Drogas: el nuevo atractivo “turístico” de la tolerante Nueva York que tiene las calles en jaque

Llegan y no se van: piden dinero y duermen en campamentos improvisados

La "tolerancia" en Nueva York se está volviendo una crisis

La "tolerancia" en Nueva York se está volviendo una crisis Crédito: ANDRÉS CORREA GUATARASMA

Unas 600 mil personas cruzan a diario por la central de trenes Penn Station, en pleno Midtown de la ciudad de Nueva York.

Meca del turismo por diversas razones, Manhattan se ha convertido cada vez más en un destino para adictos a opioides y otras drogas, venidos desde diversas partes del país. Son visitantes sin planes de marcharse.

Nueva York tiene su propia crisis de adictos locales: las muertes por sobredosis aumentaron considerablemente en 2016 con la llegada del fentanilo, y las autoridades dicen que la ciudad se ha convertido en un centro para el opioide sintético ilegal. Pero aparte de El Bronx y Staten Island, la crisis tendía a ocultarse en gran medida de la vista del público, especialmente en Midtown.

Ya no es así en Penn Station, el terminal de autobuses de la Autoridad Portuaria, ambos en Midtown West; Jamaica Station en Queens y otros centros de tránsito masivo. Allí, los adictos buscan droga, piden dinero e incluso duermen en campamentos improvisados. Sus números aumentan a medida que el clima se vuelve más cálido, y su presencia recuerda una época más dura que se pensaba superada en Nueva York.

“Son refugiados drogadictos”, dijo a New York Times Dimitri Mugianis, consejero de NYHRE, organización sin fines de lucro que trabaja con adictos y sus familias para promover el uso seguro de drogas.

Mugianis dijo que los usuarios de opioides vienen a Nueva York en busca de drogas, pero también porque pueden encontrar más tolerancia y apoyo aquí que en sus lugares de origen, y un mayor acceso a servicios como clínicas y el intercambio de jeringas.

Los funcionarios de la ciudad dijeron que esta población es transitoria y no representa un aumento general en las filas de las personas sin hogar. Aún así, su creciente presencia es difícil de ignorar.

Barbara A. Blair, presidente de Garment District Alliance, que representa a empresas y dueños de propiedades en el área entre Penn Station y la Autoridad Portuaria, conocida como el “Distrito de la Moda”, dijo que a partir del verano pasado llegaron muchas más personas que parecían estar consumiendo drogas.

“Regresaron este año”, dijo Blair. “Están allí con sus carteles de cartón. Están desmayados”.

El Departamento de Policía de Nueva York, cuyo Buró de Tránsito patrulla el sistema de Metro, dijo que los arrestos por delitos relacionados con drogas aumentaron 55% hasta junio en las estaciones conectadas a Penn Station, Port Authority y Jamaica en Queens, en comparación con el mismo período del año pasado.

Ciertamente, la gente ha venido a Nueva York a comprar drogas durante décadas. Pero en el pasado normalmente regresaban a casa una vez que hacían una adquisición.

Ahora se están quedando más. La primera ola llegó a la ciudad desde Long Island, Nueva Jersey y Connecticut hace unos cinco años, según varias entrevistas.

Muchos dijeron que primero se habían vuelto adictos a los opioides recetados, pero que habían progresado a las drogas callejeras y estaban luchando contra las adicciones a la heroína cuando llegaron.

Grace Cohen arribó con su novio desde un suburbio de Atlanta el otoño pasado, después de haber luchado contra la adicción a los opiáceos y terminar sin hogar. “Hay más recursos para nosotros aquí”, dijo la joven de 19 años, en la entrada del Metro en West 42nd Street.

No sólo los vecinos y empresarios se quejan. Varias personas que han vivido en las calles de Midtown durante años dicen que ya no recogen suficiente dinero debido al aumento de la competencia de estos recién llegados.

Yolanda Rodríguez (30), residente de El Bronx, ha pasado varios años mendigando en West 40th Street, luchando contra enfermedades mentales y el uso de sustancias.  La razón del crecimiento de la población, dijo, es obvia. “Drogas… Mira alrededor. Están por todas partes”.

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