Negro y con puntas filosas: así quiere Trump que sea su muro fronterizo
El muro que plantea ahora el mandatario estadounidense es muy diferente al que había propuesto en un principio
Pintura negra para que absorba el calor del verano y sea difícil de escalar y una terminación puntiaguda que le desgarre la piel a los que intenten cruzar: estas son algunas características que Trump quiere incorporar a la valla de metal que servirá de muro en la frontera entre Estados Unidos y México.
En declaraciones ofrecidas en la Casa Blanca, el mandatario reveló sus pretensiones para esta barrera que ya no será un muro de concreto como se había especulado anteriormente. Ahora serán unas columnas de acero con una terminación anti-escalada de panel plano.
Estas estructuras son vulnerables a equipos como las sierras eléctricas, sin embargo, un oficial aseguró que habían llenado las cavidades huecas con un metal del que no se han revelados los compuestos y que las hará más duras y difíciles de cortar. Pero aún así al presidente no le gusta mucho cómo luce: él piensa que las puntas afiladas serían más intimidantes para los que buscan cruzar ilegalmente.
También quiere que al plano actual se le hagan aperturas más pequeñas, puesto que las que ya están diseñadas tienen demasiadas puertas que permitirán el paso de vehículos y personas. Al presidente tampoco le gusta que sean demasiadas.
Las diferentes variaciones que ha sufrido el modelo inicial del muro han tenido a los arquitectos e ingenieros trabajando constantemente, puesto que el presidente está supervisando todos los detalles del proyecto y ha exigido numerosos cambios, de acuerdo a funcionarios de la administración actual que fueron entrevistados por The Washington Post.
“Él piensa que es feo”, dijo un oficial que prefirió el anonimato con respecto al modelo del muero fronterizo.
En las últimas semanas, Trump se ha reunido en varias ocasiones con funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y con el jefe del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos para compartir sus opiniones sobre la estructura, la que quiere que sea imponente pero también agradable a la vista.
The Democrats now realize that there is a National Emergency at the Border and that, if we work together, it can be immediately fixed. We need Democrat votes and all will be well!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 17, 2019
David Lapan, un funcionario que trabajó para el DHS cuando se gastaron más de tres millones de dólares en el diseño de ocho prototipos del muro, señaló que el presidente se veía a sí mismo como “un constructor”. Además, dijo que esos modelos que habían sido construidos para satisfacer a Trump fueron posteriormente desechados ya que el material no era el adecuado.
Todos los cambios que se realizan por petición de Trump están elevando sustancialmente el precio del muro. Varios expertos aseguran que la pintura de color negro sería un gasto extra puesto que habría que retocarla cada cierto tiempo y que, sus constantes cambios de opinión sobre la altura, también se han convertido en una preocupación para los ingenieros por la seguridad estructural.
“Él quiere una altura uniforme estándar. Eso es lo que está buscando, y tenemos que coincidir con la realidad operativa”, explicó un funcionario del DHS que también prefirió el anonimato.
Según The Washington Post, en varias de las reuniones que el presidente ha tenido con el equipo encargado de supervisar el proyecto del muro, Trump ha insistido en aumentar la altura a 30 pies, un aumento casi del doble de la medida estándar que habían sugerido los funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
“Pudimos probar lo que sucede cuando construyes una estructura tan alta: se congela”, señaló otro funcionario.
Hasta el momento el presidente cuenta con un presupuesto de 1,400 millones de dólares que fueron aprobados por los demócratas como parte de una acción que puso fin en febrero al cierre del gobierno.
Esta no fue la suma demandada por Trump (pedía 5 mil millones), sin embargo fue la que obtuvo junto a varias exigencias que limita sus gastos y ordena que los “diseños sean operacionalmente efectivos”.