El Bronx y Queens.
En zonas donde la calificación es menor a 630 (y con ello se pueden negar créditos, alquileres o contratos de servicios) más del 78% alquila sus casas y el 90% de la población son latinos, negros y uno de cada 10 residentes vive en un apartamento de NYCHA. En los barrios donde el crédito ronda los 700 puntos (y empieza a ser considerado bueno) el 54% de los residentes alquila su casa.
Stringer propone que los caseros y los gestores de propiedad tengan programas, incentivados por la ciudad, para reportar el pago de la renta a los bureaus de crédito o que los bancos y credit unions tengan estrategias para identificar pagos de rentas y lo reporten a estos mismos bureaus. En este sentido se puede verificar un cheque con el contrato de alquiler o se puede ofrecer un programa de microcrédito mediante el cual la entidad paga la renta y el inquilino abona mensualmente la cantidad al banco.
Striger explica que el 57% de los inquilinos verían subir su calificación entre 1 y 10 puntos si se contabilizara la renta.