Carritos de comida de Corona denuncian acoso de la policía
Vendedores de la calle Warren aseguran que oficiales les exigen que se vayan del área y les restringen los horarios de trabajo, mientras el NYPD afirma que están siguiendo las leyes
Durante más de 20 años, quienes viven o transitan por las calles de Corona, en Queens, han visto cómo varios carritos de venta de comida han convertido la Warren con avenida 40Rd, a solo unos pasos de la avenida Roosevelt con Junction, en uno de los mejores lugares para degustar platillos de la comida típica ecuatoriana, a buen precio, y sin importar si es invierno, verano, si llueve, o el sol está muy fuerte, o si es de día, de noche o madrugada.
Pero en los últimos meses los comensales más frecuentes, como Pedrito Saquicela, quien al salir de su trabajo a medianoche solía hacer una parada sagrada allí para comprar comida, han empezado a notar que los carritos “El Guayaquileño”, “Pique y pase Pepín” y las otras unidades de venta conocidas en la cuadra, ya no están pasadas las 9 de la noche. Se teme que no vuelva a ver los “comedores” tarde o en la madrugada.
Martha Viteri, propietaria de uno de los carritos, no solo confirmó la sospecha, sino que asegura que la razón por la que muchos de sus clientes ya no los ven es porque la policía lleva meses en una “campaña de acoso”, con la intención de levantarlos para siempre de una calle que por dos décadas ha sido el sustento de cientos de familias que dependen de esos negocios.
“La sorpresa nuestra ha sido ver como en los últimos meses la policía ha venido a decirnos, después de largos años de trabajo, que no podemos trabajar ya aquí, que la comunidad no nos quiere aquí, con la excusa de que la cuadra está bajo investigación por cosas feas que están pasando, pero entonces por qué solo la están emprendiendo contra nosotros, cuando por la Roosevelt hay sitios donde realmente están ocurriendo cosas fuertes”, comentó la ecuatoriana.
“Por 20 años nadie nos molestó y ahora a la policía le dio por empezar a acosarnos, y no solo es que nos hayan cortado horas de funcionamiento sino que nos dicen que no nos quieren ver por aquí, que tenemos que movernos y punto”, agregó.
Viteri mencionó además que aunque cumplen con sus obligaciones de mantener el lugar limpio y poner monedas en los parquímetros cada dos horas, les imponen penalidades injustas.
“El año pasado vinieron bastante agresivos, este año han venido más tranquilos, pero siguen con su acoso. Había un policía que venía todos los días a ponernos tickets y cuando preguntamos por qué si el Departamento de Salud nos permite estar aquí, ellos nos quieren sacar y la respuesta es que están cumpliendo una orden del capitán y nos acusan de ser los causantes de la bulla y de los problemas que hay aquí y eso es falso”, agregó la guayaquileña.
Reciben lluvia de multas
La comerciante, quien renta el permiso de venta de comida por $15,000 y $20,000 dólares cada dos años, ya que desde 1979 la Ciudad no emitió más, dijo que ella y sus compañeros han recibido cada uno por lo menos 15 multas en 12 meses.
Según la madre de familia, quien ha visto una disminución en los ingresos, más que promover la venta de encebollado de pescado, ceviche de camarón, seco de chivo, morcilla, humitas y guatita, entre otras delicias del menú, ella y otros colegas están denunciando que les están violando sus derechos con actos de intimidación.
Rosa Macías, otra de las propietarias de los carritos, criticó la manera como la policía actúa contra ellos, sin importar que pierdan ingresos y afecten a toda una comunidad que depende de ellos, no solo por sus más de 40 empleados, sino quienes se han vuelto clientes de sus platillos.
“Nosotros hemos tenido que reducir las horas de trabajo a los empleados y hay gente que ha venido a comer por años aquí y ahora deben pagar más en otros lados”, dijo la comerciante, recordando el episodio más duro que vivieron hace casi un mes.
