Propuesta “radical” en el Congreso: deportación exprés en la frontera, más jueces y mayor poder para ICE
ICE podría detener a los solicitantes de asilo hasta por 100 días
Uno nuevo y recio plan fue presentado este miércoles ante el Congreso para reducir el flujo masivo de inmigrantes centroamericanos que llegan a EEUU.
“Tenemos una tormenta perfecta en la frontera debido a una serie de leyes incumplidas y obsoletas relacionadas con el asilo y los niños”, apuntó en una rueda de prensa su ponente Lindsey Graham, que también es el presidente del Comité Judicial del Senado.
El proyecto de ley permitiría al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) deportar inmediatamente a la mayoría de los niños no acompañados de América Central y duplicar el número de jueces federales de inmigración para decidir más rápidamente los casos de asilo.
Asimismo, obligaría a todos los solicitantes de asilo a demostrar un temor creíble a la hora de presentar su petición desde sus propios países de origen y no después de llegar a Estados Unidos.
“Esta legislación ayudará a proteger a los niños al garantizar que las solicitudes de asilo se presenten en su área de residencia, no después de un viaje de miles de millas”, defendió el senador, uno de los más influyentes del Partido Republicano.
Por otro lado, el plan permitiría que los migrantes que están bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) sean retenidos hasta 100 días, frente a los 20 actuales, mientras continúan sus procedimientos de asilo.
En este sentido, el legislador explicó que debido a la acumulación “masiva” de casos de asilo en la frontera actual, la mayoría de esas solicitudes no pueden procesarse a tiempo y los inmigrantes son “liberados” en Estados Unidos tras 20 días detenidos.
De acuerdo a medios locales, la Casa Blanca trabajó extensamente con el personal de Graham para desarrollar este proyecto de ley, que tiene un amplio apoyo entre los republicanos, pero casi nulo entre los demócratas.
La reforma del sistema migratorio ha sido uno de los principales escollos de la Administración del presidente, Donald Trump, y el Congreso, cuyos miembros no han sido capaces de desarrollar un plan que cuente con el apoyo de ambos partidos.
Con información a EFE