Trabajos en estación 181 Street del tren A afectarán a los adultos mayores

Alertan que el cierre de ascensores será un problema para muchos vecinos y claman por un servicio de buses alternativo

Solo hasta agosto de 2020 los usuarios tendrán acceso al nuevo sistema de elevadores.

Solo hasta agosto de 2020 los usuarios tendrán acceso al nuevo sistema de elevadores. Crédito: Fernando Martínez | Fernando Martínez

Ligia Sandoval, una dominicana que vive en el Bulevard Cabrini y la calle 187 en Washington Heights, no tiene idea cómo “va a sobrevivir a partir de este sábado”, cuando la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) inicie los trabajos de sustitución de los ascensores de la estación de la calle 181 que sirve al tren A, lo cual provocará el cierre por un año del acceso al Subway en la calle 184 y la avenida Fort Washington.

“Esta estación que tiene elevador, es mi vía para ir a la Iglesia Santa Elizabeth y a buscar mi comida. Encerrada me voy a enloquecer. Yo a mi edad no puedo bajar escaleras. Yo no estoy en silla de ruedas, pero mis huesos no están igual. Imagínate por un segundo, cuando venga el invierno”, reclamó la mujer quien tiene 40 años residiendo en la Gran Manzana.

Y es que el cierre de este sistema de elevadores a partir de este sábado será más que un problema de accesibilidad a una estación del Subway. Estos trabajos tendrán impacto en miles de residentes, principalmente los adultos mayores a largo de la avenida Fort Washington, que usan los ascensores como un pasadizo para evitar más de 100 escalones que los distancia de avenidas como Bennet, Broadway y St Nicholas, o caminar por calles empinadas para ir a la mayoría de los puntos comerciales, asistenciales y servicios en general, de la parte oeste de Washington Heights.

La dominicana Ligia Sandoval “no se quiere imaginar que pasará con ella en el invierno”.

Residentes de estos vecindarios ubicados en la denominada cresta oeste del Alto Manhattan, se entremezclan entre comunidades caribeñas y judías, que hoy comparten la angustia de saber que en los próximos meses, no será fácil la movilidad, especialmente para los ancianos.

“Nosotros vivimos en un sector que está como en una loma. El cierre de estos ascensores significa para mi, que no tengo para taxis, la imposibilidad de transportarme para comer. Yo estoy retirado. Bajar esas escaleras es para matarse. Y el caminar muchas cuadras que están empinadas”, dijo Juan Guzmán, otro dominicano que vive en la calle 185 con la avenida Fort Washington y diariamente asiste a un programa especial de nutrición, en el 90 de la avenida Bennet.

Johanna Bennet, quien vive en el mismo vecindario de Juan, estima que simplemente tendrá que caminar un par de cuadras más, para llevar en las mañanas a sus dos hijos a la escuela, pero advierte que para ella “no es mucho”.

“Lo lamento por muchas personas, especialmente mayores, que utilizan estos elevadores para evitar bajar las escalinatas, para salir de esta área. Por acá hay muchos señores en andaderas, que viven solos y tienen que hacer sus compras en supermercados más económicos, que están en Broadway”, comentó.

Juan Guzmán
El quisqueyano, Juan Guzmán, se ha movilizado en las últimas semanas para exigir autobuses temporales.

Exigen autobuses temporales

Shuli Gutmann, directora del programa Moriah Senior Center que presta servicio comunitario a Washington Heights e Inwood, dos vecindarios con un significativo porcentaje de personas mayores en esta área del Alto Manhattan, cree es momento de presionar con más fuerza a la MTA, para que garantice un servicio de autobuses temporales, mientras se rehabilitan los ascensores.

“Esto también afecta a mi madre, a mi familia, es un asunto de humanidad”, dijo Gutmann, quien recibe en dicho centro a un promedio diario de 100 a 120 adultos mayores, muchos abuelos y en gran proporción discapacitados, que a partir de este sábado y por un año se les complica la movilización para integrarse a planes de alimentación, educación y recreación.

El cubano Raúl Sosa se ha integrado de manera activa a algunas iniciativas de presión lideradas por congresistas, asambleístas y concejales que representan esa área, que desde hace varias semanas tratan de obligar a la MTA a incorporar servicios especiales de autobuses en las áreas aledañas a la estación de la calle 181. Sosa augura muy malos tiempos para miles de ancianos de este sector del Alto Manhattan.

“Este cierre es fatal, ahora tengo que caminar mucha distancia. Entre seis o siete cuadras adicionales empinadas, aquí es diferente al resto de Manhattan, para poder ir a mis actividades diarias. Hay muchas personas que tienen impedimento físico, que no pueden caminar y mucho menos bajar o subir escalinatas. Lo que exigimos es que ya que van a cerrar estos elevadores, pongan cada 10 minutos un servicio de bus, que cruce las áreas más afectadas”, requirió el antillano.