“Aquí se apareció la policía en la noche con gente de otras agencias y nos botaron. Nos dijeron que teníamos que irnos en cinco minutos y hasta la gente del Departamento de Salud nos decían que no entendían por qué la policía estaba haciendo eso”, dijo la mujer. “Estábamos en plena venta y vinieron como 10 personas y nos tocó apagar fogones y cerrar. Tuvimos que botar la comida que teníamos porque no la podemos guardar para el otro día. Ahí perdimos unos $1,000 por cada carro”.
Denuncian tácticas de intimidación y discriminación
Ana María Reinosa, quien trabaja en el Guayaquileño 1, aseguró que cada vez que la policía llega al área usa tácticas de intimidación, y advierte que su presencia sí genera preocupación, porque insisten en que deben irse.
“Ellos llegaron aquí la semana pasada con unos papeles diciendo que era una alerta de policía y que no podemos estar vendiendo comida aquí pasadas las 9:00 de la noche ni estacionar vehículos comerciales y que nos estamos exponiendo a que nos quiten los carros. Siento que nos están discriminando porque solo pedimos que nos dejen trabajar. Nada más”, dijo la colombo-ecuatoriana.
Jaime Burbano, quien también lleva 20 años trabajando en el área dijo que no entiende por qué si la policía asegura que está tratando de meter orden en la zona, “la emprende” solo contra los carritos de esa cuadra y no con la decena de vendedores que hay en el vecindario incluso en la madrugada.
“Por qué no hacen lo mismo en la Roosevelt, donde la gente no puede ni caminar con las ventas que hay y donde tienen con todo tirado en el suelo. Ahí no dicen nada, pero a la policía le dio por esta esquina que hemos mantenido bien por años”, comentó el ecuatoriano. “Esto es claramente discriminación y acoso sectorial, porque solo es este trocito, no hay otro punto fijo para ningún policía ni para inspectores molestar, por eso les pido que dejen trabajar. Está bien poner normas, pero ya es hora de que nos dejen tranquilos”.
El comerciante hizo un llamado al alcalde Bill De Blasio para que tome cartas en el asunto y se realice una investigación. “El Alcalde nunca nos ha molestado, pero le pedimos que revise esta situación y si concluyen que es acoso sectorial tomen medidas y nos ayude para que no nos vengan más con sus amenazas”, dijo.
Doña Lourdes Pérez, quien tiene un puesto de comida en la esquina de la Roosevelt con la calle Warren, confirmó lo que dice Burbano, y aseguró que a ella la policía no la molesta, solamente le pide que no ponga banquitos en la acera.
“Yo no he sentido nunca acoso de la policía, solo exigen que no tengamos sillas aquí, pero creo que a los de la Warren los quieren mover es porque ahí por las noches a veces se arman peleas de gente que sale de una discoteca. Creo que esa es la razón”, dijo la también ecuatoriana.
Julián Díaz, quien trabaja en los carritos pasando comida, limpiando la calle y llamando a los clientes, confiesa que también ha presenciado las acciones de acoso con la que uniformados del NYPD llegan a “asustar” a los comerciantes. Aunque manifiesta que no siente miedo al verlos, sí confiesa que lo pone intranquilo la idea de pensar en que puedan ser desalojados de esa calle.
“Me preocupa mucho que nos saquen de aquí, porque me quedaría sin trabajo. Si nos sacan que vamos a poder hacer”, comenta el trabajador, al tiempo que defiende que a diferencia de otros negocios ambulantes de la zona, los carritos de la Warren siempre están atentos a la limpieza del sitio. “Nosotros aquí mantenemos esto muy higiénico y sin basuras en la calle porque ni la gente viera eso, pues no quisieran venir a comer aquí. Así que no pueden decirnos nunca que somos sucios, como sí pasa en otros lados”, agregó el guayaquileño.
Prometen buscar una solución
La asambleísta por Corona, Catalina Cruz, aseguró que desconocía las denuncias que están manifestando los vendedores de comida de la calle Warren, y aunque se comprometió a sostener una reunión pronto con los comerciantes y la policía, destacó que es necesario encontrar una solución que sea balanceada.
