Trump propone aranceles por $50,000 millones contra China para castigar prácticas comerciales

La acción de Trump hace temer una guerra comercial que perjudicará a trabajadores y consumidores en EEUU

WASHINGTON- El presidente Donald Trump propuso este jueves imponer aranceles por $50,000 millones contra China para castigar sus prácticas comerciales, como parte de su política de proteccionismo económico pero arriesgando una posible guerra comercial que perjudique a los consumidores en EEUU.

Durante un acto en la Casa Blanca, rodeado de miembros de su Gabinete y líderes empresariales, Trump firmó una orden ejecutiva con instrucciones para imponer aranceles por $50,000 millones contra China, aunque aseguró que la cifra podría ascender a $60,000 millones.

Tras quejarse del “abuso” de los socios comerciales de EEUU y de un déficit comercial de $800,000 millones, Trump firmó una medida que pone en marcha represalias contra China bajo la llamada “sección 301” del “Acta Comercial de 1974”, y prometió que es apenas “la primera de muchas”. 

Según Trump, el déficit comercial con China es de aproximadamente $500,000 millones, “pero lo vamos a resolver y, francamente, nos va a hacer una nación más fuerte, más rica”.

“La palabra que quiero usar es ´recíproco´: cuando ellos  cobran 25% por las importaciones de automóviles, y nosotros les cobramos 2% por sus exportaciones de vehículos a EEUU, eso no es bueno. Así fue como se reconstruyó China, con el tremendo dinero que nosotros pagamos desde la fundación de la Organización Mundial de Comercio” (OMC), dijo Trump, al condenar también la “injusticia” de ese órgano comercial internacional.

Trump precisó que ha mantenido conversaciones “con representantes de alto nivel en China, incluyendo el presidente”, Xi Jinping y les ha pedido que reduzcan de inmediato el déficit comercial con EEUU por $100,000 millones.

Los aranceles serían concretamente una respuesta a reglas comerciales que obligan a las empresas estadounidenses que quieren acceso al mercado chino a forjar alianzas con compañías nacionales y así revelar sus secretos comerciales. 

La Administración Trump inició el año pasado una investigación bajo la “sección 301”  sobre las prácticas comerciales de China relacionadas con la transferencia de tecnologías y el robo de propiedad intelectual, entre otras.

El titular de la Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR), Robert Lighthizer, dijo que esa investigación, reflejada en un informe de 200 páginas,  en efecto determinó que las políticas comerciales de Pekín perjudican a EEUU, incluyendo “el robo” propiedad intelectual.

“Esta es una acción extremadamente importante. Muy significativa y muy importante para el futuro del país, verdaderamente para todas las industrias” de la economía, observó el representante comercial, quien tendrá 15 días para presentar una lista con los productos sujetos a los aranceles.

Lighthizer recibió órdenes de presentar una queja ante la OMC por las prácticas discriminatorias de China en los requerimientos de registro para que las empresas extranjeras puedan operar en ese país, con el objetivo de recabar apoyo de aliados internacionales contra el país asiático.

Por su parte, el vicepresidente, Mike Pence, dijo que la medida de hoy envía un “claro mensaje” al mundo de que se acabó la “era de la rendición económica” de EEUU.

El pasado 8 de marzo, fiel a su política de proteccionismo económico, Trump anunció aranceles contra las  importaciones de acero y aluminio, que entrarán en vigor mañana.

Sin embargo, el gobierno ha tenido que replegarse con exenciones temporales, hasta el 1 de mayo  para México, Canadá, Argentina, Corea del Sur, Brasil y la Unión Europea (UE), diluyendo el propósito de los aranceles punitivos. En señal de represalia, la UE ya había alistado una lista de productos estadounidenses emblemáticos sujetos a aranceles.

“Muchos países están llamando para negociar mejores acuerdos comerciales porque no quieren tener que pagar los aranceles de acero y aluminio… verdaderamente creo que no se pueden creer que se han salido con la suya por tanto tiempo”, afirmó Trump hoy en el evento.

Al describir cómo otros países, entre estos China y Corea del Sur, han tomado ventaja de EEUU en la arena del comercio internacional, Trump repitió que el Tratado de Libre de Comercio de América del Norte (TLCAN)  “ha sido un acuerdo muy malo para EEUU,  “pero lo vamos a mejorar, o tendremos que hacer algo distinto”, sugiriendo su eliminación.

Trump ha culpado a China por el cierre de miles de fábricas y la eliminación de seis millones de empleos en EEUU, pero los expertos señalan que el mandatario omite de su análisis el papel de la automatización en varios sectores de la economía.

¿Se avecina una guerra comercial?

Si bien esta medida apacigua a su base,  también aumenta el riesgo de una guerra comercial que, paradójicamente, perjudicará a las empresas y trabajadores que la Administración quiere proteger, además de que aumentará los precios al consumidor.

La respuesta desde Pekín fue contundente: el primer ministro chino, Li Keqiang, economista por profesión, advirtió hoy de que “una guerra comercial no ayuda a nadie, no hay un ganador”.

Horas más tarde, el gobierno chino amenazó con imponer aranceles por $3,000 millones en las importaciones de unos 128 productos estadounidenses, si ambos lados no resuelven su disputa comercial. China impondría aranceles del 25% en importaciones porcinas y de aluminio reciclado, y del 15% en productos como frutas frescas y vinos, según el Ministerio de Comercio en ese país.

El anuncio de Trump no sentó bien en Wall Street, y el promedio industrial de Dow Jones sufrió una caída de más de  700 puntos, ante el nerviosismo del sector financiero.

Varios expertos en todo el espectro político en EUU advirtieron de que, al final, esta medida será contraproducente, porque China le pasará factura a los consumidores estadounidenses, que hasta ahora se han apoyado en los bajos precios de las importaciones chinas.

Un mal necesario

En declaraciones a este diario, Harry Kazianis, director de Estudios de Defensa del conservador Centro para el Interés Nacional,  explicó que EEUU busca tomar represalias por la continua “agresión económica” de China, cuya economía supera los once billones de dólares y es la segunda más grande en el planeta.

La meta, aseguró, es usar los aranceles como arma de negociación.

“Lo único que está haciendo Trump es responder a un gobierno chino que, de forma lenta pero segura, está aprovechando al máximo su recién descubierta fuerza económica… (China) quiere adquirir poder económico, y por extensión, poder político y militar en toda Asia y el mundo”, advirtió Kazianis, al defender las acciones de EEUU.

Estos aranceles son parte de una obra en cinco actos, y “apenas abrimos el telón. La Administración Trump trata de obligar a Pekín a una amplia renegociación de sus vínculos comerciales”, que ahora favorecen a las exportaciones chinas en detrimento de las empresas estadounidenses, aseguró el experto.

En 2017, bajo la Administración Trump, el déficit comercial de EEUU con China fue de $375,000 millones, “es decir, el Producto Interno Bruto de Austria,  y hasta China reconoce que eso es insostenible”, señaló Kazianis.

Durante una conferencia telefónica hoy con periodistas, un funcionario de la Administración, que pidió el anonimato, consideró que el efecto de las posibles represalias de China serían “mínimo” en comparación con el daño económico que han causado a EEUU las prácticas comerciales del gigante asiático, especialmente el robo de propiedad intelectual,  en los últimos 15 años.

Una vez  que USTR divulgue la lista de hasta 1,300 importaciones chinas sujetas a aranceles, el gobierno abrirá un periodo de 30 días para comentarios públicos antes de ponerlos en vigor.

En esta nota

Administración Trump China Comercio Donald Trump Economía EEUU
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain