¿Qué hacer para conseguir un aumento?
El estancamiento de los ingresos lo sufren más quienes se quedan durante años en sus trabajos
El viernes conoceremos la cifra de desempleo de junio y un detalle no menos importante: la evolución de los salarios. De momento, las noticias han sido buenas en cuanto a la tasa de desempleo (3.8% en mayo, uno de los niveles más bajos de la historia reciente) pero no tanto por lo que se refiere a los salarios.
Aunque el empleo continua creciendo desde 2015 los aumentos salariales apenas han subido un 2.6% y una vez descontada la inflación (la subida de precios) lo que realmente se queda en el bolsillo de quienes reciben un cheque por su trabajo apenas refleja una mejora con respecto al año anterior.
Es un estancamiento del que escapan quienes optan por una medida bastante drástica: dejar el empleo y conseguir otro.
De hecho, es un síntoma de salud de la economía que los trabajadores cambien voluntariamente de empleo como hicieron 3.4 millones el pasado mes de abril, un ritmo del 2.3% que llega a niveles similares a los vividos antes de la gran crisis. No solo lo hacen para buscar nuevos retos profesionales, nuevos lugares donde residir, sino también para encontrar una subida de salario significativa que no está llegando a quienes llevan tiempo sentándose en la misma silla.
Según Martha Gimbel, del Hiring Lab de la plataforma de empleos Indeed, explicaba en una reciente publicación que quienes cambian de trabajo están viendo una mejora de aumento con respecto a los que se quedan en su mismo empleo y es una tendencia al alza.
“Además, un nuevo informe de la Fed de Kansas City revela que más del 14% de los trabajadores que están en el mismo empleo que hace un año no han visto incrementos en sus salarios cuando antes de la Gran Recesión esto ocurría en el 11%”, dice.
“Los resultados que obtienen los que se quedan en sus trabajo frente a los que los dejan parecen ser relativamente pobres”, explica Gimbel en su nota.
Ahora bien, esta economista reconoce que pese a ello incluso lo que cambian de trabajo están encontrándose con salarios por debajo de lo que se esperaba. El aumento es similar al que recibían quienes permanecían en sus puestos a finales de 2017, cuando la crisis solo se avistaba por un puñado de economistas.
Desde el Hiring Lab de Indeed se barajan varias hipótesis para explicar esta falta de impulso salarial incluso en el mejor de los casos cuando el desempleo está tan bajo.
Para empezar se especula con la posibilidad de que la Gran Recesión haya dejado como secuela una aversión al incremento del costo salarial. No obstante, se considera que según vaya complicándose la posibilidad de contratar terminen subiendo los cheques.
Otra cuestión es que el crecimiento en las grandes firmas ya ha reducido el interés por competir por la mano de obra, lo que significa que el aumento de salarios puede tardar en llegar.
La otra teoría que se baraja es que siguen llegando trabajadores al mercado y aunque muchos empleadores dicen que tienen dificultades para contratar a las personas con las capacidades adecuadas, la demanda de empleo no justifica aún una guerra de salarios para competir por el mejor.
En Indeed se recuerda que quienes trabajan a tiempo parcial por razones económicas (porque no encuentran trabajo a tiempo completo aunque quisieran) sigue estando elevado con respecto a los años anteriores a la crisis.
El informe de la Fed de Kansas que cita este estudio aduce que en este momento y comparado esta recuperación con la que se vivió tras la breve crisis de 2001 los datos apuntan a que es probable “que el incremento salarial no despunte de forma significativa el año que viene”.