En esta década, EEUU deportó a un millón de personas por ser mexicanos
Un hecho trágico en la historia estadounidense
Kentucky, Michigan, New Hampshire, Nueva York, Nueva Jersey, y la lista se extiende.
Las autoridades migratorias de Estados Unidos intensifican sus operativos contra indocumentados a lo largo y ancho del país desde la entrada de Donald Trump a la presidencia.
Tan cercano como esta semana, el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) informó del arresto de 101 inmigrantes en un operativo de varios días por 17 condados de NY y NJ.
Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), al que está adscrito ICE, asegura que su enfoque son los indocumentados que han cometido crímenes, la experiencia ha demostrado que las detenciones colaterales de individuos que no necesariamente tienen historial delictivo se reportan con más regularidad que la esperada.
Por otro lado, el hecho de que la mayoría de los arrestados sean hispanos, de países como México y Centroamérica también envía una señal de alerta sobre la vulnerabilidad de esta población ante la embestida de “La Migra”.
Por mencionar un ejemplo, en el caso de la mencionada intervención en la zona tri-estatal, 18 arrestados eran de República Dominicana, 15 de México, ocho de Honduras, siete de El Salvador, seis de Guatemala, cuatro de Colombia, cuatro de Cuba, tres de Costa Rica y dos de Perú.
En el caso de la redada en Kentucky, también en los pasados días, de los 22 arrestados, 16 eran guatemaltecas, cinco eran mexicanas y uno de Zimbabwe.
Muchos podrían tomar estos datos como evidencia de que ésta es la era menos favorable para la población inmigrante y, probablemente, no se equivoquen.
Sin embargo, si nos trasladamos a la década de 1930, en plena crisis económica en Estados Unidos, ocurrió un evento que al momento sigue superando el efecto de la cadena de redadas antiinmigrantes impulsadas por el gobierno en turno.
El medio Timeline que expone artículos y videos sobre hechos que marcaron la historia estadounidense recapituló esta semana el bochornoso episodio en el país.
Uno de los escenarios peores se vivió en el centro de Los Angeles, el 26 de febrero de 1931. Agentes migratorios rodearon la iglesia católica conocida como La Placita en busca de inmigrantes mexicanos. Allí se llevaron detenidos a al menos 400 personas que sospechaban no tenían autorización para estar en el país. A estos los metieron en camioneta y los enviaron de vuelta a México.
Pero lo cierto es que en la “cacería” que duró, aproximadamente, una hora y 15 minutos, las autoridades no solo se llevaron inmigrantes sino ciudadanos mexicoamericanos -especificamente un 60 % del total de detenidos; algunos de los que incluso no sabían hablar español.
¿La razón? La Gran Depresión que afectaba EEUU provocó un ambiente antimexicano.
La intervención se repitió en estados como Ohio, Nueva York e Illinois, donde cientos fueron detenidos. Las personas eran sorprendidas en espacios públicos y deportados.
“En un esfuerzo por deshacerse de mexicanos de manera inmediata, los agentes de Inmigración no se preocupaban en diferenciar entre esos que entraron legalmente y los que no”, se plantea en el reportaje.
El artículo cita al profesor de Derecho de UC Davis School of Law, en California, Kevin R. Johnson.
“Está muy claro hoy que la conducta de los oficiales federales y estatales y locales en la campaña violaron los derechos legales de las personas repatriadas, así como de personas con ascendencia mexicana”, planteó el estudioso.
Aproximadamente, un millón de mexicanos fueron deportados en esa década, equivalente a un tercio de la población mexicana en el país. De acuerdo con el experto, se trató de una iniciativa de “limpieza étnica” enfocada en mexicanos.