Repartidores denuncian que algunas apps y restaurantes se embolsan sus propinas
Aunque líderes políticos de la Ciudad y el Estado están vigilando las denuncias de cerca, trabajadores, especialmente inmigrantes, insisten en que compañías siguen jugando sucio con su dinero
Desde que Fernando Tula llegó a Nueva York hace 10 años, procedente del municipio de San Martín, en el estado mexicano de Puebla, se ha ganado la vida como repartidor de comida en su consentida bicicleta. Las historias que tiene para contar el joven de 29 años son muchas y los reclamos parecen más, pero asegura que su principal queja siempre es la misma: parte de las propinas que recibe con pagos que los clientes hacen con tarjeta de crédito se pierden en el camino. Por eso prefiere los “tips” en efectivo.
El mexicano, quien ha visto cambiar el negocio, pasando del contrato directo a trabajo con apps, manifiesta que aunque la mayoría de aplicaciones con las que trabaja para hacer domicilios juegan limpio, y suelen entregarle el 100% de las propinas que se gana, otras no son tan honestas. El joven agrega que muchos restaurantes donde ha trabajado como repartidor, de manera directa, también se quedan con una tajada del dinero que se ganan los llamados ‘deliveries’.
“En este trabajo uno creyera que lo peor son los clientes tacaños y miserables con los que uno se encuentra todos los días, que piden comida y no solamente lo hacen ir a uno distancias muy largas, sino que muchas veces se molestan porque uno se tarda un poco. Y a veces, sin considerar que está lloviendo o nevando fuerte, no te dan ni las gracias y te salen con un dólar nada más de propina o incluso nada”, confiesa el mexicano, quien trabaja en el Upper West Side.
“Pero peor que eso es cuando uno sabe que los restaurantes lo roban a uno quedándose con una parte de las propinas de las tarjetas, diciendo que son costos extra para ellos y que supuestamente nos tienen que descontar porque los tiene que asumir uno, o aplicaciones donde le dicen a uno que le pagan un precio por la entrega y cuando el cliente agrega algo extra, ellos se quedan con eso y nos dan solo el dinero que nos habían asignado primero”, agrega Fernando.
El guatemalteco Augusto Agustín, quien generalmente opera con su bicicleta en restaurantes de Union Square, también tiene la misma percepción de su colega. El inmigrante, quien asegura tener “la bendición” de haber dado con un restaurante bueno en la calle 12 con avenida cuarta, asegura que no ocurre lo mismo con aplicaciones que no le entregan las propinas completas.
“Yo trabajo con varias apps, pero algunas últimamente están descontando un costo que no entiendo de que es, pero que creo que es una manera de quedarse con parte del dinero”, asegura el joven, quien defiende que la mayoría de apps son justas, pero otras no lo son tanto. “A veces se aprovechan de que muchos no entienden cómo funcionan las cosas o muchos ni hablan inglés y creo que sería bueno que las autoridades investigaran más la manera como las apps y los restaurantes están actuando con las propinas para saber si nos están quitando de más”.
Callan por temor a ser despedidos
El repartidor mexicano Geovanni Velásquez también dice sentir que hay compañías aprovechadas que no respetan el derecho pleno que los repartidores tienen de sus propinas y pidió mayores protecciones.
“Tal vez porque el trabajo de delivery es un poco informal, hay algunos que se aprovechan. Yo he tenido suerte de que me paguen lo justo, pero a veces uno sí siente que especialmente ciertos lugares en el pago con tarjetas se pueden quedar con una parte”, dijo el trabajador.
La principal queja de los repartidores con relación a las aplicaciones, es que algunas de ellas recurren a la práctica de restar la cantidad que el cliente agrega en propina a la cantidad que realmente se les paga.
“Ellos están embolsándose la propina. Eso lo sabemos todos los que trabajamos aquí, pero uno prefiere quedarse callado para seguir manteniendo el trabajo, porque como muchos no tenemos papeles, y la verdad que hacemos buen dinero con esas apps, entonces mejor no decimos nada o si no nos corren”, comenta con mucha honestidad un repartidor, quien solamente quiso identificarse como Julio.
