Un bebé nace con una lengua gigante

Un bebé nacido con una lengua masiva, del tamaño de un adulto, finalmente ha podido sonreír por primera vez después de una cirugía que le cambió la vida.

Paisley Morrison-Johnson, nación con el síndrome de Beckwith Wiedemann.

Paisley Morrison-Johnson, nación con el síndrome de Beckwith Wiedemann. Crédito: Cater News

Paisley Morrison-Johnson, de Aberdeen, en Dakota del Sur, EE. UU., es un bebé que nació con una lengua tan grande que necesitó un aparato de respiración durante la primera semana de su vida, para evitar que muriera de asfixia.

Nació con el síndrome de Beckwith Wiedemann (BWS), un trastorno de sobrecrecimiento que afecta a uno de cada 11,000 nacimientos en todo el mundo.

La extraña condición causó que la lengua de la niña creciera más del doble del tamaño de su boca, sorprendiendo incluso a los médicos, quienes dijeron que era una de las lenguas más grandes que habían visto en su vida.

Hasta que tenía seis meses, Paisley tuvo que ser alimentada a través de  un tubo porque tenía problemas para comer y no estaba recibiendo los nutrientes vitales necesarios para mantenerse con vida.

Los padres, Madison Kienow, de 21 años, y Shannon Morrison-Johnson, de 23, esperaban que la boca de su hija creciera para acomodarse a su gran lengua, pero nunca lo hizo.

Incluso después de someter a la pequeña cirugía para cortar partes de la lengua, ésta continuó creciendo y  colgaba de su boca.

La bebé Parsey debía ser alimentada por sonda y estar completamente entubada para respirar.

Hace seis meses, Paisley tuvo su segunda reducción de la lengua y el resultado fue positivo. Por primera vez pudo sonreír después de que eliminaran más de seis pulgadas de músculo lingual.

Paisley, que tiene 16 meses de edad, ahora está enunciando los sonidos que le permitirán expresar sus primeras palabras.

Parsley ser recupera tras las cirugías de reducción de lengua.

Los médicos esperan que Paisley no necesite más cirugía de reducción de la lengua y ahora están monitoreando otros riesgos asociados con el síndrome de Beckwith Wiedemann.

Los niños con esta afección tienen un 7% a un 25% de tumores cancerosos en desarrollo, por lo que a Paisley se le efectuarán ecografías y análisis de sangre cada tres meses, hasta que tenga ocho año, cuando el riesgo disminuya significativamente.

Parsley por fin puede sonreír.
Parsley por fin puede sonreír.

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