Abril: un mes para la historia en EEUU por el coronavirus
Es el primer mes entero en el calendario del 2020 en el que el país vivió con la pandemia del coronavirus, y con Nueva York como el epicentro
Abril se ha hecho largo. Un mes infinito protagonizado por el COVID-19. El virus se ha cobrado decenas de miles de vidas y sueños en una crisis que empezó meses antes pero que se ha vivido con una mayor intensidad en estos pasados 30 días del calendario.
El coronavirus no ha sido el único protagonista. Del otro lado ha estado la sociedad a la que se le ha dicho que tiene que estar físicamente distanciada para evitar la propagación de esta letal bestia invisible. El encierro en las casas ha coincidido con el primer mes de primavera y oler las flores es más duro con una máscara a la que la mayoría se ha acostumbrado por obligación o por precaución.
Hay quienes han aprendido a trabajar desde sus hogares mientras otros han visto que son esenciales sin ser totalmente apreciados. En particular es el caso de buena parte de la comunidad inmigrante, que en muchos casos ha quedado en la primera línea de la acción en la cuarentena pero ha quedado marginada de unas ayudas mínimas para poder mantener la esperanza. En cierta medida, el virus ha elevado el muro dentro del país.
Hay quienes ya no pueden trabajar y cuentan los centavos con una incertidumbre difícil de mantener con la cabeza fría cuando se acumulan los ‘billes’. Las gran brecha económicas, la fuerte desigualdad, ha vuelto de nuevo a marcar el territorio entre los que más y los que menos pierden con esta crisis.
Y también hay quienes no han podido escapar a la enfermedad en las cárceles.
Este ha sido el mes en el que los niños tendrían que empezar a preparar un show para el fin de un curso. Pero este año no caerá el telón.
Los más pequeños han descubierto que las pantallas del computador o la tablet no son ya tan divertidos porque es la sustitución de una clase que ahora deja a todos los amigos al otro lado de una llamada.
Es el primer mes entero que la historia dirá si fue un experimento o un primer paso en un cambio de forma de vida que ya no es sostenible por las muchas grietas de un sistema social, económico y también medioambiental por el que transitábamos.
Preocupa, y mucho, el presente mientras se mira de reojo a un futuro con esperanza o desolación, dos sentimientos que se han encontrado mucho en este mes lleno de traumas con los que se va a seguir viviendo durante mucho tiempo porque no hay transición a lo desconocido sin dolor, nostalgia o inquietud.
Les dejamos en estas páginas con un recordatorio resumido haciendo énfasis en las cifras (muchas de ellas aún estimadas) de lo que ha sido un mes que podría haber sido un año, o más, en materia informativa. Un documento para recordar un abril distinto, inquietante, con muchas penas, menos alegrías y una sociedad que diariamente se unió, pese a la distancia prescrita, para dar gracias a tantas personas esenciales por tanto.
63,100 fallecidos
Más de 63,100 es la cifra oficial de fallecidos por coronavirus a nivel nacional con la mayor cifra registrada en abril en el estado de Nueva York. Hasta 18,000 personas han perdido la vida en este estado por una enfermedad de la que no se conocen todas sus caras aún pero sobre todo afecta al sistema respiratorio.
La llamada curva de ingresos hospitalarios se ha aplanado en muchas zonas del país y ciertamente así es en Nueva York.
El 8 de abril fallecieron 799 personas en apenas 24 horas en este estado y el día 30 fueron 289 las que perdieron la vida.
Hay estimaciones, basadas en la variación de fallecimientos medios en el país, que apuntan a que estas cifras podrían ser más elevadas.
A falta de haber testado a buena parte de la población que ha tenido síntomas más o menos agudos se cuenta con que 1,075,600 personas han sido contagiadas en todo el país hasta el final de abril. De nuevo Nueva York registró la peor estadística con 310,839 personas afectadas.
Las comunidades de color han sido de las más afectadas tanto por los contagios como por los fallecimientos.
Vivir y trabajar en las primeras líneas de la pandemia además de la fuerte densidad de población en las zonas en las que viven y la falta de seguros médicos además de los temores de quienes son indocumentados a pedir ayuda han dejado un terreno abonado para el virus.
9 de cada 10 personas
Fueron 9 de cada 10 personas, la proporción de estadounidenses que se mantuvo durante todo abril en sus casas, debido a las órdenes de cuarentena en la mayoría de los estados. “Cierre”, “gran pausa” “confinamiento” o simplemente encierro han sido las formas en las que se ha conocido una directiva cuya misión ha sido atajar el contagio masivo.
De los 50 estados del país 26 tuvieron órdenes total de cierre como fue el caso de Nueva York, 17 de ellos tuvieron cierres parciales y siete más levantaron órdenes de cuarentena.
El encierro ha sido mucho más suave que en China o en países de Europa como España e Italia pero se han tratado de observar las distancias de seguridad en supermercados y en los paseos (con más o menos éxito). Escuelas, universidades, grandes almacenes y otras tiendas no esenciales, gimnasios, cines, teatros y museos han sido cerrados. En el caso de las escuelas se han mantenido como centros de distribución de comida para quienes necesitan esta ayuda.
El 1 de mayo se levantaron las medidas de confinamiento en al menos 10 estados y la semana que viene se hará lo mismo en otros 32, ni Nueva York ni California están entre estos por hoy. Se tratarán de mantener las distancias sociales y en muchos casos el fin es escalonado y con transiciones.
