“No sabían lo que era ver la luz del día”: México detuvo y procesó a 138,000 niños migrantes
México ha denunciado como "cruel e inhumana" la política migratoria de EE.UU. que ha provocado separación de familias. Pero el propio país latinoamericano ha tenido en marcha un programa migratorio del cual no se puede sentir orgulloso, como han documentado observadores.
En México no existen “jaulas” para la detención de niños migrantes como en Estados Unidos.
Los menores tampoco son aislados, como lo han hecho las autoridades migratorias de EE.UU. que cumplen con la política de “tolerancia cero” del gobierno de Donald Trump.
Pero la situación por la que pasan miles de menores de Centroamérica cuando son capturados no es menos grave, como muestran informes de defensores de derechos de los migrantes.
Entre los problemas más alarmantes detectados dentro de las estaciones de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) se ha documentado que hay casos de niños que ni siquiera tienen un espacio al aire libre.
“Están en condiciones de encierro permanente. Los testimonios son de niños y familias enteras que llevaban 4, 5, o 6 o más días y que no sabían lo que era ver la luz del día, tomar el aire“, señala Miguel Paz, coordinador del Grupo de Trabajo de Niñez del Consejo Ciudadano del INM (CCINM).
Ese grupo de monitoreo presentó el año pasado un informe con 152 observaciones sobre deficiencias y violaciones a derechos humanos en los centros de detención migratoria del INM.
En entrevista con BBC Mundo, Paz dice en los 17 centros investigados se detectaron problemas como la inexistencia de un criterio uniforme para la clasificación de migrantes, incluidos niños.
Mientras la separación de menores y sus padres ha sido el tema más criticado de la política migratoria de EE.UU., en particular por las condiciones de los centros de detención, en México esto ha pasado desapercibido.
“Hay veces en que los niños (varones) de 7 u 8 años ya no pueden estar con su mamá y se les traslada a la celda con las personas adultas”, asegura Paz sobre los centros de detención con más carencias.
“Cuando son niñas, cuando son adolescentes (mujeres), y no hay espacios en los centros de detención, nos encontramos que pequeñitas desde 4 años son separadas de sus papás (hombres)“, apunta.
No todas las estaciones de detención migratoria del INM cuentan con las mismas áreas ni las mismas capacidades, pero Paz advierte que la clasificación de migrantes por áreas es algo recurrente.
“Es una práctica totalmente generalizada. Hay algunos momentos del día en que se les permite estar juntos, pero eso es diferente. Hay momentos en que toda la población convive en algunas estaciones durante todo el día. Solo en algunas”, añade.
Las autoridades del INM aseguran que se privilegia la unión familiar y los padres no dejan de tener contacto con sus hijos.
“Reconocemos que no somos una instancia especializada en la atención de niños, niñas y adolescentes”, dice Carlos Madrazo, director de Control y Verificación Migratoria del INM, a BBC Mundo.
Pero rechaza que la separación de familias por género y edad sea comparable a lo que ocurre con los niños migrantes en EE.UU.
Más de 138.000 niños
Las cifras oficiales indican que México ha detenido y puesto bajo proceso migratorio a más de 138.000 menores de edad durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
De ellos, casi 73.000 estaban acompañados, mientras que los otros 65.000 viajaban sin ninguna compañía.
Los datos oficiales indican que de 2012 a la fecha el 97% de los niños migrantes detenidos en México son originarios de países de América Central: Honduras, El Salvador y Guatemala.
El país registró un gran aumento de menores migrantes de 2014 a 2016 que se tradujo en un alto número de detenciones.
Cuando los niños migrantes viajan con sus padres, o solo uno de ellos, los menores son llevados a una de las 46 estaciones provisionales que hay en el país y ahí pasan unas horas, en teoría.
Después son canalizados a 6 estaciones llamadas “concentradoras” de migrantes -de donde son deportados- en donde se llega a dar la separación niños y padres.
En el caso de los varones, todo depende del género y edad: niñas y niños pueden permanecer con sus madres, a menos que sean adolescentes mayores, entonces son llevados a un área aparte.
Pero las niñas y las adolescentes que viajaban únicamente con su padre son separadas por prevención contra los abusos.
Pero la clasificación es discrecional de cada centro, denuncian los observadores ciudadanos.
Dora Giusti, de Unicef México, dice que contrario a lo que prioriza la ley “un buen porcentaje (de niños) están siendo detenidos en las estaciones migratorias y no todos acceden a albergues especializados del DIF (servicios sociales) ni reciben atención integral ni una evaluación del interés superior del niño”.
“Los que se quedan en la estación migratoria están en una situación que tiene sus consecuencias psicológicas“, advierte sin dejar de reconocer que el INM ha estado mejorando en los últimos años.
¿Cuánto tiempo pasan ahí?
Carlos Madrazo, del INM, asegura a BBC Mundo que los migrantes pasan -en promedio- 8 días en las estaciones de detención y procesamiento.
“En México ingresar de manera irregular al país no constituye un delito ni un tema criminal. Es solo un tema de carácter administrativo”, explica.
La ley obliga al INM a realizar una serie de trámites que demoran la detención de un migrante.
En el caso de los niños, se procura encontrarle un albergue del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) o de una ONG. Pero en la mayoría de los casos no hay espacio en los centros de acogida externos y pasan los días y las noches en las estaciones del INM.
