Mega edificio de 13 pisos en Queens divide a negocios y residentes
Durante 90 años la esquina de la calle 82 y Avenida 40, en Elmhurst, fue sede del legendario teatro Jackson Heights Cinema, que cerró sus puertas en el 2014. Hoy es un lote vacío, protegido con largas tablas de madera verde, que tiene divididos a residentes y negocios de esa parte de Queens.
Y faltando unas horas para que la Junta Comunal Número 4 se manifieste sobre si da o no luz verde a la construcción del mega proyecto de 13 pisos que se planea levantar allí, con 120 apartamentos, 130 estacionamientos de autos, y un espacio para una tienda Target, activistas y líderes políticos de la zona se manifestaron el martes para pedir que se le ponga freno al proyecto.
“El Target aumentará el tráfico y además pondrá en peligro la seguridad de los peatones y de paso creará obstáculos en el flujo de las ambulancias que necesitan acceso al Hospital Elmhurst, ubicado a solo una cuadra de distancia”, aseguró Catalina Cruz, candidata del Distrito 39 a la Asamblea Estatal, quien convocó a la manifestación en la que destacó que el proyecto además pone en riesgo a más de un centenar de negocios circundantes.
“No solo se trata de la cuadra inmediata sino de farmacias, tiendas y restaurantes que hay en la zona, porque el impacto se sentirá en todo el barrio y queremos que nos tengan en cuenta en estas decisiones”, agregó la colombiana, quien dijo que de llegar a la Asamblea promoverá legislaciones que frenen a los grandes desarrolladores urbanísticos que no toman en cuenta el impacto de sus obras en las comunidades. “Cómo nos va a beneficiar un proyecto así, si para una o dos docenas de viviendas asequibles la mayoría de gente del barrio no va a calificar y muchos de nuestros inmigrantes se van a quedar sin trabajo”, se preguntó.
Shekar Krishnan, de la organización “Friends of Diversity Plaza”, aseguró que si la Junta Comunal se manifiesta contra el proyecto, la Ciudad tiene que escuchar.
“Si votan ‘no’, todavía no es un triunfo final, pero sería un mensaje clarísimo al gobierno de la ciudad, mostrando que la comunidad rechaza esta propuesta y para otras comunidades, mostrando que las comunidades pueden unirse y protestar contra proyectos malos para sus barrios”, dijo el activista, quien advirtió que si la junta da el aval, el panorama futuro para el vecindario es muy preocupante.
“Según la ley y las reglas de uso de tierra de esta comunidad, ellos tienen derecho a construir edificios hasta de nueve pisos y además con un Target aquí, sería otro vehículo para desplazar a los residentes a largo plazo, especialmente los inquilinos de color y los inmigrantes, recompensando solo a los desarrolladores”, acotó el líder comunitario.
El senador estatal José Peralta, de ese distrito, también se sumó a las voces en contra, advirtiendo que el simple hecho de que el complejo tenga 13 pisos, no encaja en el barrio donde los inmuebles cuentan con seis o siete plantas de altura máxima.
“Este plan puede ser demoledor, ya que, con toda probabilidad, provocará que los alquileres aumenten en el área, y muchos de los vecinos que en realidad construyeron este barrio sean desplazados”, dijo el político, quien señaló también que le preocupa la manera en que el aumento del tráfico afecte a las urgencias que llegan al hospital Elmhurst. “Me opongo a este proyecto a menos que la comunidad se beneficie del mismo, y ese, de momento, no parece el caso. Sin embargo, la zonificación de la parcela donde se quiere edificar esta estructura es un tema de competencia municipal y no estatal”.
Peralta de paso manifestó su oposición al área comercial que se contempla construir. “La presencia de un Target Express perjudicará a los pequeños comerciantes, un sector que es la fuente de ingresos de muchas familias trabajadoras que ya lucha por sobrevivir”, dijo.
José Sánchez, administrador de la Panadería Ecuatoriana, ubicada al frente del futuro complejo, criticó que los desarrolladores no hayan informado de sus planes a los vecinos y negocios y pidió que haya más comunicación.
“Me parece que ese proyecto debe buscar maneras de beneficiar al barrio, pero sin muchos datos todavía no puedo tener una postura final”, dijo Sánchez, quien asistirá a la reunión de la Junta Comunal.
Asimismo Lupe Peñaloza, residente del área, se mostró preocupada de que el nuevo proyecto aumente los costos del área, y termine por beneficiar solo a las compañías y se manifestó dividida sobre la presencia del Target. “Por un lado me gusta que esa tienda esté aquí más cerca, pero creo que también ellos deberían dar la mayoría de nuevos empleos a personas de nuestra comunidad”, dijo la peruana.
Alejandra Anzola, del restaurante Delicias Colombianas, manifestó su apoyo pleno al proyecto y dijo que solo traerá beneficios económicos para todos.
“Es muy sencillo, si hay más gente viniendo, vamos a tener más clientela y además si hay más apartamentos aquí, tendremos más opciones”, dijo la colombiana, algo que no comparte Mauricio Piratova, defensor de los pequeños negocios.
“Es muy preocupante que se pretenda traer a la comunidad una construcción así que solo va a poner en riesgo a nuestros comerciantes y vecinos”, dijo el joven.
Las compañías Sun Equity Partners y Heskel Group, que están detrás del proyecto de $27 millones han defendido el complejo, asegurando que será de impacto positivo para la comunidad.
La Ciudad ofreció emitir en breve una respuesta ante las preocupaciones de la comunidad, pero al cierre de esta edición no enviaron ningún comentario sobre su postura ante el proyecto y la manera en que la presencia de un Target en esa zona podría afectar a la comunidad y crear un eventual problema de tráfico y desplazamiento de negocios.
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