Caravana de autos pide más protecciones para los trabajadores esenciales
Empleada que contrajo coronavirus comparte su historia y señala la falta de medidas preventivas
La prueba de coronavirus de Ángela Pérez, cajera de un supermercado y madre de tres, dio positiva.
“Me sentí morir”, compartió Pérez refiriéndose al momento en el que una enfermera la llamó por teléfono para comunicarle los resultados de la prueba de COVID-19.
“No podía dejar de llorar. Pensaba en mi hijita de cuatro años, qué pasaría si se contagia, quién la va a cuidar si me pasa algo”, en entrevista con La Opinión, Ángela Pérez recordó ese momento, así como las semanas previas a hacerse la prueba y destacó la falta de suficientes medidas de prevención, que existe en muchas tiendas y supermercados.
Es por dicha falta de medidas que el martes por la mañana, alrededor de 20 autos se sumaron a una caravana de protesta en defensa de los trabajadores esenciales, frente a la tienda de Food 4 Less de Koreatown, Los Angeles.
La acción, en honor a Ángela Pérez y en concordancia con la celebración del Día del Trabajo de esta semana, fue respaldada por el Local 770 del Sindicato de Trabajadores Unidos de la Industria de Alimentos y el Comercio (UFCW), que representa a más de 20,000 trabajadores de supermercados en los condados de Los Ángeles, Ventura, Santa Bárbara y San Luis Obispo.
Desde el advenimiento de la pandemia de COVID-19, UFCW Local 770 ha estado bregando por mayores medidas de prevención para los trabajadores esenciales, incluyendo el acceso a mascarillas, guantes, pago extra, tiempo para limpieza y descansos y regulación de la cantidad de clientes dentro de las tiendas, entre otros. El Sindicato está en contacto con los concejales, supervisores y con el gobernador y está juntando firmas para presionar a las compañías para que implementen mayores medidas de protección para los trabajadores esenciales.
“Pedimos que haya respeto e igualdad entre los trabajadores. Pedimos que no se tomen represalias en contra de los trabajadores que reclaman por sus derechos”, indicó Pérez. “Algunos patrones piensan que los trabajadores que exigen que se cumplan sus derechos son ‘problemáticos’. Cuando alzamos la voz, muchas veces nos cambian de tienda”, agregó la cajera.
Durante la pandemia, UFCW Local 770 está ofreciendo conferencias telefónicas semanales en las que los trabajadores pueden participar y hacer oír sus voces.
La confirmación que nadie espera
Pérez trabaja desde hace cuatro años en el Food 4 Less de la Avenida Western, en Koreatown, Los Angeles, y 15 años con la compañía (Kroger).
“Estuve trabajando desde que empezó la pandemia. Hubo dos semanas en que las tiendas estaban súper ocupadas, era como en tiempos de Navidad”, recordó la cajera de 47 años de edad.
“Empecé a sentirme muy cansada y débil. Primero pensé que era porque había tenido que trabajar 11 días seguidos. Trataba de tomar café, pero no me levantaba”, recordó.
“Me empezó a doler la cabeza todos los días. Le dije a uno de los managers que me sentía mal, pero no me dijo nada. Se quedó mirándome sin decir nada. Al día siguiente, empecé a sentir mucha presión y dolor en el pecho”.
La presión en el pecho y la dificultad para respirar fueron en aumento. Otro empleado de la tienda había resultado positivo en la prueba del coronavirus, lo que hizo que Pérez sintiera aún más temor y ansiedad.
“Iba manejando una mañana y recuerdo sentir fuertemente la presión en el pecho. Vi como una luz roja. Trataba de abrir los ojos, no recuerdo bien, pero sé que me estacioné y llamé al Kaiser (seguro médico). No sabía qué hacer. Sentía miedo de ir a mi casa, tenía miedo de decirle a mi familia”, agregó Pérez al compartir sus sentimientos del momento.
¿Ahora me dices ‘I’m sorry’?
Pérez contó que días después de avisar en su trabajo que tenía coronavirus, alguien de la compañía la llamó para decirle que le pagarían dos semanas, y que sentían mucho que la prueba haya dado positivo.
“La dejé hablar, mientras yo lloraba y pensaba en mi hijita, y después le corté sin decirle nada. Me sentía morir. Mientras ella me hablaba, yo pensaba, ‘¿Ahora, me dices I´m sorry? ¿Ahora lo sienten, después de que permiten entrar a la gente a la tienda sin mascarillas, después de que no regulan la cantidad de clientes que puede haber en la tienda a la misma vez? Yo siempre los alertaba, les decía que dejaban entrar mucha gente a la vez. ¿Ahora lo sienten?”.
Pérez contó que más de una vez se vio obligada a atender a personas que no llevaban barbijo.
“Cuando una vez le dije al manager que no quería atender a un cliente que se negaba a usar la mascarilla, me contestó, ‘Es que nosotros no podemos hacer nada’”, recordó la cajera.
“Prevenir la propagación del COVID-19 es un asunto de vida o muerte”, dijo Delia Montiel, quien también trabaja como cajera en la misma tienda Food 4 Less.
“Ya llevamos dos meses de esta pandemia y nosotros estamos viendo que Kroger está implementando medidas de seguridad de manera dispareja en sus tiendas. Nosotros hemos visto que sus tiendas Ralphs tienen medidas más estrictas de control de aglomeraciones y de líneas que las tiendas de Food 4 Less. Nosotros estamos haciendo un llamado a Kroger y a otras compañías a que sigan en un 100% los lineamientos de salud pública y que se apliquen para el 100% de los trabajadores y los clientes”, agregó.
La trabajadora opinó que la tienda pone a los clientes por encima de las necesidades de los trabajadores y que muchas veces reciben represalias solo por hablar.
“Yo le tengo miedo a las represalias”, confesó Ángela. “No quiero que el manager me cambie de tienda por hablar y exigir los derechos que me corresponden”, agregó.