“Los ecuatorianos de Nueva York vivimos una doble angustia por el coronavirus”
Inmigrantes del país suramericano en la Gran Manzana enfrentan días de desolación y angustia ante el avance de la pandemia
Desde el pasado 10 de marzo, cuando a su padre Carlos Burgos, de 82 años, le diagnosticaron el coronavirus en el Hospital de Elmhurst, en Queens, la periodista ecuatoriana Virginia Burgos, de 55 años, y toda su familia ha vivido un triple ‘calvario‘: su tío falleció víctima del COVID-19 en Nueva York y su primo murió la semana pasada en Guayaquil, una de las ciudades latinoamericanas en donde la epidemia ha causado más estragos.
“Han sido semanas de desesperación y tristeza. Porque finalmente esta epidemia nos vino a mostrar la fragilidad de nuestra sociedad y del sistema hospitalario en todo el mundo. Y a los inmigrantes ecuatorianos, nos has tocado vivir una angustia doble. Primero por lo que tenemos que enfrentar aquí en la ciudad y segundo porque nuestro corazón se quiebra por la situación de Ecuador”, dice Virginia.
Una de las comunidades hispanas más palpitantes de la Gran Manzana, la constituye la inmigración ecuatoriana arraigada principalmente en vecindarios del condado de Queens como Corona, Jackson Heights y Elmhurst. Precisamente una de las áreas más asediadas por el COVID-19, no solo en la ciudad, sino en todo el país.
Hasta el sábado 11 de abril, el 33% de todos los pacientes confirmados por el nuevo virus en la ciudad de Nueva York se registraban en Queens, en donde también se ha confirmado la tasa más alta de mortalidad, con 1,759 decesos desde el pasado 1 de marzo, seguido por El Bronx en donde se cuentan 1,241 los muertos.
El activista Walter Sinche, fundador de la Alianza Ecuatoriana Internacional en Corona, aunque no cuenta con estadísticas oficiales, no duda que gran parte de los hispanos afectados por el COVID-19 en Queens son ecuatorianos.
“Todos los días tenemos reportes informales. Nuestra gente está padeciendo con fuerza esta enfermedad. Aquí y allá“, comentó el activista, quien además se está recuperando de esta enfermedad la cual lo ha mantenido en reposo en las últimas tres semanas.
El obrero de la construcción, Ramiro Pazminio, de 45 años y residente de Jackson Heights, no ha dejado de acudir a su trabajo en un proyecto en Brooklyn, pues comenta que se trata de una obra que entró en la clasificación de “esencial”.
“Muchos de mis compañeros están enfermos. Cada día van menos a trabajar. Yo me cuido cuando ando en el Subway, pero con este virus uno no sabe. Mi hija mayor, la primera, está en Guayaquil. Mi ex esposa me enteré esta mañana que está enferma y ellas viven juntas. Esto es desesperante, hermano“, dice Ramiro, al compartir una vivencia que parece tener eco en cada esquina de Queens.
‘El epicentro del epicentro’
El Hospital de Elmhurst, ubicado en Queens y uno de los 11 hospitales públicos de la Ciudad, ha sido calificado como el ‘epicentro del epicentro’ de esta emergencia, porque a dos semanas de haber avanzado la pandemia ya mostraba signos muy claros de colapso porque era el que había recibido el mayor número de pacientes de coronavirus en los cinco condados.
Virginia Burgos, fue testigo en primera fila, del desbordamiento de ese centro de salud. “Mi padre empezó a sentir problemas respiratorios y fue internado en el Hospital Elmhurst. Estamos hablando de uno de los primeros casos de esta enfermedad, cuando apenas existían 22 positivos. Vivimos situaciones muy desagradables por la falta de comunicación de los médicos. Todo el personal allí, estaba desbordado”.
El señor Carlos Burgos, quien vive en un hogar para ancianos de Caridades Católicas en Corona, hoy se encuentra en recuperación en un centro de Rehabilitación en Rego Park, luego de haber estado en cuidados intensivos. Superó la gravedad del coronavirus, pero ahora no puede caminar, ni hablar.
“Mi papá sufre de Alzheimer y Parkinson. El trato en ese hospital fue inhumano, una vez hospitalizado no supimos nada de él. Era imposible comunicarse con los médicos. Ni un mensaje de texto. Ellos no cumplieron con el protocolo de conocer sobre su historia médica, por eso no le administraron los medicamentos en ese tiempo para sus enfermedades preexistentes”, relata Virginia.
“Con el alma compartida entre NY y Ecuador”
Cuenta la inmigrante, que el teléfono se convirtió en el único refugio de sus hermanas, Lorena y Ana Julia, quienes no solo tuvieron que enfrentar el desgaste emocional de no saber absolutamente nada de su padre hospitalizado en cuidados intensivos, por más de 10 días, sino que seguían de cerca las fatídicas noticias que describían el desastre generado por la epidemia a 2,989 millas, en Ecuador, su país de origen.
