Apoyemos a nuestra gente que se está muriendo en Nueva Jersey y Nueva York
Solo la persona con enfermedad terminal decidirá cuál opción de cuidado para fin de vida es la correcta para él o ella
He dedicado mi vida luchando por los derechos humanos de los trabajadores, los inmigrantes y las mujeres. Por desgracia, muchos enfermos terminales en Nueva Jersey y Nueva York están sufriendo innecesariamente porque no tienen acceso a la amplia gama de opciones de fin de vida, incluyendo cuidados de hospicio y cuidados paliativos. Esto incluye la opción legal para que los adultos con enfermedades terminales puedan terminar su sufrimiento insoportable en forma pacífica, cuando no hay otra opción que les brinda alivio.
Esto es un asunto muy personal para mí, ya que vi a mi madre morir en agonía por cáncer de mama. Conozco de primera mano, lo que es la necesidad desesperada de ampliar la opciones de cuidados de salud de fin de vida. Por eso dediqué muchas horas en California luchando para que pasara la ley estatal, End of Life Option Act, que autoriza la ayuda médica para morir, la cual entró en vigor en el 2016. Y por eso hago un llamado a los legisladores para pedir su apoyo en todo el país.
Lo bueno es que los legisladores de Nueva Jersey están considerando la medida Aid in Dying for the Terminally Ill Act o Ayuda Para Enfermos Terminales, (S1072/A1504). Asimismo, legisladores de Nueva York están también considerando el Medical Aid in Dying Act o Acto de Ayuda Médica Para Morir (A.2694/S.3947). Dichas medidas le permitiría a los adultos con una enfermedad terminal, en pleno uso de sus facultades mentales y con un pronóstico de vida de seis meses o menos, la opción de solicitar una receta médica para un medicamento que puedan tomar para morir pacíficamente, si su sufrimiento se vuelve intolerable. Es una opción que apoya el 63 por ciento de los residentes votantes de Nueva Jersey, incluyendo un 64 por ciento de Católicos. Asimismo, un 63 por ciento de votantes en Nueva York apoyan la opción, incluyendo un 55 por ciento de Católicos y un 54 por ciento de personas de color. Sesenta y nueve por ciento de los latinos a nivel nacional, apoyan la ayuda médica para morir.
Solo la persona con enfermedad terminal decidirá cuál opción de cuidado para fin de vida es la correcta para él o ella, cuando esté consultando con sus médicos, con su familia y con sus líderes de fe. Es una decisión que debe estar libre de interferencia del gobierno.
Cuando ya no hay nada que la medicina pueda hacer y sea imposible aliviar el sufrimiento extremo, deberíamos permitir a la persona la opción de poner fin a su sufrimiento, pacíficamente.
A raíz de la muerte de Miguel Carrasquillo, originario de Puerto Rico, la defensa de Dan Díaz (esposo de la fallecida Brittany Maynard, así como la del actor de Hollywood, Mauricio Ochmann, el conocimiento y apoyo sobre la ayuda médica para morir, ha aumentado significativamente entre los latinos, lo que representa casi un 20 por ciento de la población de Nueva Jersey.
La defensa de Brittany también inspiró a Colorado, al Distrito de Columbia, y a Hawái, para que se aprobaran leyes de ayuda médica para morir, desde que ella falleció el 1º de noviembre del 2014. Gracias a las leyes previamente autorizadas en Oregón, Washington, Vermont, y a una sentencia de la Corte Suprema de Montana, casi una quinta parte de la población a nivel nacional, tiene acceso a esta opción de cuidados de fin de vida, y casi 40 años combinados de implementación con éxito de esta práctica médica. Dichas leyes también han propiciado que más organizaciones latinas apoyen esta opción de cuidados para fin de vida, incluyendo al Consejo Nacional Hispano Para El Adulto Mayor, la Comisión Latina Sobre El Sida, Red de Salud Hispana, Latinos Para La Equidad de Salud, y más recientemente, Nuestra Salud, en Nuevo México.
Para los miembros de las legislaturas de Nueva Jersey y Nueva York que eligieran no usar esta opción en caso de tener una enfermedad terminal, les hago un llamado a que honren las creencias igualmente válidas de otras personas que están muriendo y que si desean dicha opción, y la de aquellas personas que vieron morir a sus seres queridos con sufrimiento innecesario y que deseaban haber tenido la opción.
Mi trabajo de toda la vida como defensora de la justicia social, me ha enseñado que los momentos difíciles requieren de nuestra mayor compasión, de la sabiduría de ponerse en los zapatos de la persona, así como de tener la capacidad de respetar los deseos de otras personas.
Miembros de las legislaturas de Nueva Jersey y Nueva York, les hago un llamado para que se unan a mí, que apoyen a la mayoría de la gente de Nueva Jersey y de Nueva York. Trabajemos juntos para escuchar la voz de los enfermos terminales de Nueva Jersey y Nueva York, cuyos últimos deseos de vida son de morir pacíficamente sin sufrimiento intolerable e innecesario.
Si Se Puede—[Yes We Can].
Dolores Huerta es una líder de derechos civiles y presidenta de la Fundación Dolores Huerta