Los viajes de lujo del miembro del Gabinete de Trump
A Scott Pruitt le gusta lo mejor de lo mejor... a costa del erario
El Administrador de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) gastó 105,000 dólares en vuelos, a los que se han de sumar 58,000 dólares en gastos adicionales, para viajar a París, Italia y Marruecos.
El portal Politico desveló el martes los gastos en viajes que Scott Pruitt había realizado. La cifra asciende a 105,000 dólares en vuelos en primera clase, según un registro que la EPA proporcionó al Comité de Supervision de la Cámara.
Pruitt ha sido repetidamente criticado no sólo por la cantidad a la que asciende el gasto en vuelos, sino por actuar en contra del protocolo de la EPA, que recomienda viajar en clase turista.
Sin embargo, y a pesar de actuar contra su protocolo, la Agencia defiende al administrador argumentando que el elevado coste de estos boletos está justificado por las amenazas que Pruitt recibe.
A este respecto, según develó Politico el pasado febrero, Pruitt se ha enfrentado a varios pasajeros enfadados en vuelos comerciales.
Por eso, aquellos que se encargan de la seguridad de Pruitt defienden “cambió su clase por ciertos protocolos de seguridad que requieren que esté cerca del frente del avión”.
Entre los traslados se encuentran vuelos charter y un pasaje en avión militar para que él y su equipo se reunieran en un evento con Donald Trump en Cincinnati. Después tomó un vuelo a Europa desde Nueva York.
En Europa el pasado verano, del 5 al 12 de junio, visitó Italia y allí tuvo una reunión con los ministros del G-7 y realizó un tour privado por el Vaticano. A los costes de los aviones se han de sumar los gastos en seguridad que en este viaje ascendieron a los 30,000 dólares.
El pasaje aéreo más caro corresponde a un viaje a Marruecos el pasado mes de diciembre y asciende a 16,217 dólares. Allí, Pruitt promocionaba el gas natural estadounidense. En este viaje, Pruitt predio un vuelo de conexión en París y finalmente salió de la capital Francesa dos días más tarde.
En la información obtenida en los registros de la EPA figura también la intención del administrador de viajar a Australia para “discutir las mejores practicas con respecto a operaciones ambientales” dentro del país. Sin embargo, este viaje nunca llegó a darse.