Flexibilidad de alcaldía reduce número de alumnos en escuelas de verano
Irónicamente, sólo 40% de los estudiantes de NYC aprobaron los exámenes estatales de inglés y matemáticas
Por primera vez en una década, menos del 5% por ciento de los estudiantes en los grados 3ero a 8vo están obligados a ir a la escuela de verano en NYC.
Desde el próximo jueves, el Departamento de Educación de la Ciudad (DOE) ofrece de forma gratuita sus tradicionales programas para la mejora de la lectura, matemáticas o inglés, así como visitas a museos y parques, con desayuno, almuerzo y transporte gratis.
Para algunos son opcionales y una ayuda a los padres que trabajan, pero para otros alumnos las clases son obligatorias, si no quieren repetir el mismo grado a partir del otoño.
En 2013, 32,200 estudiantes de 3ero a 8vo fueron a la escuela de verano. Este año, sólo 15,700 alumnos están inscritos.
El entonces alcalde Michael Bloomberg exigía a todos los estudiantes que no aprobaron el examen estatal de inglés y matemáticas que asistieran a la escuela de verano para pasar al siguiente grado.
Bloomberg hablaba de su política como “el final de la promoción social”, argumentando que era un flaco favor pasar a los estudiantes que no dominaban los contenidos básicos de su grado.
Pero desde 2014 los legisladores estatales prohíben utilizar los puntajes de las pruebas como el único factor para determinar la promoción o la retención, y el alcalde Bill de Blasio renovó la política de la ciudad, dejándola en manos de los maestros y administradores escolares.
De inmediato el número de estudiantes obligados a ir a la escuela de verano disminuyó drásticamente y las cifras han seguido bajando cada año desde el cambio en la política.
Ello a pesar de que sólo alrededor del 40% de los estudiantes de la ciudad aprobaron los exámenes estatales de inglés y matemáticas el año pasado. Pero el Departamento de Educación (DOE) defiende la disminución en la asistencia obligatoria a la escuela de verano y dice que miles de otros estudiantes asistirán a programas de enriquecimiento voluntario, que la ciudad proporcionará de forma gratuita.
En contraparte, aquellos que están obligados a estar en el aula tendrán un día más largo por segundo año consecutivo: seis horas de clases, en vez de cuatro.
Pero los críticos dicen que con menos de la mitad de los estudiantes aprobando los exámenes estatales cada año, más deberían asistir a la escuela en el verano.