5 pasos a completar antes de cofirmar un préstamo estudiantil
Evalúa todas tus alternativas antes de comprometer tu propio crédito
Se aproxima el plazo para pagar la matrícula del otoño, y si has llegado al límite máximo de la ayuda financiera para la que calificas, quizás ya estés contemplando recurrir a un prestamista privado para que te preste fondos.
Cada persona joven que cuente con un historial de crédito limitado o bajos ingresos, probablemente va a necesitar contar con un aval para obtener un préstamo privado. Desde la recesión económica y el auge en el índice de préstamos estudiantiles en mora de 2008, las normas de evaluación de riesgo se han vuelto mucho más estrictas. Alrededor de un 94% de los préstamos estudiantiles para universitarios en el año académico de 2015-16 incluyeron un aval, cuando estos apenas constituían un 76% en 2008, según MeasureOne, una empresa de datos y analítica que se especializa en préstamos estudiantiles.
Aunque la gran mayoría de avales suelen ser padres o parientes cercanos, cualquier persona puede cofirmar un préstamo siempre y cuando reúna los requisitos crediticios. El tener un aval mejorará tus posibilidades de ser aprobado. Y ya que se considerarán los historiales de crédito del prestatario tanto como del aval, quizás te ayude a obtener una tasa de interés más favorable.
Pero esto implica una posición conflictiva para los padres y familiares, ya que el avalar el préstamo de otra persona conlleva grandes riesgos. «La gente se deja llevar por una falsa impresión de seguridad al fungir de aval», indica Heather Jarvis, una abogada que se especializa en préstamos estudiantiles. «El firmar el nombre de uno en cualquier préstamo es equivalente a solicitar el préstamo uno mismo».
Esto significa que el préstamo aparecerá en tu informe de crédito. Y en caso de que el prestatario no cumpla con sus pagos, asumirás la misma medida de responsabilidad por él, o tu puntaje de crédito se verá directamente impactado. Jarvis señala que una sola cuota atrasada podrá causar que un préstamo se considere en mora. Si eso sucede, se deberá pagar el monto completo del préstamo.
Si estás considerando avalar un préstamo estudiantil a favor de alguien, se recomienda que cumplas con los siguientes pasos antes de asumir la responsabilidad por los costos universitarios de otro.
1. Agota todos los recursos federales
Antes de solicitar un préstamo privado, asegúrate de que el estudiante se haya postulado para todos los subsidios federales para los que califique: Becas, subvenciones, programas de trabajo para estudiantes, y préstamos garantizados por el gobierno federal. Los préstamos federales no requieren de un aval, y además incluyen protecciones para el consumidor, como la habilidad de prorrogar o extender los pagos en caso de que uno tenga dificultades para pagarlos. Sin embargo, los préstamos federales tienen límites.
Puedes pedir prestado alrededor de entre $5,500 y $7,500 dólares por año, dependiendo del año académico, pero el total no podrá exceder un monto total de $31,000 dólares para los estudiantes universitarios.
Si dicho monto aún resulta insuficiente para cubrir el costo total de los estudios, el padre o tutor del estudiante puede solicitar un préstamo Parent PLUS para cubrir el saldo restante. Un préstamo PLUS se mantiene únicamente a nombre de los padres, y no del estudiante. Sin embargo, los préstamos Parent PLUS incluyen alternativas de pago más flexibles que los préstamos privados, y solo requieren una verificación de crédito básica. «Los préstamos federales para estudiantes conllevan mucho menos riesgo, y presentan una mucho mejor alternativa para los padres», dice Jarvis.
2. No te dejes engañar por las bajas tasas de interés
Los préstamos estudiantiles federales y préstamos Parent PLUS conllevan tasas de interés fijas, por lo que las cuotas mensuales serán previsibles. Los préstamos estudiantiles privados típicamente conllevan tasas de interés variables, que quizás sean inferiores a las tasas que cobren los préstamos gubernamentales debido a la tendencia actual de bajas tasas de interés. Sin embargo, las tasas variables pueden aumentar, y ya que los préstamos estudiantiles tienen plazos de 10 años o más, las cuotas mensuales y el monto total que terminarás debiendo podrían crecer considerablemente. Algunos bancos sí ofrecen préstamos con tasas fijas de interés, y cabe también tenerlas en cuenta en caso de que optes por solicitar un préstamo privado.
