Recorte de ayuda a Centroamérica solo agravaría condiciones para emigración ilegal, dicen expertos
Los expertos señalan que la crisis migratoria en la región requiere una respuesta integral, no medidas punitivas que solo alentarán la emigración ilegal
WASHINGTON? La suspensión o recorte de ayuda a Centroamérica, como ha anunciado el presidente Donald Trump en represalia por la caravana de migrantes que se encamina a la frontera sur de EEUU, sólo agravaría las condiciones que provocan esa emigración ilegal en la región, afirmaron este martes expertos en desarrollo.
Frustrado por la caravana de hasta 7,000 migrantes centroamericanos, Trump dijo el lunes que su gobierno suspenderá o reducirá drásticamente la ayuda exterior de EEUU destinada a El Salvador, Guatemala y Honduras porque, a su juicio, los gobiernos de esos países no han hecho lo suficiente por frenar la emigración ilegal hacia el Norte.
“Cada año, les damos ayuda exterior y no nos dan nada a cambio, nada”, se quejó ayer Trump antes de emprender un viaje electoral por Texas.
Trump no ofreció detalles sobre cuál ayuda sería afectada ni un cronograma para el recorte unilateral pero, en todo caso, sólo el Congreso podría suspenderla por completo.
Es que, bajo el “Acta de Ayuda Exterior”, el mandatario sólo puede afectar hasta un 10% de la ayuda, y otra ley federal prohíbe que el Ejecutivo suspenda fondos ya aprobados por el Congreso, que es el único que controla el presupuesto federal.
Se calcula que la ayuda exterior de EEUU para esos tres países para el año fiscal 2019, que comenzó el pasado 1 de octubre, es de poco más de $180 millones. De ese total, $69,4 millones estarían destinados para Guatemala, $65,7 millones para Honduras, y $45,7 millones para El Salvador.
Trump ha acusado a los demócratas de ser “blandos” en el combate contra la inmigración ilegal y se ha quejado de que México no ha logrado frenar el avance de la caravana, que comenzó en Honduras el pasado 12 de octubre y a la que paulatinamente se han venido sumando centenares de migrantes de Guatemala y El Salvador.
Esta caravana abarca al menos dos millas de longitud y es, en tamaño y alcance, mucho más grande que la de abril pasado organizada por “Pueblo sin Fronteras”. Esa caravana, que también atrajo cobertura mediática, se redujo en número al llegar a la frontera sur de EEUU, y muchos de los centenares que lograron cruzar en esa ocasión siguen a la espera de una resolución de sus casos.
Recortes “contraproducentes”
Expertos consultados hoy por este diario coincidieron en que cortar o reducir la ayuda a los países del “Triángulo del Norte” sería contraproducente, en unos momentos en que los gobiernos de la región procuran crear condiciones para poner coto a la emigración ilegal.
“En lugar de buscar soluciones regionales que contribuyan a mejorar las condiciones de vida en las naciones de donde proceden los migrantes, Trump propone medidas draconianas que solo agravaría la situación interna de esas naciones y por ende más personas tomen la desesperada decisión de emprender la peligrosa travesía hacia el Norte”, advirtió Maribel Hastings, directora de “America´s Voice” en español.
“Esto no debe sorprender a nadie porque este presidente no quiere soluciones sensatas sino solo recurrir al miedo y al prejuicio para explotar el tema migratorio con fines político partidistas. Miedo, falsedades, racismo y prejuicio son sus temas de campaña”, enfatizó Hastings.
Rick Jones, asesor sénior de política pública para Latinoamérica de “Catholic Relief Services” (CRS), dijo que recortar la ayuda ahora sería “reducir todo el progreso que se ha logrado contra la violencia y para proveer alternativas” a los migrantes, “y tampoco frenará a los que ya han salido de sus países”.
El Salvador y Honduras han logrado reducir en un 35% la tasa de homicidios, aunque eso no ha sido suficiente para convencer a la gente que no abandonen sus hogares, destacó.
“La gente está desesperada por salir, y prueba de ello es que se están organizando otras caravanas de forma espontánea… están saliendo en grandes números porque eso les da mayor seguridad frente a posibles peligros en el camino, y se ahorran dinero con contrabandistas”, observó Jones.
Según el experto de “CRS”, la respuesta “adecuada” es asegurar que la gente que califique pueda solicitar asilo, refugio u otras protecciones humanitarias en México o en este país, y organizar una repatriación segura y ordenada para los que no califiquen.
Por su parte, la “Oficina de Washington para América Latina” (WOLA), un centro de estudios políticos, señaló que la extrema violencia e inseguridad, la corrupción desbordada, la sequía, la pobreza y la falta de empleos, son los principales factores que alientan la emigración ilegal, y son problemas que requieren una solución integral.
Un análisis de WOLA señaló que recortar la ayuda de EEUU en la región afectaría dos categorías de programas: ayuda para la capacitación policial y militar y para la reforma de justicia criminal, y ayuda para mejorar la seguridad alimentaria, el desarrollo rural, y la lucha contra la corrupción y la violencia.
Por su parte, David Bier, analista del Instituto Cato, explicó que, bajo el derecho internacional, los gobiernos deben respetar la libertad de movimiento de las personas y, por ende, no pueden frenar la salida del país de sus ciudadanos.
“Las exigencias de Trump de que (esos gobiernos) frenen la salida viola las normas globales que fueron desarrolladas en respuesta a los esfuerzos de gobiernos comunistas de prevenir la emigración”, explicó Bier.
“Aún si cumplieran, su amenaza será ineficaz porque los gobiernos no tienen control sobre las decisiones de emigrar de sus ciudadanos, aunque Trump parece creer que sí lo tienen”, puntualizó el analista de Cato.