Cómo los refrescos de dieta ayudan a los enfermos de cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal es una de las enfermedades más letales en EEUU

refresco hielos

Después de todo, las bebidas de dieta no son tan malas. Crédito: Shutterstock

El cáncer colorrectal es uno de los más letales en Estados Unidos. Este año matará a más de 50,000 personas, sólo por debajo del cáncer de pulmón que tomará 154,000 vidas, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional del Cáncer.

Entre las mujeres, es la segunda causa de muerte por cáncer; entre los hombres, la tercera. Los síntomas de cáncer colorrectal se identifican como pérdida de apetito, náuseas, vómitos, adelgazamiento y heces con sangre generalmente en personas mayores de 50 años.

De manera fundamental, los factores de riesgo están relacionados con el estilo de vida: las personas sedentarias, que consumen carnes rojas, procesadas o embutidos con frecuencia, fumadores y bebedores tienden a sufrir cáncer colorrectal con mayor incidencia.

Este tipo de cáncer es uno de los más temidos por su letalidad y la forma en que afecta la calidad de vida del paciente. Sin embargo, un estudio publicado en la revista médica PLOS One ha encontrado una forma sorprendente de ayudar a quienes lo padecen.

De acuerdo con la investigación, las bebidas endulzadas artificialmente, como los refrescos de dieta y los tés con edulcorantes, ayudan a evitar la recurrencia del cáncer colorrectal e incluso la muerte de pacientes que han recibido tratamiento contra el cáncer de colon avanzado.

Aunque los autores del estudio reconocen que este tipo de bebidas tienen mala fama y su consumo provoca otros desequilibrios en la salud, señalan que los pacientes con cáncer colorrectal en estadio III que consumen una o más porciones de 12 onzas al día de bebidas endulzadas artificialmente, tienen un riesgo menor de mortalidad o recurrencia en comparación con quienes las evitan. Adicionalmente sugieren realizar más estudios para confirmar estos hallazgos.

Y mientras descubrimos que las bebidas de dieta no son tan malas como pensábamos, también descubrimos que el aceite de coco es veneno puro.

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