En la mayoría de los estados el encierro ha supuesto fuertes desafíos económicos por el cierre de los negocios pero también tensiones políticas algunas de ellas canalizadas por grupos de extrema derecha que han calificado a esta estrategia aconsejada por los médicos como un ataque a la libertad individual.
En estados como Michigan o Colorado se han podido ver escenas protagonizadas por algunos ciudadanos que reclamaban sus derechos individuales frente a enfermeros que defendían los colectivos. En Michigan también ha habido ciudadanos protestando vestidos como si fueran una milicia y armados como tal a la puerta del las cámaras que representan la democracia del estado.
$2.6 billones
El Congreso ha llegado a varios acuerdo de ayudas y apoyos a la economía tanto general como de los negocios y los hogares que suman algo más de $2.6 billones ($2.6 trillion). El Families First, el Cares Act y la segunda ronda de este Act, son planes de estabilización que no han podido evitar una fuerte contracción de la economía, que fue del 4.8% en el primer trimestre del año, cuando el tsunami del coronavirus empezaba de llegar a EEUU.
La más larga expansión de la historia ha llegado a su fin.
Medidas para asegurar el pago de licencias de enfermedad, rescate a sectores enteros afectados hasta el punto de la viabilidad como el de las aerolíneas o la propia Boeing. Y créditos de bajos intereses y parcial o totalmente perdonables para empresas de 500 o menos trabajadores administrados por la SBA.
El dinero — un total de casi $660,000 millones– que se ha dedicado a estos préstamos llamados PPP, ha resultado insuficiente, apenas ha llegado a las empresas latinas y sin embargo han tenido acceso a ellos grandes empresas. Algunas de ellas lo han devuelto.
Una parte importante de las ayudas ha sido el envío de cheques por un máximo de $1,200 por contribuyente adulto y $500 por hijo a familias con seguro social válido. Inmigrantes indocumentados que pagan sus impuestos con ITIN y a los que no se les veta por su status contribuir a las arcas públicas, no han recibido ni un centavo. Tampoco las familias estadounidenses en las que uno de sus miembros no tiene seguro social. Estados como California están ayudando con ciertas cantidades a estas familias dejadas de lado por el Gobierno Federal.
Algunos estados han puesto en marcha medidas de protección a inquilinos, parando los desahucios, y la banca está negociando con los hipotecados alivios para evitar una crisis financiera que vuelva a empezar en el sector de la vivienda además de dejar a millones de personas sin casa.
A ello se le añade la labor de la Reserva Federal que no solo rebajó las tasas de interés en marzo sino que ha puesto en marcha medidas de recompras de deuda y préstamos por un valor que se estima ronde los $8 billones ($8 trillions). Su presidente, Jerome Powell, dice que fiscalmente se tiene que hacer más, es decir, mandó la pelota al tejado del Congreso y el Gobierno para que piensen en más gasto.
Porque pese a todo el dinero que se ha puesto en marcha, la crisis es tal que se cuenta con una ola de bancarrotas, algunas de nombres muy conocidos y de empresas con muchas raíces en el país.
Además, los estados, en los que no se esperan muchos ingresos por impuesto, también claman por ayudas.
20 millones desempleados
En las semanas que acabaron en abril más de 20 millones de personas solicitaron el seguro de desempleo con éxito. Si se añaden las dos semanas de marzo en la que los despidos masivos empezaron con los primeros cierres de actividad y los confinamientos son más de 30 millones de personas las que pidieron estas ayudas.
Son más los que las necesitan pero no todos han podido completar los procesos administrativos para llegar a cobrar esta ayuda y por lo tanto no están en las cifras oficiales. Además los indocumentados no pueden optar a estos seguros que cubren los ingresos por falta de trabajo.
En el Cares Act se dispuso que hasta julio se pudieran cobrar $600 más semanales de los que tradicionalmente aporta este seguro de desempleo. Muchas personas están perdiendo estas cantidades desde hace semanas por la imposibilidad de avanzar su petición.
La tasa de desempleo de abril se conocerán la semana que viene pero en marzo se llegó al 4.4% (frente al 3.5% en febrero) y se estima que se llegue a dos puntos porcentuales a lo largo del segundo trimestre.
13% de subida
Ese fue el recorrido al alza del índice S&P 500, uno de los más comprensivos de la Bolsa de EEUU, en el mes más oscuro en décadas.
Al mes no le han faltado pésimas noticias. Muerte, paro de actividad, desempleo, bancarrotas, fuertes déficits públicos y privados además de un aumento considerable de la deuda pública. El petróleo en una sesión histórica llegó a no tener precio, cotizó por debajo de los cero dólares. Sin embargo la bolsa subió.
El Dow Jones y S&P 500 tuvieron su mejor remontada desde 1987 según Dow Jones Market Data. El Nasdaq el mejor recorrido desde 2000 y un abril inigualable en otros momentos. Incluso el Russell 2000 (de empresas de baja capitalización) tuvo beneficios.
Los primeros que están sorprendidos son los analistas y los economistas por la desconexión con la realidad. El titular de BusinessWeek Bloomberg le añadió un tono sarcástico: Wall street apuesta que esta crisis hará más ricos a los ricos.
Si la crisis se parece a la Gran Recesión de 2008 es posible. Si se parece a la Gran Depresión, el resultado fue el contrario.
Información elaborada por: Ana B. Nieto, Ramón Frisneda, Luis Cañarte.