El cubano Raúl Sosa, asegura que ahora tendrá que caminar largas y empinadas cuadras.

Ante la presión de los residentes, la MTA compartió un comunicado en el cual asegura que trabaja con las partes interesadas locales, para identificar una posible fuente de financiación de nuevos autobuses.

“Enfrentamos actualmente un déficit operativo de casi medio billón de dólares y debemos utilizar los fondos de los contribuyentes de manera eficiente y rentable como sea posible. Los autobuses de enlace cuestan cientos de miles de dólares, para operar durante el cierre de esta estación”, indicó la agencia.

Líderes locales presionan a la MTA

El senador estatal Robert Jackson, quien ha vivido en Washington Heights desde hace 45 años y representa el norte y el oeste de Manhattan, considera que la rehabilitación de estos ascensores será de un gran costo para la comunidad.

“La MTA falló en considerar las necesidades de gente que se mueve en una topografía única de Washington Heights. Estos cierres afectan desproporcionadamente a personas con impedimentos de movilidad y familias con niños pequeños”, aseveró.

Entre tanto, el asambleísta Al Taylor, representante de estas comunidades, subrayó que después de haber abierto sus puertas en el año 1932, la estación del tren A de la calle 181, nunca había visto una renovación de sus ascensores.

Hace tiempo que lo debieron haber modernizado, y es esencial para la gente, pero hay que tomar en consideración que esta área tienen terrenos complicados. Necesitamos autobuses de enlace accesibles, para estrechar la brecha que inevitablemente genera estos cierres”, sentenció.

En medio de una protesta que tomó el pasado miércoles las instalaciones de la estación 181 St, en la que estuvo acompañado por vecinos de las comunidades afectadas, el concejal Ydanis Rodríguez, presidente de la Comité de Transporte del Concejo Municipal, aseguró han expresado a la MTA y a la Dirección de Transporte de la Ciudad (DOT) que es “necesario encontrar cuanto antes una solución, pues unas reparaciones que son necesarias, no pueden afectar de esta manera la calidad de vida de la gente”.

La asambleísta Carmen De La Rosa, residente del Alto Manhattan, se unió a estos pedidos, y recordó que se “han aprobado millones de dólares para la MTA, por ello podemos reclamarles acción, en beneficio de las comunidades”.

El presidente del NYC Transit, Andy Byford, señaló que “han planificado reemplazar estos ascensores desde hace mucho tiempo en las estaciones más profundas, y hemos elaborado un cronograma que se encarga de no causar molestias innecesarias a los clientes “.

Para muchos discapacitados que residen en este sector del Alto Manhattan, movilizarse a partir de este sábado en sus vecindarios, será complicado.

MTA: el impacto es bajo en los “verdaderos usuarios”

En un comunicado las autoridades de la MTA aseguran que el cierre de los ascensores en la estación de la calle 181 no impacta, de manera grave, la cotidianidad de los usuarios del Subway:

  • Más del 70% de los usuarios que usan la estación no se verán afectados por el cierre.
  • Otra entrada de la estación está a 3 cuadras – 3 minutos a pie de la entrada cerrada.
  • Seguirá operando de manera óptima el servicio de autobús en la ruta M4, que sirve a la línea A en esta área, y el servicio de la estación de la calle 181, permanecerá abierta en ambas direcciones.
  • Los usuarios pueden usar un conjunto de escaleras mecánicas que permanecerán en funcionamiento, apenas en el otro acceso de la estación, a tres cuadras de distancia.
  • Muchos de los usuarios de ascensores en la calle 181 no son usuarios del Subway, sino que los utilizan como una forma de moverse por el vecindario, que tiene muchas colinas empinadas.
  • Se trabaja para instalar tres nuevos ascensores tan rápido como sea posible.

En números:

6,400 personas al día, en promedio utilizan esta estación en su acceso por la calle 184 y la Avenida Fort Washington.

30% total de los 22,000 usuarios de esta estación, ingresan por este acceso, en donde se estima que tres nuevos modernos elevadores estarán instalados en agosto de 2020.

87 años tienen instalados los tres elevadores de la estación 181, por primera vez en este tiempo serán reemplazados por sistemas de nueva tecnología.

Vienen nuevos cierres

Tres sistemas de elevadores en el Alto Manhattan serán modernizados en los próximos meses, lo cual implicará otros cierres:

  • El ascensor de tren 1 en la estación de la calle 191  se planifica cerrar de febrero 2020 a febrero 2021.
  • El ascensor del tren A en la estación de la calle 190  se cerrará de septiembre 2020 a septiembre de 2021.
  • Toda la estación en la estación de la calle 181 del tren 1 se anticipa cerrar de marzo 2021 a marzo 2022.
MTA asegura que el cierre de este sistema de ascensores no afectará al 70% de los usuarios

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