“Si un niño o adolescente viene acompañado por alguno de sus padres no se le aparta: no lo vamos a separar de su familia por llevarlo a un albergue fuera de la estación. Se privilegia la unión familiar”, dice.
Liliana Ruvalcaba, presidenta de la ONG contra la trata de migrantes El Pozo de Vida, difiere con las autoridades del INM sobre el tiempo de estancia.
“En promedio, dependiendo de la nacionalidad, se quedan de 15 a 30 días. Casos más complicados se quedan más tiempo”, explica la también integrante del CCINM.
Ella ha registrado casos en los hay migrantes adultos que pasan hasta un año bajo detención migratoria.
Los casos más prolongados se deben a que los migrantes solicitan asilo o un amparo judicial, lo cual es un proceso que prolonga su estancia, dice Madrazo.
Pero el funcionario niega que el INM provoque las estancias mayores a una semana.
Paz señala que se llegan a dar casos en los que migrantes pasan una semana en las estaciones provisionales en las que solo deberían pasar unas horas.
“Largas privaciones de libertad”
Entre los focos rojos que detectaron los observadores ciudadanos están “numerosos episodios de violencia y uso excesivo de la fuerza” hacia los migrantes en general.
“El hacinamiento es una constante invariable en los centros de detención (…) Algunos centros son improvisados, carecen de luz y ventilación natural y tienen problemas de distribución de la población detenida”, dice el informe.
Una veintena de señalamientos tocaban problemas que afectan a niñas, niños y adolescentes.
“Predominan las largas privaciones de libertad en el caso de niños y adolescentes, especialmente en el norte del país”, dice el reporte del Consejo Ciudadano del INM (CCINM).
No hay disponibilidad de pañales suficiente, solo los menores de 2 años tienen acceso a la leche y los menores más chicos “enferman constantemente por la comida”.
“Un maltrato del personal hacia las madres con niños pequeños identificado es la prohibición de sacar las mantas del cuarto, lo que provoca que los menores duerman directamente en el suelo en el transcurso del día”, señala el CCINM.
A excepción del centro de detención de Acayucan (sureste), los demás centros “no cuentan con espacios ni actividades educativas y recreativas para niñas y niños pequeños”.
“Las estaciones migratorias son espacios de privación de libertad. Es un encierro. Y sabemos que eso tiene graves consecuencias psicológicas en los niños y adolescentes”, señala Giusti, quien es jefa de Protección de la Infancia de UNICEF México.
BBC Mundo pidió acceso a alguno de los centros de detención migratoria para constatar de forma independiente las condiciones en que se encuentran los niños, pero el funcionario dijo que por un “tema de protección” de los menores eso no es posible.
Llegan a ser refugio
A pesar de no contar con las condiciones más adecuadas, las estaciones migratorias en ocasiones también son un lugar de refugio para niños migrantes no acompañados.
“Hemos encontrado que traficantes los llevan a vender. Hemos encontrado abusos sexuales. Niños que se perdieron en el camino y después son encontrados con la delincuencia organizada”, advierte Ruvalcaba.
“Algunos niños se entregan. Se sienten vulnerables y ya no tienen posibilidad de ir a donde iban”, señala la presidenta de El Pozo de Vida.
Para la activista, hay una línea “muy delgada” que separa el si es positivo o negativo detener a los miles de niños migrantes que viajan sin familiares, pues muchos son dejados en manos de los traficantes conocidos como “polleros” o “coyotes”.
“No está bien que los niños estén detenidos, pero tampoco hay albergues que se puedan hacer cargo de ellos“, por lo que los centros de detención del INM llegan a ser un salvamento, advierte.
¿Qué hará el INM?
El INM ha lanzado el programa de Oficiales de Protección a la Infancia (OPI) que están especializados en la atención y defensoría de niños migrantes.
UNICEF México ha colaborado con ellos en temas de capacitación, mejoramiento de mecanismos de protección y reforzamiento de procedimientos: “Falta que el enfoque de protección supere el enfoque de migración. Que haya sensibilización”, dice Giusti.
Sin embargo, el Consejo Ciudadano del INM ha encontrado que esos funcionarios cumplen “tanto el rol de autoridad investigadora y juzgadora como el de agente de protección” y eso debilita su función de protectores de los menores.
Carlos Madrazo, del INM, asegura que las recomendaciones urgentes que hizo el Consejo Ciudadano fueron resueltas en las primeras tres semanas tras la publicación del informe en agosto de 2017, pero otras, por presupuesto, no pueden ser solventadas de inmediato.
Las críticas recientes hacia el INM sobre cómo México procesa a los niños migrantes las atribuye a “un tema de sensibilidad por lo difundido hasta ahora (sobre EE.UU.)”.
“Qué bueno que estamos poniendo el doble de atención en el tema”, defiende.
Para Dora Giusti, de UNICEF México, en el país existen ejemplos de centros de cuidados alternativos no privativos de la libertad que se deben reproducir para evitar que continúen los maltratos físicos y psicológicos a los menores.
“Ahí creo que es importante que el Estado mexicano invierta, con la sociedad civil, para fortalecer estos modelos”, considera.
Pero hoy son la excepción y no la regla.
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