Inmigrantes se tienden la mano unos a otros durante el COVID-19
Reparten comida, leche y hasta mascarillas y gel antibacterial
Gualterio Santos, un exitoso empresario de flores de la ciudad de Santa Ana, quien está luchando contra su deportación, entregó más de 300 despensas a familias que han sido afectadas por el coronavirus.
“Queremos regresarle a nuestra comunidad un poco de lo mucho que nos ha dado sobre todo porque a causa de la pandemia, hay mucha necesidad”, dice Gualterio, un inmigrante de Oaxaca, México quien tiene una florería en Santa Ana y otra en Las Vegas.
Comenta que se animó a hacer estas donaciones de comida porque a su negocio han llegado muchas personas que no tienen nada que comer.
“Cuando me hicieron una marcha contra mi deportación, mucha gente me fue a apoyar. Así que de todo corazón, entregué estas despensas y con bastantes precauciones para evitar que se infecten del virus”.
Gualterio repartió las despensas el sábado 18 de julio a partir de la 1 de la tarde. Inicialmente – dice – él iba a poner todo de su bolsa para las despensas, pero al hacer el anuncio, la fundación Power of One lo contactó y lo apoyó con más comida.
Como él, han sido muchos los inmigrantes que han entregado alimentos a las comunidades latinas que sufren por la falta de empleo propiciada por los cierres de negocios como consecuencia de las órdenes de restricción impuestas por el COVID-19.
La Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California, que dirige Guadalupe Gómez, ha distribuido leche y despensas en Norwalk, Oxnard, y han mandado al norte del estado.
También cada jueves entregan comida en las instalaciones de la Federación de Clubes Zacatecanos en el corazón del este de Los Ángeles.
“Es tanta la necesidad que hay gente que se agarra llorando cuando recibe su despensa. Un día llegó un señor cuando ya se había acabado todo, y me dijo que si se podía llevar una sandía que estaba podrida de un lado. Le advertí que estaba media dañada, y él me contestó, no importa, algo le podemos sacar”, relata Guadalupe.
El líder zacatecano, dice que es imposible que en el país más rico del mundo haya personas con hambre. “Cuando hemos repartido leche, se han formado filas de carros de cuatro cuadras. La gente maneja 15 minutos para venir por su leche. Eso te dice mucho”.
Y comenta que al principio comenzaron repartir comida y leche a través de los clubes, pero ahora también lo hacen de manera directa a la comunidad.
“Al ver tanta carencia, estamos tratando de crear un banco de comida en la Federación”, dice este líder a quien la emoción lo embarga cuando recuerda que en su niñez, él mismo pasó hambre en el rancho Santa Juana del municipio de Jalpa en Zacatecas, México.
“En 1963, mi madre me mandaba con una cubetita a recoger leche en polvo y arroz que enviaba como donativos el presidente de Estados Unidos John Kennedy. Por eso es que entiendo muy bien a esta gente”, narra con un nudo en la garganta; y confiesa que en 46 años que lleva en Estados Unidos nunca había visto una crisis económica como la que se vive hoy en día por la pandemia.
La activista en la ciudad de Anaheim, Yesenia Rojas y presidenta del Club Zapote de Cestau, integrado por inmigrantes del estado mexicano de Guanajuato, dice que no solo han repartido despensas sino comida caliente, cubrebocas y gel antibacterial en las comunidades latinas del condado de Orange.
“Desde que comenzó la pandemia, a finales de marzo, estamos apoyando a las familias que se quedaron sin trabajar, a personas contagiadas y a adultos mayores”.
Cuenta que se han movilizado para conseguir recursos de concejales, diferentes organizaciones y hasta Guadalupe Gómez de la Federación de Clubes Zacatecanos los ha apoyado.
Yesenia revela que tiene 42 años, y fue traída por sus padres de México a Los Ángeles a la edad de diez años. “En 17 años que he participado como voluntaria ayudando a la gente con necesidad, nunca había visto una época tan difícil como la actual”.
Lo que es más, le ha tocado visitar casas y abrir refrigeradores en los que las familias solo tienen dos huevos o un paquete de tortillas. “Es muy triste”.
El líder Zacatecano hace ver que el programa de leche del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) se terminó el 30 de junio, pero están esperando por la reaprobación para continuar en cuanto lo reautoricen.
“Mientras tanto seguimos con la distribución de comida”, expone.
Vicente Ortiz, dueño y chef de los restaurantes Don Chente, El Pescador y Tacos Don Chente fue de los primeros en repartir despensas y comidas calientes durante la pandemia.
“Nosotros entregamos alimentos desde finales de marzo hasta el 10 de mayo. Nos juntamos varios propietarios de restaurantes y chefs como Juan San Juan de Gloria’s restaurante, la chef Rocío Camacho y varios otros y decidimos preparar comida para regalar con toda la mercancía que teníamos.
“Lo platicamos y dijimos, de que se nos pierda a regalarla a los afectados de la industria restaurantera y a nuestra comunidad, mejor donarla”, dice Vicente.
Cuenta que incluso el 10 de Mayo, Día de la Madre, repartieron además de comida, flores y regalos. “Toda la entrega se hizo afuera de nuestros restaurantes en Don Chente en Pico Rivera, El Pescador de las ciudades de Bell y de Carson, en un restaurante del Valle de San Fernando, y llevamos comida hasta Oxnard”, recuerda.
El Cinco de Mayo, distribuyeron 1,500 comidas calientes y despensas en la Plaza Alameda de Walnut Creek en el condado de Los Ángeles.