Muchos préstamos privados además requieren que sus cuotas se vayan pagando durante el período de estudios. A diferencia, los préstamos federales brindan un período de gracia, de tal manera que solo se tendrán que pagar a partir de 6 meses posterior a la graduación.
En caso de optar por un préstamo privado, no lo solicites únicamente de los bancos. Las cooperativas de crédito y los gobiernos estatales también ofrecen programas de préstamos estudiantiles. «No existe garantía alguna de que estos sean los mejores, pero en caso de cualquier préstamo, vale la pena buscar y comparar los costos», explica Betsy Mayotte, directora de asistencias para el consumidor y cumplimiento en American Student Assistance, una organización sin fines de lucro que dispone de programas de capacitación para aquellos en busca de préstamos estudiantiles.
3. Entiende los términos
Lee completamente el pagaré que deberás firmar para obtener tu préstamo. Asegúrate de entender cuáles circunstancias constituirán un incumplimiento de pago, y si acaso se permite alguna medida de flexibilidad con respecto a las cuotas de pago. Verifica si acaso el préstamo incluye una liquidación por motivo de defunción o discapacidad. Mayotte indica que ahora son más los prestamistas que ofrecen tales cláusulas, pero de no incluirlas, el aval deberá hacerse responsable por la deuda en caso de que el prestatario fallezca o quede discapacitado e incapaz de pagarlo.
4. Obtén una liberación de aval
Algunos préstamos ya incluyen una cláusula de liberación a favor del aval. Luego de una cierta cantidad de cuotas pagadas a tiempo?típicamente un período de dos años?o una vez que el prestatario principal obtenga un puntaje de crédito predeterminado, es posible que se te permita desvincular tu nombre del préstamo.
Este formato también puede servir para proteger al prestatario principal. Si el aval fallece o se declara en quiebra, el préstamo entrará inmediatamente en mora y su saldo entero deberá pagarse. Pero la liberación no entrará en vigor automáticamente. Tú serás responsable de llevar la cuenta de todo pago puntual y solicitar la liberación una vez que se hayan cumplido los requisitos.
Puede que sea difícil obtener una liberación. Según la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, las liberaciones de aval son concedidas a menos del 10% de los prestatarios que las solicitan. Pero puedes mejorar tus posibilidades tomando ciertas medidas, como subscribirte a los pagos automáticos para garantizar que nunca te retrasarás, y esperar hasta que tu cuota mensual constituya menos del 10% de tu ingreso bruto mensual antes de solicitar la liberación, para así demostrar que no tendrás dificultad alguna para cumplir con tus pagos, según aconseja Mark Kantrotwitz, editor de Cappex.com, una página web que presta asesoría sobre cómo planificar una carrera universitaria y ganarse becas.
Alternativamente, Considera si puedes refinanciar tus préstamos privados con otro prestamista; en tal caso, también se liberará al aval.
5. Analiza la condición financiera del estudiante
Para fines de su propia protección, todo aval debería comprender la situación financiera del prestatario principal. Calcula la cuota mensual a pagarse, y el monto total del préstamo con intereses. ¿Podrá el estudiante pagar las cuotas mensuales en caso de tener que remitirlas mientras sigue estudiando? ¿Qué clase de ingreso anticipas que este gane al graduarse?
En caso de que sí optes por avalarlo, también necesitarás llevar la cuenta del préstamo y asegurarte de que las obligaciones de pago se mantengan al día. Si el prestatario principal se está retrasando en sus pagos y tú no estás enterado, se sumarán penalidades y cargos al préstamo muy fácil y rápidamente.
Si no te sientes cómodo avalando un préstamo, no lo hagas. Puede que el estudiante en necesidad de un aval lo requiera debido a que está pidiendo prestado más de lo que podrá pagar. Considera otras alternativas. Una posibilidad es prestarle dinero al estudiante para luego cobrárselo en cuotas. Alternativamente, el estudiante podría vivir en casa de su familia para así reducir sus costos. O quizás sea más fácil cumplir con los costos de su matrícula si asume un plan de cuotas para pagarla.
«Las familias que asumen deudas privadas me preocupan», dice Mayotte. «Si luego tienen dificultades para pagar la deuda, les quedan muy pocas alternativas».