Una red útil

Mara Zepeda cofundó una empresa que crea redes y servicios para integrar grupos con intereses comunes, ahora es parte de un movimiento para repensar cómo empiezan las start ups

Mara Zepeda, cofundadora de Switchboard./Cortesía

Mara Zepeda, cofundadora de Switchboard./Cortesía Crédito: El Diario

Mara Zepeda piensa que el empresariado “es un acto de creatividad que está muy cerca del arte”. Ella creció en un ambiente familiar en el que los negocios y la expresión artísticas estaban muy presentes.

“MI padre vino de Honduras cuando tenía 16 años y es un artista, se expresa en distintos estilos y podía hacer lo que necesitaba para expresarse como tal pero también lo que precisaba para estar en un terreno comercial y vender su obra”, explica.

Su madre, además de tocar el cello tiene un restaurante de comida saludable que aún está abierto en Canadá.

Ella ha fundado una empresa, Switchboard, y forma parte de un grupo, Zebras Unite  que aboga por un movimiento más inclusivo y ético para que florezcan las start ups (nuevas empresas) como oposición a la cultura creada por los fondos de capital (venture capital).

“Resolver problemas es creativo”, asegura esta mujer licenciada por el Reed College de Portland, especializada en lengua rusa y que ha trabajado en periodismo económico tras pasar por el master de Columbia en Nueva York.

Switchboard se creó para ser un motor de conexión en una comunidad, inicialmente de alumnos de universidad. La idea es que las preguntas u ofertas de personas (asks y offers) de un grupo determinado puedan ser escuchadas y a través del software de la empresa se permita responder y actuar sobre lo que los miembros proponen para que estas organizaciones operen de una forma más satisfactoria, eficiente y respondan mejor a las necesidades de sus miembros.

La compañía empezó en 2013 y ahora trabajan con 150 clientes en todo el mundo.

“Los granjeros locales la usan en Portland para vender su carne y que la gente que quiera comprar productos sostenibles lo pueda hacer. El sistema de justicia criminal lo usa para que quienes salgan de prisión puedan encontrar capital social o ayuda y ello les impida volver de nuevo a la cárcel”, amplía Zepeda. “Son personas que tienen interés en crear un espacio para la oportunidad para sus miembros”.

“Cuando creamos la empresa nos dimos cuenta de que teníamos que hacer también una labor de consultoría porque un producto no cambia el comportamiento de los usuarios”. Switchboard es una empresa de software que la gente usa y de entrenamiento sobre cómo instalar y dar uso a este en la comunidad de que se trata.

La empresa la fundó Zepeda junto a otro graduado de Reed College, Sean Lerner, y la idea era no hacer una red social  sino una red útil, para solucionar problemas y conectar intereses. “Queríamos crear algo que fuera menos social y más útil”, explica ella misma en la página de Switchboard. 

Zepeda estuvo experimentando con la idea de poner en contacto a la gente , de forma útil, y vió las limitaciones que había en las actuales redes sociales por los problemas de archivar respuestas o responder con claridad, entre otros.

Ella pidió ayuda en Twitter con la propuesta de construir Switchboard y Lerner, que se había graduado en Reed College ocho años antes contestó aunque no se conocían de nada. Se pusieron manos a la obra. Ella desde Italia y él en California. A través de Skype la comunicación fluyó.

Como muchas empresas en su momento inicial, Switchboard pasó por un acelerador de empresas, pero en este caso, uno muy especial. Se trata del Portland Incubator Experiment (PIE) creado con la misión de trabajar en los fundadores. “Esta incubadora la puso en marcha Widen and Kennedy, la compañía privada de publicidad más grande del mundo y ayudan a muchas empresas a pensar cómo crear una trayectoria distinta para ellas y no solo confiar en el capital riesgo”.

Precisamente este último punto ha llevado a Mara Zepeda a ser una de las piedras angulares sobre la que se construye otra iniciativa. Zebras Unite.

Consciente de que una empresa como la suya, no destinada a crecer exponencialmente, sin necesidades de ingentes inversiones en capital y con poca prisa o ninguna para llegar a la Bolsa no habrían sido del interés del capital riesgo, Zepeda y otras fundadoras de empresas similares empezaron a dar forma a este grupo que aboga por un nuevo tipo de empresas que prefieren no ajustarse a este modelo que han seguido compañías como Uber o WeWork.

Esta última compañía se ha ido desmoronando hasta convertirse en el modelo de lo que funciona mal con este tipo de estructuras que patrocinan el crecimiento rápido y la eventual salida de sus inversionistas.

Muchas empresas que representan a comunidades como la latina o en las que hay mujeres que normalmente no gozan del favor del capital riesgo tampoco quieren el crecimiento que los inversionistas proponen.

El movimiento de Zebras United está llegando ya a buena parte del mundo y la idea es que poco a poco este tipo de empresas que no son disruptivas sino que quieren crecer poco a poco, crear empleo puedan acceder a otro tipo de inversionistas que prioricen el tipo de negocios que resuelve problemas reales, con contenido y a la vez reparen sistemas sociales existentes.

“Zebras United cree que todo el mundo tiene derecho a imaginar y crear futuro y lo que hemos visto es que que hay cosas que impiden que eso ocurra”, dice Zepeda antes de hablar de cómo las minorías y las mujeres no están atendidas seriamente por el capital riesgo. “El sistema de capital no está  pensado para apoyar a una diversidad de fundadores”.

Es una diversidad grande, hay 5,000 fundadores en este movimiento que en la práctica quiere promover la conexión entre estos fundadores, crear nuevas estructuras corporativas y nuevos fondos para dar un impulso a empresas de distintos colores y velocidades. Zepeda dice que seguirá trabajando en conectar esta red.

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