“Mientras estábamos enfrentando el silencio absoluto de los médicos, sobre el estado de salud de mi papá, además teníamos nuestra mente y corazón allá, en donde el coronavirus ha generado mucho sufrimiento. Mi primo Guido Zambrano, de 80 años, murió en Guayaquil la semana pasada, en medio de aquél desastre que es peor de lo que muestran los medios de aquí”, asegura Virginia.
La provincia del Guayas, donde se encuentra Guayaquil, hasta el 1 de abril había reportado -según datos oficiales- más víctimas del COVID-19 que naciones latinoamericanas enteras: 80 muertos y 1.937 infectados. Pero esta cifra no incluye toda la gente que ha muerto sin que se le haga el test para comprobar la presencia del virus.
El Gobierno de Ecuador sigue admitiendo que la crisis del coronavirus, es mucho más grave de lo informado.
“Centenares de personas han muerto en sus domicilios, sin atención. En otros casos, después de ser recibidos en hospitales fueron derivados a sus casas”, indica el periódico El Universo de Ecuador.
El presidente de esa nación, Lenín Moreno confirmó que se “estaban recogiendo cerca de 150 cadáveres diarios en Guayaquil”.
El colapso del sistema funerario, ha impulsado una crisis de dimensiones gigantescas que obligó al Gobierno a conformar una fuerza de tarea conjunta para poder enterrar a todas las personas que sucumbieron ante la enfermedad. En algunos casos los cuerpos reposan incluso en las calles.
Desde la ciudad de Nueva York, las hermanas Burgos siguieron por cuatro días continúos, a través del WhatsApp, cómo sus familiares en Guayaquil no solo lloraban el fallecimiento de su primo, sino cómo tuvieron que afrontar el vía crucis extenuante de darle sepultura.
“Desde hace tiempo, ellos habían tenido la previsión de pagar el funeral y los servicios funerarios. Aún así se tuvo que esperar cinco días, porque se habían agotado los cofres mortuorios, los servicios de las funerarias y el cementerio estaban suspendidos debido al número de muertos. Mantuvieron el cuerpo en la casa, conservándolo con formol, hasta que finalmente se consiguió espacio en un cementerio fuera de la localidad”, reseñó Virginia.
“Mi tío estaba aislado, pero resultó positivo en COVID-19”
La pandemia del coronavirus, la cual ha cobrado más de 5,742 vidas en la Gran Manzana, sigue traduciéndose en angustias para esta familia ecuatoriana, que desde hace dos generaciones emigró desde Ecuador.
El tío de las hermanas Burgos, Bolívar Burgos, de 74 años, estaba totalmente aislado en un hogar de rehabilitación de Ancianos en Forrest Hills, en Queens. Allí se recuperaba de algunos problemas de salud que sufrió en el pasado invierno. Para sorpresa de todos, el señor quien antes de su retiro, se desempeñaba como gerente de los supermercados Key Foods, tuvo que ser trasladado el pasado fin de semana a un hospital con un cuadro febril.
A Bolívar se le diagnosticó en primer término neumonía, pero se confirmó que era positivo en coronavirus. El pronóstico no era alentador. El pasado sábado murió.
“En este momento tenemos a mi papá en recuperación. No lo podemos ver desde hace una semana. Lamentablemente su hermano menor, mi tío, se murió y aún estamos en una lista de espera para poder enterrarlo. Todo esto lo vivimos con el pesar de lo que sucede en Ecuador. En este caso, tuvimos el respiro de que el personal hospitalario de North Shore en Forrest Hill, mantuvo comunicación con nosotros. Muy distinto a la pesadilla que vivimos con el Hospital Elmusrth”, destaca Virginia.
Restricciones para viajar a Ecuador desde NY
- Ecuador, al igual que otros países de la región, maneja la estrategia de restricciones de viajes, por ahora, hasta el 30 de abril, como un método de prevención ante la pandemia del COVID-19
- Centenares de ecuatorianos que se encuentran en Nueva York de visita, se han visto obligados a cancelar o posponer sus vuelos.
- Es posible que se requiera el aislamiento de las personas que viajan desde Nueva York por un periodo de 30 días en un hotel y que los cargos corren por el pasajero, como requerimiento de retorno al país.
- Se recomienda también que los pasajeros opten por requerir una prórroga de estadía en los EE UU si su estadía sobrepasa la fecha límite de estadía asignada por el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (USCIS)
- Mujeres embarazadas, personas de la tercera edad, menores solos y personas con discapacidad, tendrán la prioridad de regresar al país apenas se flexibilicen las restricciones, según lo detalla el protocolo de retorno del país.
- Según lo informa el Consulado del Ecuador de Nueva York, la asistencia general para aquellos ecuatorianos se encuentra limitada a la atención en línea y llamadas telefónicas, para requerir servicios que incluyen ayuda por estadía, alimentación, y servicios generales del Consulado.