Otra de las tácticas que los restaurantes usan de manera directa para “embolsillarse las propinas” de los repartidores, es según David Maldonado, la creación del llamado sobrecosto de distancia, una tarifa extra que los negocios suelen cobrar a los clientes cuando el área para hacer la entrega está más allá de la zona de su cobertura habitual.
“Aquí el restaurante cobra $4 dólares para llevar comida a sitios lejos, pero lo que pasa es que en esos casos uno está trabajando de a gratis, porque el restaurante se queda con esos $4 dólares y los clientes generalmente no dan nada, porque sienten que con esa pago ya están dándonos la propina, o sea que nos roban doble, porque nos roba el patrón y nos roba el cliente”, aseguró el colombiano, quien trabaja en Long Island City.
Proponen ley para ayudar con las propinas
Y como una manera para garantizar que los derechos de los repartidores de Nueva York sean protegidos, el concejal Ritchie Torres de El Bronx está trabajando en una iniciativa para exigir por ley que las aplicaciones informen a los clientes si las propinas que están dando van completamente al bolsillo de los trabajadores o si una parte va a las empresas.
La compañía DoorDash, que hace unos meses estuvo en el ojo del huracán, tras varias denuncias de quedarse con parte de las propinas, comenzó a incluir esta información de manera pública y cambió su política de manejo de propinas, de manera más clara.
“Cambiamos nuestro modelo: el nuevo modelo garantizará que las ganancias de Dashers aumenten en la cantidad exacta que un cliente aconseja en cada pedido”, comentó la firma.
El argentino Martin Villanueva, quien asegura utilizar dos veces a la semana los servicios de aplicaciones para solicitar comida, aseguró desconocer la manera como algunas firmas y restaurantes hacen recortes al dinero que da como propina en sus tarjetas y recomendó a los clientes que para evitar que las propinas se queden en el camino, es mejor darla en efectivo.
“Mientras aprueban leyes más fuertes para evitar que roben a los deliveries, lo que debemos hacer es entregarle la propina en sus manos, y así estamos cien por ciento seguros de que nadie se las va a quitar”, dijo el cliente. “Además sería bueno que todas personas que pidan domicilios entienda que muchas veces esos muchachos no tienen otro ingreso más que las propinas, porque sé de lugares que no les pagan casi nada por sus turnos”.
El mexicano Dioselín López, quien trabaja en un restaurante de la Octava avenida, apoyó la propuesta del argentino, y aseguró que ha sido víctima de robo no solo en tarjetas y apps sino también en sus horas de trabajo.
“Yo trabajo 10 y a veces hasta 11 horas seguidas, sin descansar, seis días a la semana y a mí solo me pagan $60 cada turno, sin importar si hago horas extras o si nieva o si llueve, y el jefe asegura que es algo legal porque con propinas me suma más, pero la verdad ni entiendo si es verdad o no, pero al menos tengo una chamba segura”, dijo el joven.
Ante los atropellos que denuncian muchos repartidores, la asambleísta estatal Catalina Cruz, quien introdujo una iniciativa para castigar con cárcel a patronos que roben salarios, mencionó que desde la Legislatura estatal no van a permitir que los repartidores sigan siendo presa de abusos en sus ingresos.
“Si restaurantes, patronos o aplicaciones que usan a estos trabajadores se están quedando con el dinero de sus propinas, vamos a utilizar todo el poder en la ley para que se haga justicia”, aseguró la política de origen colombiano. “Esta es una problemática que aumenta, especialmente ahora que viene el invierno y muchas personas usan esos servicios, pero quiero reiterar que si estas compañías se están aprovechando de cómo está escrita la ley para quitarles su dinero a los trabajadores vamos a mirar cómo cambiarla para que haya justicia”.