El juego tóxico y peligroso de caseros ambiciosos
Miembros de mi sindicato, la Local 78 se esfuerzan cada día para que los neoyorquinos vivan en un ambiente libre de tóxicos. Miles de ellos remueven materiales peligrosos para la salud como asbestos de sitios de construcción. Desafortunadamente hay caseros que cuya codicia los lleva a cortar esquinas, contratando a trabajadores sin el entrenamiento debido, los explotan, creando condiciones peligrosas para los residentes de la gran manzana como resultado.
Hace pocas semanas el Departamento de Investigaciones (DOI) anunció el arresto de 17 personas acusadas de falsificar inspecciones de asbesto en 40 propiedades en Manhattan y Staten Island. Eso quiere decir que los obreros y cualquiera que haya tenido acceso a esas propiedades pudieron haber sido expuestas a materiales tóxicos sin saberlo.
El asbesto puede causar cánceres agresivos tales como cáncer del pulmón. Es por eso que se necesitan obreros de la construcción que estén debidamente entrenados para evitar riesgos a la salud pública.
Es casi garantizado que cualquier edificio construido antes de 1973 contiene asbestos. Es por eso que su remoción, el cual es muy costoso, es un requerimiento del Departamento de Edificios antes de emitir cualquier permiso de construcción o remodelación de una propiedad.
Investigadores certificados deben enviar pruebas a laboratorios para confirmar la presencia de material tóxico. Los resultados de esas pruebas son enviadas al Departamento de Protección Ambiental (DEP).
El problema es que los propietarios pueden elegir sus propios investigadores para certificar que su sitio de construcción está libre de asbesto. Estos inspectores, incluso con la certificación requerida, pueden ser influenciados fácilmente para producir resultados favorables para los propietarios de edificios si existe un interés personal para hacerlo.
Con tantos caseros negligentes, la ciudad no puede confiar en la buena fe de los propietarios de edificios. Este último caso involucró a 40 edificios, pero estas prácticas ilegales podrían estar ocurriendo en muchos otros sitios de construcción que no conocemos.
Este escandaloso caso relacionado a la inspección de asbesto falsas es una prueba sólida de lo que son capaces de hacer los caseros con tal de ahorrarse unos dólares. Están dispuestos a eludir el sistema para obtener ganancias financieras mientras ponen en riesgo a los neoyorquinos.
Si la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA), una agencia gubernamental sujeta a una serie de reglas, puede fallar en sus inspecciones de plomo requeridas, imagine lo que los propietarios de edificios privados pueden lograr. El asbesto está incluso más regulado que el plomo, pero evidentemente la falta de supervisión adecuada está dando paso a que no se cumplan las reglas.
Aplaudimos a los fiscales de distrito y al Departamento de Investigación por recomendar verificaciones de antecedentes y que DEP haya aumentado el número de personal encargado de auditorías. Pero eso no es suficiente. Es necesario que los inspectores sean elegidos por la ciudad y no por los propietarios de los edificios.
Es hora de que los caseros rindan cuentas de lo que hacen. La ciudad tiene la obligación de hacer lo que sea necesario para garantizar la seguridad no solo de los trabajadores de la construcción sino también de todos los neoyorquinos.
-Edison Severino es el gerente general de LiUNA Local 78, sindicato que representa a trabajadores de remoción de materiales peligrosos en Nueva York, Nueva Jersey y Long Island.