Uso de más cámaras corporales demanda mayor transparencia del NYPD
Junta de Querellas Civiles necesitará más almacenaje de video
El plan para equipar a todos los policías que patrullan las calles de Nueva York con cámaras de video corporales renovó el llamado a una mayor transparencia por parte de la Uniformada, cuyos representantes testificaron este lunes ante el Comité de Seguridad Pública del Concejo Municipal.
¿Quién decide con objetividad qué grabaciones son liberadas?, preguntó el concejal Donovan Richards, quien preside el Comité de Seguridad Pública.
Representantes del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) encabezados por el comisionado James P. O’Neill adelantaron que en estos momentos se encuentran preparando una política interna sobre el manejo y la distribución de las grabaciones de las cámaras corporales y que planean publicarla dentro de 30 a 45 días.
Actualmente, las grabaciones de las cámaras se comparten con las oficinas de los fiscales generales a través de la red privada del NYPD.
El Presupuesto Preliminar del alcalde Bill de Blasio para el año fiscal 2019 prevé $12 millones para la compra de más cámaras corporales y actualizaciones de tecnología de la información relacionadas, además de los $5 millones designados durante el año fiscal en curso, con el fin de que todos los oficiales y detectives que patrullan las calles lleven consigo cámaras de video para fines de 2018.
El aumento de esta tecnología obligará a la Junta de Revisión de Querellas Civiles (CCRB), cuyos miembros también participaron de la audiencia, a atender sus actuales límites de almacenamiento de pruebas de video.
“A las tasas actuales, la agencia se quedará sin espacio para almacenar video en menos de tres años”, advirtió Frederick Davie, presidente interino de la CCRB.
La CCRB, que en 2017 recibió 4,487 denuncias de uso de la fuerza, abuso de autoridad, falta de cortesía y lenguaje soez por parte de la policía, pudo corroborar 31% de sus investigaciones completas que incluían evidencias en video, frente a 14% que no contaban con video.
Es más, sostuvo Davie, el año pasado, 55% de las acusaciones con evidencia de video fueron cerradas versus 38% sin video.
“En 2017, la CCRB solicitó grabaciones de cámaras corporales en relación a 165 quejas, un número que solo se elevará conforme el programa del NYPD se expanda”, adelantó Davie.
La policía aprovechó la audiencia para resaltar “Vigilancia Vecinal”, o Neighborhood Policing, enfatizando que no se trata de un programa ni una iniciativa, sino “una filosofía que busca modificar la estrategia para cumplir con nuestra misión principal”, dijo el comisionado O’Neill, agregando que la iniciativa que busca involucrar a la ciudadanía y acercarla al NYPD, se está expandiendo cada vez más, desde las zonas habitacionales que cuentan con servicio de la policía hasta el sistema de metro.
Otros puntos que resaltaron en el intercambio entre los concejales y la policía fueron la crisis de opioides, el reciente informe sobre arrestos por marihuana y la seguridad en las escuelas. Sobre el último tema, el comisionado fue enfático en señalar que la ciudad no hará eco del llamado del presidente Donald Trump de armar a los maestros.
“Los maestros necesitan enseñar”, dijo O’Neill.