“Vamos a hablar con los vendedores y vamos a mirar bien que es lo que está pasando, a fin de buscar soluciones que no impidan su habilidad de poder trabajar y que también sean a favor de la seguridad de la comunidad”, dijo la líder política de Corona.
El Departamento de Salud de la Ciudad (DOHMH), que el mes pasado realizó un operativo en el lugar junto a la policía y a otras dos agencias municipales, aseguró que la razón por la que tomaron medidas contra los carritos fue por violaciones a la limpieza del lugar, pero confirmaron que la mayoría tiene todos los permisos en orden para operar y trabajar en esa área.
“El 27 de septiembre de 2019, el DOHMH respondió a quejas que alegaban que los camiones de comida estaban creando una molestia en Warren Street (operación de 24 horas en la calle y la acera llena de desperdicios de comida y contenedores)”, aseguró Pedro Frisneda, vocero del Departamento de Salud de la Ciudad. “En el momento de la visita, se observaron e inspeccionaron tres camiones de comida. Todos estaban operando en Warren Street (donde se permite la venta), y todos tenían calcomanías de permisos actuales. Un camión fue operado por un vendedor sin licencia usando una licencia de vendedor falsa. El camión fue cerrado por DOHMH. A los 3 camiones se les emitieron citaciones por violaciones observadas durante sus inspecciones”.
NYPD explica sus acciones
Tras las denuncias, la Policía de Nueva York negó que los acercamientos con los vendedores sean producto de acoso, y explicó que están tomando medidas para contrarrestar hechos de violencia que se han venido generando en esa zona. La Uniformada destacó que ante todo el NYPD está comprometido a proteger a todas las comunidades y garantizar la seguridad de todos los que viven y trabajan en ellas.
“Actualmente existe una condición de grandes multitudes y disputas en las cercanías del 40-15 de la calle Warren. Las disputas se derivan de los clientes que visitan el lugar y las personas que frecuentan los camiones de comida, ubicados en el área”, aseguró la sargento Jessica McRorie, portavoz del NYPD, quien destacó que ha sido necesario tomar acción para poner freno a los disturbios que ocurren allí.
“Con el fin de manejar lo que está ocurriendo, la policía está haciendo cumplir las normas y reglamentos relacionados tanto con el establecimiento, como con los camiones de comida en las cercanías”, recalcó la oficial, advirtiendo que los carritos no pueden vender comida a altas horas de la noche, pues en esa zona está prohibido por la ley. “Se han emitido múltiples advertencias y citaciones con respecto a la violación administrativa de la presencia de sillas frente a los camiones, que afectan la situación.
Además, los camiones que están estacionados a lo largo de Warren Street, entre la avenida Roosevelt y la 40th Road están sujetos a la zonificación en el área, que no permite el estacionamiento nocturno”.
Y aunque el principal deseo manifestado por los comerciantes de comida de la calle Warren es que se les permita seguir vendiendo sus productos, como ha ocurrido por años, hasta pasada la media noche, el NYPD notificó que de seguir haciéndolo, se exponen a recibir más multas.
“Los camiones de comida ubicados en ese lugar específico han sido informados de las regulaciones y están sujetos a multas si se encuentran violando las normas”, manifestó la vocera del NYPD.
Hechos violentos registrados en la zona en las últimas semanas
- 1 de septiembre de 2019: a la 1:18 de la madrugada hubo una pelea de un grupo grande, que ocurrió frente a la ubicación. Durante ese incidente, un hombre de 27 años fue cortado con un cuchillo y un hombre fue arrestado
- 14 de septiembre de 2019: a las 3:05 de la madrugada dos oficiales de policía observaron a un grupo grande peleando y cuando intentaron terminar la pelea, los oficiales sufrieron múltiples lesiones mientras detenían a tres personas
- 28 de septiembre de 2019: a las 5:10 de la madrugada, un hombre de 26 años fue golpeado en la cara y el cuerpo con una silla plegable de metal y un hombre fue arrestado por el ataque. Otro hombre fue arrestado por golpear a la misma víctima