Fiebre del Mundial contagia a los hispanos de la Gran Manzana

Desde El Barrio hasta Jackson Heights se siente la ansiedad porque comiencen la cita más importante del fútbol, y México, Colombia y Argentina son los más apoyados

Faltan menos de 24 horas para que se dé el pitazo que marcará el inicio del Mundial Rusia 2018, y aunque 4,680 millas separan a Nueva York de Moscú, en los vecindarios hispanos de la Gran Manzana se percibe el olor a fútbol. Rusia se siente más cerquita.

En la calle 116 con segunda Avenida en El Barrio, en Manhattan, donde viven muchos mexicanos, el apoyo a la selección azteca es más que evidente. Y aunque a diferencia de otros años, todavía no hay muchos vendedores en las calles con mercancía relacionada al Mundial, la tienda Euromex Soccer, que desde el 2008 es un lugar sagrado para los fanáticos que buscan comprar el atuendo del equipo de su país, se ha vuelto la meca de los que viven el fútbol.

“Esto estaba un poco lento pero en las últimas dos semanas la gente no para de venir”, comentó Jaime Flóres, dueño del almacén deportivo, quien asegura que allí el favoritismo hacia El Tri no puede ocultarse. “Ahorita lo que más están comprando son camisas para apoyar a sus equipos y la que más estamos vendiendo es la de México, que esperamos que al menos pase al quinto juego, pero también están jalando las de Perú, Colombia y Argentina”.

Video de NY1 Noticias: Expectativa en Nueva York a un día del Mundial
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Lola Rojas, originaria de Tlaxcala, quien trabaja en el lugar, cuenta que además de las franelas y banderas, los futboleros se inclinan por llevar gorras y láminas de sus equipos favoritos. Y aunque ella cree que cualquiera de las 32 selecciones que asisten a la cita mundialista puede ganar, le pide a los santos por la suya.

“Desde el jueves me pongo la camiseta y no me la voy a quitar. Tengo una colección de camisetas y sé que en el grupo que estamos es difícil ganar, pero si México gana de seguro me voy a celebrar con tequila, como buena mexicana”, dijo la joven.

Y es tal la pasión que el fútbol desencadena entre los hispanos que incluso los niños viven con la misma emoción por el Mundial Rusia 2018, incluyendo aquellos cuyos equipos no lograron estar dentro de los países clasificados.

“Yo amo el fútbol y me da tristeza que Chile no esté en Rusia, pero voy a ver los partidos y junto con mi hermano cuando seamos grandes vamos a ser futbolistas profesionales y vamos a estar en el quipo de Chile en algún mundial”, dijo con mucha gracia David Fritis, hijo de padre chileno y madre boricua.

La mamá del pequeño, Daisy Rosario, confiesa que aunque no era muy amante del fútbol, desde que se casó y tuvo a sus hijos, se contagió de la fiebre futbolera.

La mexicana Porfiria Suarez espera aumento en su clientela

“Ellos me han ido enseñado y ahora me gusta ver los juegos, así que por ellos tendré que estar pendiente a lo que pasa en Rusia”, dijo la puertorriqueña.

Buscan ‘hacer su agosto’ con el Mundial

Pero la emoción del balompié va más allá de las camisetas y las gorras, y a pocas cuadras del “templo futbolero”, Porfiria Suárez, quien vende tacos, tamales, quesadillas y gorditas en un puesto frente a una tienda, asegura que no solo quiere que México haga un buen papel, sino que también durante el mes que dura el Mundial ella tenga más clientela.

“Vamos a ver si viene más gente a comer, el problema es que como la mayoría de los partidos son en la mañana, muchos preferirán verlos en sus casas”, dijo la madre de familia, quien incluso ha pensado en una estrategia para atraer más comensales.

“Tal vez me voy a inventar la gordita rusa, que tiene los colores de la bandera ya con los ingredientes que le pongo y así me pongo a tono con el Mundial”, explicó la mexicana con mucha gracia.

David y Johnatan Fritis junto a su madre Daisy

Al otro lado de la Gran Manzana, en Jackson Heights, Queens, la fiebre por el Mundial es todavía más evidente. Allí, no solamente ya se aprecian ventas de camisetas, gorras y llaveros, sino que los sitios donde generalmente se transmiten los partidos de fútbol ya están promocionando las fechas venideras.

Samuel Navarro, administrador del bar Romance de la Avenida Roosevelt, espera tener muchos espectadores disfrutando de los juegos, pero admite que la diferencia horaria con Rusia le quitará un poco el sabor a la fiesta futbolera.

“Aquí la regla es vender licor después del mediodía, y como hay muchos partidos temprano, no creo que venga gente, pero vamos a pasar las repeticiones y la gente como quiera celebra”, dijo el mexicano.

Pero Sofía Moreno, quien le va a la selección de España, tiene una solución que se implementará en el bar en el que trabaja. “Aquí vamos a vender jugos en vez de cerveza a esa hora… lo importante es ver los partidos y sé que España va a lucirse ante todo con Iniesta”, dijo la colombiana.

Su paisana Ana Barrero, originaria de Letizia, en la Amazonía, se declaró fiel hasta el final a la selección de James Rodríguez y dijo que no tiene duda que esta vez el equipo cafetero avanzará más lejos que de los cuartos de final a los que llegó en Brasil 2014.

“Este va a ser el año de Colombia, porque ellos son comprometidos y entregan todo cuando juegan”, dijo la joven, quien choca con la opinión del porteño Emiliano Firenzi.

Las colombianas Ana y Sofia, meseras del clun Romance, van a ofrecer juego en vez de cerveza en el Mundial

“En este Mundial Argentina finalmente va a llevarse la copa… los demás son unos boludos”, dijo el argentino, quien trabaja en una oficina de Manhattan, y quien desde ya no teme en revelar públicamente que los días que juegue su equipo no irá a trabajar “con permiso o sin permiso, porque el fútbol es mi religión”.

La peruana Rosy Martínez, quien dice ser hija de la selección de su país, pues nació hace 36 años, la última vez que el equipo inca fue a una cita mundialista, dice que la fiesta para ella será doble.

“En mi casa ya tenemos todo listo para desayunar con comida peruana y desde los más pequeños hasta los más viejos tenemos la camiseta de Paolo Guerrero, porque sabemos que si estamos unidos ganaremos unidos”, dijo la madre de familia, quien agregó que esta vez en Rusia no se hablará alemán al momento de alzar lo copa sino un poco de quechua, español y Aymara. “Perú va a ganar y Brasil va a ser subcampeón, ya verán”, vaticinó.

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