La lucha contra el racismo del primer latino abiertamente gay que busca un asiento en el Congreso

El afrolatino Ritchie Torres pelea por ser el representante del sur del Bronx en la Cámara Alta

Torres fue detenido en 2017 por participar en un evento contra Trump.

Torres fue detenido en 2017 por participar en un evento contra Trump. Crédito: Spencer Platt | Getty Images

Por María Peña

Como afrolatino, el concejal Ritchie Torres ha afrontado discriminación por su raza, su piel canela y su pelo crespo, y ha visto de cerca el racismo sistémico” que ha generado protestas en Estados Unidos. Ahora lucha por un escaño en el sur del Bronx, y podría hacer historia en noviembre como el primer gay latino en el Congreso.

El sur del Bronx es considerado uno de los bastiones más “azules” o demócratas en toda la geografía estadounidense y es “zona cero” de la triple crisis que afronta el país: la pandemia del COVID-19, una alta tasa de desempleo, y problemas de brutalidad policial contra las minorías.

Hijo de padre puertorriqueño y madre afroamericana, Torres se perfila como uno de los favoritos, de entre 12 candidatos, en las primarias del próximo 23 de junio por el distrito 15 de Nueva York, que tiene un alto porcentaje de latinos y afroamericanos.

En entrevista telefónica con Noticias Telemundo, Torres afirmó esta semana que el país afronta una lucha por los derechos civiles, pero tiene la ventaja de representar la visión de ambas minorías.

“Hay todo un partido político que vive en la negación sobre el racismo… tenemos que reconocer que las desigualdades que destapó la pandemia del COVID-19 no ocurrieron en un vacío; tenemos que verlas en el contexto de cómo ha afectado a las minorías”, afirmó Torres.

“Me lancé al Congreso porque solo el gobierno federal tiene las herramientas para responder a las raíces del racismo institucionalizado, porque si no lo reconocemos, eso limitará nuestra capacidad para resolverlo”, argumentó.

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Torres recuerda cuando fue uno de los pocos estudiantes minoritarios en una escuela intermedia especializada, y sus compañeros se burlaban y lanzaban epítetos por ser afrodescendiente.

En algunos momentos de su vida adulta, fue objeto de “perfilamiento” racial y cacheo por parte de la policía, y la homofobia agravó el ambiente de racismo que vivió en algunos sectores.

Ya como miembro del concejo de Nueva York, algunos cuestionaban si era lo suficientemente negro o latino.

“Algunos me han rechazado por tener una identidad tan compleja, he visto el racismo dentro de la comunidad latina y afroamericana, también de la comunidad blanca. Cargo las cicatrices de la discriminación”, afirmó.

Es, por lo demás, una vivencia común entre los más de tres millones de afrolatinos en su búsqueda de “un hogar” o pertenencia, al tener que defender su identidad racial y cultural entre ambas minorías.

Pero Torres insiste en que no se siente “víctima” y su identidad biracial es una ventaja para representar al distrito 15 de Nueva York. Por ello, aconseja a los jóvenes, especialmente afrodescendientes, a “encarar las adversidades con resiliencia” e independencia.

Fue lo que hizo en 2007, cuando afrontó la muerte de su abuela, abandonó la universidad, encaró una crisis de orientación sexual y el abuso de drogas, además de una lucha contra la depresión.

En 2014, con solo 25 años, Torres se convirtió en el miembro más joven del concejo de una de las ciudades más grandes de Estados Unidos, y el primer líder político abiertamente gay en el Bronx.

El ganador de las primarias del próximo 23 de junio se enfrentará al candidato republicano en noviembre próximo para sustituir al congresista boricua, José Serrano, que anunció su jubilación.

Contra la brutalidad policial

Torres ha estado implicado en la lucha contra la brutalidad policial: junto al presidente del concejo, Corey Johnson, ha pedido una investigación independiente sobre el abuso de la policía contra manifestantes pacíficos en las protestas de Nueva York.

Su pedido se produjo en media de la controversia más reciente después de que un video viral en Twitter mostrase a varios policías empujando a un hombre de 75 años hasta hacerlo caer y lesionarse la cabeza.

La solicitud de una investigación independiente se enfrenta con el deseo del alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, de que su propio equipo realice la investigación.

Para Torres, el “racismo sistémico” es una realidad que viven millones de personas, muchas de los cuales afrontan discriminación en el empleo, la educación, la salud, o la vivienda, por su raza.

Desigualdades raciales

Según datos oficiales, el sur del Bronx es “zona cero” de una pobreza con alta concentración racial, principalmente entre latinos y afroamericanos: aún antes de la pandemia, más de la mitad de los habitantes gastaban más de su ingreso mensual en el pago de alquiler.

“En el sur del Bronx, las familias luchan por su supervivencia, por mantener a sus familias y pagar sus facturas”, señaló Torres.

Su plataforma incluye un programa de subsidios de vivienda para gente pobre, y un tope para que el costo de vivienda no supere el 30% del ingreso anual de las familias trabajadoras.

La pandemia del COVID-19 ha dejado al descubierto las desigualdades también en el sistema de salud, ya que buena parte de sus víctimas han sido minorías que ya sufrían de forma desproporcionada enfermedades como la diabetes y la hipertensión, y ya contaban con un menor acceso al cuidado médico.

Además del racismo, Torres ha enfrentado otros obstáculos, ya que pasó su niñez en un pequeño apartamento de un proyecto de vivienda pública, Throggs Neck Houses, cubierto de una capa de moho que con frecuencia agravó su asma.

Por ello, como concejal, promueve mejoras en la vivienda pública en el sur del Bronx, que registra una tasa de pobreza del 40%, o el doble del promedio en toda la ciudad.

Además de respaldar causas progresistas, Torres ha promovido una investigación sobre las presuntas irregularidades en los negocios inmobiliarios de Jared Kushner, yerno y principal asesor político del presidente, Donald Trump.

Aunque ha logrado recabar más de $1.3 millones durante la campaña, Torres no la tiene fácil porque su principal rival demócrata, el reverendo Rubén Díaz Sr., goza de amplia popularidad. Con su inseparable sombrero de vaquero, Díaz ha sido parte de la escena política de Nueva York durante dos décadas, como miembro del concejo de la ciudad y del senado estatal.

Pero Díaz es diametralmente opuesto a lo que promueve Torres: se opone al matrimonio igualitario y al derecho al aborto, y en 2016 bromeó con que se parecía a Trump en que ambos tienen “enemigos en todas partes”.

Díaz Sr. no ha revelado si votará por el virtual candidato presidencial demócrata, el exvicepresidente, Joe Biden, lo que ha generado malestar en la maquinaria demócrata. Sus detractores lo acusan de ser un “fan” de Trump.

Su propio hijo, del mismo nombre, es aún más popular pero no lo ha respaldado públicamente. Sin embargo, el hecho de que ambos comparten nombre ha causado mucha confusión entre los votantes, según Torres.

Una encuesta de la semana pasada de Data Progress, difundida la semana pasada, mostró a Díaz con el apoyo de un 22% del voto en el Bronx, seguido por Torres, con un 20%. Para ganar la primaria demócrata se requiere un mínimo del 25%.

Torres cuenta con el apoyo de BOLD PAC, el brazo electoral del Caucus Hispano del Congreso, y otros grupos cívicos latinos.

Díaz es un “rival formidable” pero “no es que sea invencible… vivimos en tiempos políticos donde nadie es invencible”, pronosticó Torres.

En esta nota

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