Neoyorquina de 100 años de edad es un ejemplo de energía como profesora de yoga
Adora el vino y suma cuatro reemplazos de cadera, sin que ello le representa ningún impedimento
Tao Porchon-Lynch cumplirá 101 años en agosto y no tiene planes de dejar de enseñar yoga en Hartsdale, suburbio del norte de la ciudad de Nueva York.
Desde que era una niña de siete años en India, su país natal, se ha dedicado al yoga y hoy más nunca no duda de los beneficios.
Todo comenzó cuando caminando por la playa un grupo de chicos que practicaban yoga captaron su mirada. Cuando su tía le dijo que esos movimientos “no eran femeninos”, ella respondió: “Si los chicos pueden hacerlo, yo puedo hacerlo”.
Cuando Porchon-Lynch era una adolescente ya enseñaba yoga y cómo respirar de una manera saludable.
“El aliento nos está enseñando, escúchalo”, dice. “Siente cómo tus pulmones se expanden hacia afuera, estira tus manos hacia el techo y siente la energía allí. Respira el aliento de la vida y exhala paz”.
Para sí misma tiene un lema: “Cuando me levanto por la mañana, miro el sol y digo: ‘Éste va a ser el mejor día de mi vida’ y lo será. Siempre lo es”.
A principios de este año, el primer ministro indio Narendra Modi le otorgó el prestigioso Premio Padma Shri por sus logros excepcionales, destacó AP.
A pesar de los cuatro reemplazos de cadera, también baila en el Fred Astaire Dance Studio. Y se ha presentado en el programa de televisión “America Got Talent”.
Porchon-Lynch vive sola en su apartamento suburbano, pero cuando es necesario, tiene un círculo de atención que incluye a los estudiantes y amigos, además de los miembros de una sociedad vitivinícola en la que participa.
“Su vida es un camino de yoga”, dice Sylvia Samilton-Baker, su estudiante, quien también es instructora.